Los cojines dispuestos sobre la cama aportan comodidad y colaboran para adoptar una mejor postura al leer o ver la televisión. Además, ejercen un rol decorativo fundamental. Por eso, hay que prestar mucha atención a la enorme variedad que permite elegir entre múltiples formas, tamaños, estampados y texturas. Este artículo describe el color de los cojines como parte de la decoración, los posibles estampados y texturas, la diversidad de usos que brindan y qué hacer con ellos en el momento de dormir.
El color de los cojines, parte de la decoración
Los cojines aumentan el confort para permanecer despierto en la cama, tanto si se desea adoptar una buena postura para leer o ver la televisión, como si solo se desea relajarse y descansar. Existe una gran variedad de cojines, en cuanto a formas, tamaños, texturas y colores. Y si no se encuentran en el mercado, también está la opción de pedirlos por encargo o hacerlos uno mismo.
En un dormitorio con paredes y ropa de cama de colores suaves, los cojines pueden aportar tonos más vivos e intensos
Lo fundamental de los colores y estampados de los cojines es que combinen con la decoración del resto del dormitorio. En esta estancia, convienen los tonos suaves y claros, que relajan y predisponen al descanso. Dentro de ese predominio, dado por las sábanas, mantas, paredes y cortinas, los cojines pueden representar la parte de color que le dé un toque de intensidad y acción al ambiente. Los colores más aconsejables son los fríos, como el azul y el verde. El cálido rojo transmite intensidad y pasión, por lo tanto también es bueno que esté presente como un detalle en la decoración.
Cojines: estampados y texturas
Con relación a los estampados, la mezcla de lisos y estampados genera buenas combinaciones. Un truco muy efectivo es incluir como funda de cojín la misma tela (o un estampado similar) que en las cortinas o el papel pintado de la pared. Esa uniformidad en la variedad promueve el equilibrio interior, muy propicio para predisponer al sueño.
Un cojín grande donde recostar la espalda y algunos pequeños para la cabeza o los brazos son una estupenda combinación para relajarse
Una renovación de los cojines o solo de las fundas puede cambiar el aspecto general del dormitorio. Y tanto que, si se eligen con diseños llamativos y se combinan con la ropa de cama, el efecto puede generar la apariencia de una nueva decoración en todo el ambiente.
Con respecto al material y las texturas, la diversidad también es muy grande. Hay cojines de telas resistentes como el lienzo, el raso o el algodón. También de piel, que pueden aportar un detalle singular en la decoración del dormitorio. Y hay otras alternativas, como cojines con pelos o flecos confeccionados en telas muy suaves al tacto.
Los rellenos son de distintos materiales, que los convierten en más blandos, como el algodón o el poliéster, o más compactos, como las plumas. Los que cuentan con fundas desmontables son más prácticos para lavar con frecuencia, aunque algunos rellenos sintéticos, como el poliéster, también son aptos para introducir en la lavadora.
Cojines para descansar
Una cama con una gran cantidad de cojines se asocia muchas veces a una idea de lujo y confort. Sin embargo, más allá del aspecto decorativo, en general conviene también elegirlos por su valor funcional, es decir, por la utilización que se les dará. En este sentido, será preferible elegir unos pocos con diferentes tamaños y que se adapten para cubrir todas las necesidades, antes que tener demasiados, lo cual acarrea problemas de orden y de espacio.
Para ello, un cojín grande donde recostar la espalda y algunos pequeños para complementar debajo de la cabeza o para apoyar los brazos son suficientes para convertir la cama en un rincón perfecto para relajarse. Además, existen cojines, especiales con formas anatómicas, muy apropiados para lograr la mejor postura. En los últimos tiempos se han difundido mucho los de forma cilíndrica, que sirven para colocar bajo la nuca, la cintura o la rodilla al acostarse y ayudan a liberar tensiones.
Los modelos con formas originales -de corazón, de estrella, etc.- son muy buenos para cuando se desea añadir un detalle de informalidad a la habitación. Estos también son idóneos para la habitación de los niños, en cuyo caso pueden resultar un complemento excelente para los peluches y muñecos. En este caso se agrega una funcionalidad extra: distribuidos por el suelo o apoyados sobre bordes rectos, sirven para evitar golpes.
El exceso de cojines en el dormitorio puede originar problemas de espacio y de orden, puesto que, al momento de acostarse, se ha de disponer de algún sitio donde colocarlos. Muchas veces se apilan sobre una silla, pero sus formas redondeadas provocan que terminen en el suelo.
Para contrarrestar esta incomodidad, una opción económica es disponer un cesto de mimbre en algún rincón destinado para guardar los cojines durante la noche. El cesto, además, resultará decorativo. Si hay espacio en el dormitorio -y el presupuesto lo permite- también se puede optar por una cama de cabecera con espacio de almacenaje, donde se podrán guardar los cojines por la noche.
Otra solución, más eficaz pero que exige pensarla con antelación, es adquirir solo cojines con formato cuadrado o rectangular, como los de algunos sofás, que mantienen mucho mejor la estabilidad al ser apilados sobre sillas.