Blocs y pizarras para tomar apuntes en la cocina

Para tomar apuntes en la cocina se puede emplear un bloc colgado en el frigorífico, un corcho y hasta convertir la pared en una gran pizarra
Por EROSKI Consumer 18 de febrero de 2003
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Imagen: Jonas N

En la cocina siempre es necesario tomar apuntes, ya sea de los productos que se acaban para confeccionar la lista de la compra, ingredientes o trucos para preparar un plato o simples recordatorios para evitar olvidos. Las opciones son varias: blocs, pizarras, corchos y pinturas de tipo pizarra o magnéticas. Este artículo detalla la utilidad de tomar apuntes en la cocina, los sitios apropiados para colocar los blocs y la posibilidad de usar una pared como pizarra o corcho.

La utilidad de tomar apuntes en la cocina

La cocina es, entre otras cosas, un espacio de trabajo. En general, allí se almacenan, lavan y preparan los alimentos, se guardan todos los artículos de menaje y utensilios, se lava la vajilla después de comer, muchas veces también está allí la lavadora y se realiza la colada, etc. A menudo quienes están en esta estancia necesitan apuntar cosas: recordatorios de productos de alimentación o limpieza que se acaban y hay que comprar, tareas que hay que realizar y se recuerdan en ese momento (y mejor anotarlas porque si no después se olvidan), datos sobre ingredientes o procedimientos de una receta…

Es en esos casos cuando los sitios donde dejar notas recordatorias son muy útiles. Pueden ser de diversas formas y estilos, pero lo principal es que estén siempre a mano y que sean funcionales y fáciles de utilizar. Aunque, por supuesto, si además pueden ser bonitos, mucho mejor.

El bloc para notas recordatorias debe estar siempre al alcance de la mano y ser fácil de utilizar y, si además es bonito, mucho mejor

Lo más sencillo es contar con un bloc de hojas que cuelgue en algún lugar al que sea sencillo acceder. Junto a la libreta debe haber un bolígrafo, colocado en posición vertical y con la punta hacia abajo (en caso contrario, por efecto de la gravedad, la tinta caería hacia el lado opuesto a la punta y esta se secaría). Además, se debe procurar que el boli esté sin la tapa puesta, o bien que sea retráctil (es decir, cuya punta se saca o se guarda al presionar el extremo opuesto). En las tiendas de menaje del hogar y similares se venden artículos preparados de manera específica para este fin: alojar un bloc y un boli que estén siempre listos para realizar anotaciones.

Sitios apropiados para colgar blocs y pizarras

Otra cuestión importante es decidir qué ubicación dar al bloc. Un sitio clásico es la puerta del frigorífico. Para colocarlo allí, lo más práctico es que tenga un imán que lo mantenga fijo. Otra posibilidad, empleada con mucha frecuencia, es el uso de escarpias o ganchos «cuelgafácil». Estos elementos son muy sencillos de colocar y, si bien no pueden sostener grandes pesos, resisten sin problemas el de una libreta y un bolígrafo.

Si no se pueden hacer agujeros en la pared, la alternativa para colgar pizarras o corchos son los ganchos adhesivos

El problema surge cuando no se desea agujerear la pared, por no afear el alicatado o cualquier otro motivo, o cuando no se puede hacerlo, porque el piso o la casa es de alquiler y el contrato prohíbe realizar orificios en las paredes. En estos casos, la alternativa más idónea a la que se puede recurrir la constituyen los ganchos de plástico o metal que incluyen un sistema que los adhiere a la pared. En general, estos ganchos también toleran bien el peso, pero el inconveniente puede ser que se aflojen debido a los vahos y vapores normales de la cocina. Ante esto, se puede reforzar su adherencia con el empleo de pegamentos de fraguado rápido, también conocidos como «supercemento». Estas sustancias, producidas sobre una base de cianoacrilato, dan a la unión una fuerza a prueba de cocinas.

Este último sistema abre la puerta a nuevas posibilidades. Si en lugar de contar con un simple bloc y un boli se desea colgar un corcho, una pizarra, un calendario pesado, etc., es necesario el uso de escarpias, «cuelgafáciles» o ganchos adhesivos asegurados con «supercementos». En función del peso (algunos corchos o pizarras son bastante pesados), se deberá colocar uno o dos ganchos para sostenerlos.

Usar una pared como pizarra o corcho

Una alternativa de diseño es convertir una pared, o parte de ella, es una pizarra o un corcho. Es decir, no usar colgantes ni ninguna clase de añadido, sino que se pueda escribir o colgar cosas sobre la propia pared. Para ello, habrá que aplicar pintura pizarra o pintura magnética.

Si se emplea la pintura pizarra, luego bastará con una tiza para escribir sobre ella. Después, como en la escuela, se puede borrar con un borrador o bien con un trapo húmedo, y volver a escribir. Esta es una posibilidad estupenda porque, además, la pared se convierte en un espacio idóneo para la decoración de la cocina, ya que sobre ella se puede experimentar toda clase de tipografías, además de dibujos y todo lo que la creatividad permita tiza en mano.

La pintura magnética, por su parte, posibilita convertir la pared en una superficie sobre la cual pegar imanes, como si fuese la puerta del frigorífico. Esta pintura no crea una capa metálica sobre la pared, sino que incluye partículas de metal que dejan que los imanes se adhieran a ella, sin generar problemas para aparatos como ordenadores, teléfonos móviles, marcapasos, etc. De todos modos, conviene en este caso analizar el producto antes de comprarlo, para corroborar que la adherencia que genera con los imanes es suficiente para que resista las condiciones de temperatura y humedad de la cocina.

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