El aloe, un ejemplar típico de las regiones que baña el Mediterráneo

Suelo arenoso y luz abundante, lo que más necesita esta planta
Por EROSKI Consumer 6 de octubre de 2003

El aloe (alloeh), planta perteneciente a la familia de las liliáceas, es muy propio de los países que baña el Mediterráneo, así como de otras regiones también muy cálidas como del África austral, Madagascar, Arabia, La India o las Islas Canarias. Sus floraciones más vistosas tienen lugar en primavera pero, dependiendo de donde se encuentren, pueden producirse desde que se acaba el invierno hasta mediado el verano.

Pese a la gran cantidad de especies que abarca esta planta, 275 aproximadamente, todas las variedades tienen unas características comunes como las que a continuación se describen y que por tanto son las que la definen:

-Son plantas de tronco muy corto o incluso arborescente.

-Suelen estar formadas por una roseta de hojas normalmente lanceoladas y carnosas.

-El follaje presenta habitualmente dientes ganchudos en los bordes.

-Su floración primaveral se caracteriza por la presencia de elevados ramilletes de flores tubulares de colores cálidos, que van del rojo al amarillo pasando por diferentes tonos de naranjas.

Por su lugar de origen, el aloe necesita de ser plantado en un terreno muy arenoso, formado por tres partes de arena y una parte de tierra de jardín. Lo habitual es que se cultive en maceta, para lo que es indispensable colocar en el fondo de la misma una capa de grava para que el drenaje sea óptimo en los frecuentes riegos que necesita. El aporte de agua ha de ser abundante desde la primavera hasta las últimas semanas del verano, mientras que durante el invierno hay que disminuir la frecuencia de riegos, de forma que será suficiente humedecer la tierra cada 15 ó 20 días. En todo caso, conviene no administrar grandes cantidades de agua para no provocar un despertar vegetativo anticipado y perjudicar con ello la sucesiva floración.

Tanto en maceta como en la tierra, el aloe es recomendable que se sitúe en lugares donde reciba luz abundante y ventilación todos los días. Conviene saber también que esta planta necesita como mínimo una temperatura de 7º C, si bien algunas especies podrían llegar a soportar hasta los 2º C.

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