Disponer de una superficie reducida, poco fértil y en desnivel como único emplazamiento para un jardín puede desalentar al jardinero, debido a la cantidad de recursos que será necesario emplear para disponer de un vergel vistoso. Pero con un poco de trabajo y esfuerzo se puede alegrar este tipo de terrenos poco agraciados y en los que, a priori, se presume que resultará difícil llegar a cultivar cualquier tipo de plantas.
El problema de la pendiente tiene difícil solución. No obstante, se puede abonar abundantemente la tierra y cultivar en este terreno en rampa plantas tapizantes en flor. Deberá seleccionar ejemplares que apenas requieran cuidados, porque el desnivel del terreno planteará dificultades a la hora de realizar labores propias de la horticultura o jardinería, como la poda, el riego o el abonado.
Puede optar por ejemplares de aubrietia, miosotis, aurinia, corregüela, bidens, carraspique, aliso, retama o canastillas de plata. Para recubrir los muros que soportan o rematan el desnivel sobre el que pretendemos plantar los ejemplares anteriormente mencionados se pueden colocar ejemplares de plantas colgantes como la verbena, fucsia, gitanilla, ojo de poeta, capuchina o petunia.
Otra opción pasa por tratar de nivelar la tierra a la altura del muro para evitar los inconvenientes de trabajar en pendiente. No obstante será necesario abonar la superficie a conciencia para que los ejemplares dispongan de los nutrientes necesarios para poder desarrollarse sin excesivos problemas.