Cómo combatir los ácaros de nuestras plantas

Puede pulverizar los ejemplares con agua o un producto específico
Por EROSKI Consumer 15 de noviembre de 2004

Los ácaros, una plaga importante en el interior de las viviendas, no ya sólo para las plantas sino también para los seres humanos que padezcan asma o alergias, son muy difíciles de descubrir debido a su reducido tamaño. Sin embargo, sus estragos llegan a ser fácilmente reconocibles. El primer síntoma que ayuda a detectar su presencia es un suave moteado de color claro en el haz de las hojas de los ejemplares.

Existen muchos tipos de ácaros y suelen aparecer en ambientes en los que la calefacción reseca de forma artificial el ambiente o en lugares excesivamente calurosos. Evitar su aparición es muy sencillo: sólo hay que pulverizar con agua los ejemplares más propensos a padecerlos.

No obstante, las plantas con hojas pilosas no deben ser pulverizadas directamente. Es recomendable colocar un folio o similar entre la planta y el pulverizador para que a la primera le llegue la humedad pero no se moje.

Existen también otro tipo de ácaros que atacan los extremos de los vástagos y las yemas de las flores, provocando un anormal desarrollo de los ejemplares afectados. En las hojas afectadas primero aparecen las mencionadas manchas, generalmente de color gris, luego las hojas se vuelven amarillas, se secan y terminan cayéndose. Para evitar la aparición de estos síntomas tendremos dos opciones, la natural, mediante el empleo de un pulverizador y agua templada, o utilizar insecticidas específicos.

Si rocía con agua templada sus ejemplares a lo largo de la primavera y el verano logrará mantenerlos a salvo de su ataque. Lo mejor es emplear agua de lluvia o mineral para evitar que la cal del agua del grifo manche las hojas, aunque si no es posible, también puede dejar reposar el agua corriente al sol y añadirle una gota de vinagre por cada litro.

También puede emplear acaricidas, aunque teniendo en cuenta su precio y la sencillez del método anterior tal vez no merezca la pena comprarlos. Además las plantas se hacen muy resistentes a este tipo de productos, por lo que emplearlos puede llegar a ser contraproducente, ya que pueden incluso otorgarnos un estado de tranquilidad al pensar que están protegidas sin que esto sea real.

Asimismo, como medida preventiva puede llegar a ser muy efectivo el aumentar la humedad ambiental cuando comenzamos a utilizar la calefacción. De igual modo conviene, tras haber pulverizado, retirar, ayudado de un palillo de algodón impregnado en un insecticida sistémico, las telarañas que se forman en el envés de las hojas y los extremos de los tallos.

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