La buganvilla es una planta trepadora de la familia de las nictagináceas. Es frecuente como planta tapizante en muros, celosías y pérgolas. Originaria de Brasil, se desarrolla muy bien en climas cálidos y secos, ya esté plantada en macetas, en jardineras o en parterres. Puede cultivarse como arbusto o como planta trepadora y, en función de la especie, sus flores pueden ser blancas, rojas, lilas, amarillas o de otros colores.
Características y cuidados
Con ramas que pueden alcanzar una longitud de hasta ocho metros y guarnecida de espinas rectas o curvadas, la buganvilla destaca por unas hojas aterciopeladas de color verde claro. En cuanto al aspecto de sus flores, éstas son tubulares, con tres pétalos dispuestos en grupos de tres y rodeados por otras tres grandes brácteas coloreadas. Cada grupo se asemeja a una flor simple y muchos de ellos se disponen en panículas semejantes a racimos. Además, esta planta se distingue por un amplio espectro cromático como púrpura, rojo, violeta-púrpura, lila, naranja, rojo ladrillo, blanco, tizón, salmón, rosa y amarillo.
Conviene que el suelo esté siempre húmedo, sobre todo en primavera y en verano
Para crecer sin problemas, la buganvilla necesita mucha luz. En caso contrario, perdería sus hojas y el verano siguiente no florecería. Requiere también una temperatura mínima entre 7ºC y 10ºC y máxima de 21ºC, así como un suelo rico en humus, bien drenado, que puede estar abonado con compost.
El suelo debe estar siempre húmedo, sobre todo en primavera y en verano. En otoño e invierno, puesto que empiezan a caer las hojas y hace frío, se recomienda espaciar los riegos. Si llegara a perder todas las hojas, habría que regarla muy poco y, si estuviera plantada en tierra, menos aún.
Como cualquier trepadora, las plantas de jardineras o parterres necesitan alambres o cuerdas para fijar su sujeción. En el caso de que sean ejemplares crecidos en un corto plazo y en tiestos más pequeños, requieren pinzamientos repetidos en los tallos. En general, se puede permitir que el tallo principal crezca hasta unos 90 o 150 centímetros.
La buganvilla se multiplica, con frecuencia, mediante esquejes, que pueden ser de madera dura o de madera blanda. Los primeros se pueden realizar en cualquier época del año, colocados en arena o arena y turba a partes iguales para que enraicen. Los de madera blanda se reservan para finales del verano.
Las peores enemigas de la buganvilla son las cochinillas. Estos pequeños hemípteros cocoideos chupan la savia de las hojas y los tallos tiernos. Además, excretan un líquido azucarado sobre el que se asienta el hongo Negrilla.
La savia también es el alimento de los pulgones y la araña roja. La acción dañina de los primeros provoca hojas arrugadas y brotes tiernos deformados, mientras que la araña roja causa manchas amarillentas.
Respecto a las enfermedades, uno de los problemas más habituales es el moho blanco, que forma una capa de este color sobre las hojas. Si las hojas están amarillas puede deberse a una clorosis por falta de nutrientes, sobre todo, de hierro.