La fatsedera japónica es un ejemplar híbrido entre la fatsia japónica y el ejemplar de hiedra hedera helix y como tal combina características de ambos ejemplares. Se trata de un arbusto perenne de porte erguido que puede llegar a alcanzar el metro de altura. No obstante, si llega a crecer más, deberá sujetarla con la ayuda de unos tutores.
Requiere de riegos moderados de primavera a otoño. Durante el invierno, si se encuentra en una habitación con calefacción, deberemos aumentar el riego y reducirlo si se encuentra en un sitio fresco. Tenga en cuenta que si se riega en exceso las hojas pueden llegar a amarillear. Además necesita de un alto grado de humedad ambiental, por lo que resulta conveniente pulverizarla con frecuencia.
A lo largo de su época de crecimiento (primavera y verano) sí que resulta necesario aportarle mayor cantidad de agua, aunque bastará con regarla de dos a tres veces por semana.
La mejor ubicación que podemos aportarle es un lugar luminoso, pero en el que no reciba los rayos del sol. Debe de desarrollarse en un terreno fértil, compuesto por dos partes de turba, una de arena y una de mantillo. Si va a disponerlo como ejemplar de exterior tenga en cuenta que no es capaz de soportar temperaturas invernales inferiores a los 8ºC. Asimismo sepa que se desarrolla mejor en ubicaciones luminosas.
Deberá abonar este híbrido cada 15 días mientras esté en periodo de floración y transplantarlo durante la primavera, aprovechando esta tarea para cortar ¼ de la longitud de los tallos y recortar de manera proporcional la parte aérea.
Sus principales plagas son la cochinilla algodonosa, que puede retirarse con un algodón y emplear un insecticida sistémico sobre el ejemplar en el caso de que se aprecie su aparición. También es atacada por la araña roja.
