Cómo pintar superficies metálicas

Un trapo humedecido en aguarrás elimina los restos de óxido y prepara el metal para recibir la pintura
Por EROSKI Consumer 10 de mayo de 2001
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Imagen: Les Chatfield

Las superficies de metal cuentan con una particularidad a la hora de pintarlas: la presencia de óxido. Al mezclarse con el oxígeno, la humedad provoca este efecto en los metales, que afea el aspecto externo y dificulta su recuperación, pero no la impide.

Cuando la cantidad de óxido es pequeña, basta con raspar la superficie con papel de lija o un estropajo metálico. Si se recurre a la lija, hay que pasarla por un recipiente con aguarrás para que actúe mejor. Por el contrario, si la cantidad de óxido es importante, hay que utilizar un cepillo de alambre o una lijadora.

Eliminar la pintura

En caso de que los metales estén pintados y la pintura se encuentre en mal estado o defectuosa, ésta se puede eliminar también con un cepillo de alambre, una lijadora o decapantes químicos. Cuando la pintura esté en buen estado, será suficiente con limpiar la superficie con un trapo empapado en agua y detergente para eliminar los restos de polvo y suciedad.

Hay que aclarar los metales después de lijarlos y secarlos correctamente

Es imprescindible eliminar la grasa que se haya acumulado sobre el metal ya que, de no hacerlo, disminuye la adherencia de la nueva pintura. Por el mismo motivo, es importante aclarar y secar las superficies después de lijarlas, para mejorar el agarre de la capa de tapaporos y antioxidante que se aplica a continuación.

La elección del tapaporos depende del metal sobre el que se extiende y su ubicación. Hay productos diferentes para superficies de interior y exterior. Al aplicarlos, conviene poner especial atención en las esquinas y en las grietas. Deben quedar cubiertas para evitar la aparición otra vez de óxido.

Dónde se utilizan los metales

Las superficies metálicas están presentes en el hogar de manera frecuente. Se localizan en las ventanas y en las puertas de balcón, donde se emplea el aluminio porque resiste bien en exteriores. Sólo se altera cuando las condiciones climatológicas son muy adversas.

Por su parte, el cobre se utiliza en tuberías de agua o calefacción. Cuando estos tubos quedan a la vista, a menudo, se pintan del mismo color que la pared para disimularlos, aunque en este caso no es necesario aplicar ningún producto especial contra la corrosión ni tapaporos. Se limpia la superficie con aguarrás y se pinta.

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