Jardín decorativo o natural, ¿cuál es más conveniente?

El mantenimiento de los jardines naturales, que solo incluyen especies de la región donde se encuentran, es mucho menos costoso y más amable con el medio ambiente
Por EROSKI Consumer 13 de septiembre de 2005
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Imagen: Evelyn Proimos

Aunque los jardines constituyen espacios naturales por definición, lo son más o menos en función del tipo de especies que lo componen: autóctonas o exóticas. En este artículo se reseñan las ventajas y desventajas de los jardines decorativos, que permiten grandes variedades de especies y otros adornos a cambio de altos costes, y los jardines naturales, que reducen el consumo de agua y otros recursos sin perder belleza. También dedica un apartado especial a la xerojardinería, un concepto para el desarrollo de jardines naturales.

Existen muchos tipos distintos de jardines posibles, pero en general podrían plantearse dos extremos: por un lado, un jardín que podría llamarse decorativo, en el que se prioriza la belleza y se introducen plantas que no son autóctonas de la región; y por otro, un jardín natural y silvestre, en el que se intenta que haya poca intervención humana. Entre ambos extremos hay muchos matices y grados intermedios. ¿Cuáles son los puntos a favor y en contra de cada uno?

Jardines decorativos, altos costes

En los jardines decorativos con frecuencia se incluyen esculturas y farolas

Los jardines decorativos son espacios en los que se busca obtener el mayor grado de belleza con la introducción de cualquier tipo de plantas y otros elementos, como muebles de jardín, piedras, esculturas o luces artificiales. De esta manera se pueden lograr múltiples combinaciones y estilos, en función de los gustos de quienes lo diseñen, y crear ambientes llenos de belleza y encanto.

El aspecto negativo de este tipo de jardines es su alto costo de mantenimiento, tanto a nivel económico como en tiempo, esfuerzo y recursos. Cada planta posee sus propias exigencias, en cuanto a riego, luz, tipos de suelo, abonos y fertilizantes, cuidados ante las plagas, etc. Por tal motivo, las demandas de cantidad de agua y productos artificiales para acondicionar el sustrato, entre otras cosas, son elevadas.

Jardines naturales, mayor respeto a la naturaleza

En el lado opuesto se encuentran los jardines naturales. En este caso, el objetivo es respetar al máximo la naturaleza, sin que eso represente en absoluto renunciar a un jardín bello y acogedor. Una de las claves en este sentido consiste en emplear plantas, arbustos y árboles autóctonos, naturales de la región en donde se sitúa el jardín. De este modo, las condiciones climáticas y del terreno ya serán las apropiadas, y no harán falta tareas de adaptación. El estrés de los vegetales también es menor de esta forma.

El objetivo de los jardines naturales es respetar al máximo la naturaleza, sin renunciar a un espacio bello y acogedor

Otro elemento central es la reducción de los espacios cubiertos por césped, que en general necesita mucha cantidad de agua para mantenerse en buenas condiciones. También es cierto que en los jardines decorativos existe la opción del césped artificial, el cual reduce los gastos de agua pero también exige un cierto riego y conservación.

Un inconveniente en el caso de los jardines naturales es la imposibilidad de contar con todas las flores o especies que se deseen. A cambio, no solo se reducen los costes económicos y de tiempo y esfuerzo para el mantenimiento del jardín, sino que también se contribuye con el medio ambiente, al disminuir el consumo de agua y el uso de abonos y fertilizantes de origen artificial.

La xerojardinería: optimizar el uso del agua

La llamada xerojardinería -el prefijo “xero” deriva de la palabra griega que significa “seco”- surgió a principios de la década de 1980 en Estados Unidos. Después de varios años consecutivos de fuertes sequías en el estado de Colorado, las autoridades decidieron implementar medidas para reducir el consumo de agua. Así fue como empezó el empleo de este concepto, que poco a poco fue exportándose a otras regiones del mundo.

El objetivo es el reseñado para los jardines naturales: optimizar el uso del agua para el riego, así como el resto de los recursos naturales. En este sentido, es fundamental servirse de plantas naturales de la región donde se ubica el jardín. También implementa medidas como disminuir los espacios cubiertos con césped y procurar que los suelos no sean ni arcillosos (ya que estos retienen el agua) ni arenosos (la filtran demasiado rápido), sino que retengan el agua lo suficiente para el máximo aprovechamiento de la humedad y los nutrientes por parte de las plantas.

Otro de los preceptos de la xerojardinería es utilizar grava, arena, piedras y cortezas de árboles en el suelo, con el fin de reducir las pérdidas de agua por evaporación y controlar las malas hierbas. Y también intenta, por supuesto, aprovechar de la mejor forma posible los microclimas del jardín.

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