Clasificación de las moquetas

Estos revestimientos textiles disponen de etiquetas informativas que detallan aspectos como la resistencia y el nivel de desgaste
Por EROSKI Consumer 13 de diciembre de 2004
Img moquetalistado

El color, la apariencia y el mantenimiento que requiere una moqueta son los principales factores que determinan su elección. Otros aspectos fundamentales son los tratamientos, las clasificaciones y las etiquetas que aportan información específica del fabricante. Mediante estos elementos es posible conocer cuestiones como la resistencia del revestimiento en ambientes húmedos y frente a agentes externos, o el desgaste máximo que soporta.

Norma UPEC

La norma UPEC califica la calidad y las condiciones de uso de la estancia en la que se instalará un revestimiento. Esta clasificación se aplica a tres tipos de suelo: las superficies plásticas, las baldosas cerámicas y los textiles.

Cada una de las letras que componen el nombre de la norma se corresponde con los parámetros de clasificación correspondientes. En el caso de una moqueta:

  • La letra U indica el desgaste mecánico debido al uso. En función de la naturaleza del tráfico y de la utilización que se dará al revestimiento es necesario emplear un determinado índice U.

  • La P establece la resistencia de la moqueta al punzamiento de objetos mecánicos estáticos o móviles. Las ruedas de muebles o sillas, las patas de mesas, los pies y el choque de objetos al caer sobre la superficie son algunos de ellos.

  • La letra E señala el comportamiento ante el agua y la humedad.

  • La C establece la sensibilidad del textil frente a agentes químicos, como los productos de limpieza o los quitamanchas.

La moqueta colocada en el baño y en la cocina debe tener una clasificación U2 P2 E2 C1 para resistir la humedad

Cada letra se acompaña de una numeración del 0 al 4. Cuanto mayor es el valor, más resistente es la moqueta en cada uno de los parámetros de la clasificación. De esta manera, para las zonas de paso o las estancias que soportan un mayor tránsito conviene elegir una moqueta, al menos, U3 P3, apropiada para usos intensos.

En líneas generales, en las salas de estar y en los dormitorios basta con un revestimiento textil U2 P2. Esta clasificación soporta las marcas de los pies y el uso de mobiliario fijo y móvil. En el caso de la cocina y el baño, la moqueta debe resistir la humedad y contar con una capa inferior impermeable. Como mínimo, el revestimiento debería ser U2 P2 E2 C1.

Etiqueta T: resistencia al desgaste

Otro identificativo que merece atención antes de adquirir una moqueta es el símbolo «T», que otorga la International Carpet Classification Organization (ICCO). Esta letra mide la resistencia al desgaste del revestimiento. Su escala de calidades, que aparece en la etiqueta, es la siguiente:

  • T2: resistencia ligera, apropiada para dormitorios.

  • T3: durabilidad moderada, indicada para salones de estar y despachos.

  • T4: naturaleza resistente para vestíbulos de entrada, zonas de juego o viviendas en las que habite una persona en silla de ruedas.

  • T5: muy resistente, adecuada para lugares de paso o zonas de mucho tránsito como escaleras, descansillos y halls de entrada.

    Protección contra las manchas

    La denominación Scotchgard indica si las fibras que componen la moqueta han recibido un tratamiento anti-manchas. Es un acabado invisible e inodoro que no altera el tacto del revestimiento pero facilita su mantenimiento y limpieza.

    Las fibras de la moqueta se pulverizan con una sustancia que reduce la adhesión del polvo y retarda la penetración de los líquidos sobre la superficie. Así se crea una capa protectora alrededor de cada fibra y resulta más fácil aspirar y retirar el polvo y los desechos.

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