Usos de la pistola térmica

El principal uso de la pistola térmica es el decapado de pintura sobre madera, pero también sirve para descongelar y secar superficies y unir piezas de plástico
Por EROSKI Consumer 29 de marzo de 2005
Img pistola termica
Imagen: Wikimedia

La pistola térmica se recomienda sobre todo para decapar superficies de madera, ya que la pintura, al calentarse, se despega con mucha facilidad. Pero tiene también otras funciones, como unir superficies de plástico y retirar materiales de relleno o sellado. Este artículo enumera sus características como decapante, sus demás usos y funciones y las precauciones que se deben tomar para evitar accidentes.

La pistola térmica, el mejor decapante para madera

La pistola térmica, también llamada pistola de calor, constituye una herramienta de mucha utilidad para realizar tareas de bricolaje. Es un aparato con una forma parecida a la de un taladro eléctrico y cuyo funcionamiento es similar al de un secador de pelo, aunque con mucha mayor potencia. La temperatura del aire que expulsan puede superar los 500ºC, debido a lo cual hay que tener mucho cuidado al manipularlas y trabajar con ellas.

Las pistolas térmicas permiten realizar con mayor seguridad y eficiencia tareas que antes se realizaban con sopletes de propano. El problema de utilizar el soplete era que la llama muchas veces generaba un calor excesivo para el trabajo que se debía efectuar. Otros inconvenientes eran el riesgo de quemar la superficie en cuestión e incluso producir un incendio. Las pistolas de calor reducen todos estos riesgos.

El decapado con pistola térmica es el método más recomendado por los expertos para retirar la pintura de la madera

La principal tarea para la que se emplea la pistola de calor es el decapado de pintura o vinilo sobre madera. De hecho, es el método más recomendado por los expertos para retirar la pintura de esta superficie, antes que el uso de disolventes químicos, geles, lijados o cepillados. Aunque sea antigua, la pintura se ablanda cuando se aplica sobre ella un calor intenso: se despega de la superficie y asume forma de ampollas. Una vez ablandada con la pistola, la pintura (o el vinilo) se quita sin dificultad con una espátula, raspador o utensilio similar.

El uso de esta herramienta es recomendable en especial para superficies grandes sobre las que se hayan superpuesto numerosas capas de pintura y, en particular también, para pinturas plásticas. Se desaconseja para piezas más pequeñas y delicadas, como marcos, bordes, incrustaciones o trabajos de ebanistería.

Otros usos de la pistola térmica

Las pistolas térmicas sirven para muchas otras tareas, además de decapar pintura. A continuación se detallan algunas de sus posibles aplicaciones.

  • Descongelar superficies. Existen superficies u objetos que se pueden descongelar por medio del calor de una pistola térmica, como los tubos de cobre. En estos casos, hay que tener cuidado de no superar la temperatura ni el tiempo apropiados para la aplicación del calor, ya que cualquiera de ambos factores en exceso podría ablandar el metal y generar problemas.

  • Secar superficies. En este caso, el calor debe ser mucho menos intenso que para descongelar, aunque siempre debe depender del tipo de material que se desee secar. Para una pieza de metal, la temperatura será más alta que para secar el interior del frigorífico tras someterlo a una limpieza profunda.

Hay que tener cuidado de no excederse con la temperatura al emplear la pistola térmica para descongelar o secar una superficie

  • Unir superficies u objetos de plástico. Debido a que los plásticos se ablandan y licúan a temperaturas posibles de alcanzar con una pistola térmica (siempre que se trate de termoplásticos, ya que los plásticos termoestables se incendian), se pueden unir superficies tras ablandarlas lo suficiente. Esto es útil para unir piezas de tuberías, colgantes, adornos, etc. También vale para tareas como evitar que una cuerda construida con material sintético se deshilache e, incluso, para doblar láminas de acrílico si no son demasiado gruesas.

  • Retirar masilla o materiales similares. Retirar masilla, arcilla de moldeo o cualquier otro material empleado como sellante o relleno en trabajos de construcción o reparación puede constituir un trabajo muy engorroso. En cambio, si primero se calienta ese material, es posible quitarlo de un modo mucho más simple. La pistola térmica es la herramienta idónea para hacerlo.

Precauciones para el uso de la pistola térmica
  • Siempre hay que apagar la pistola cuando no se use. Solo se debe mantener encendida en el momento en que se aplica el calor sobre la superficie.

  • Para trabajar con la pistola térmica, es conveniente usar mascarilla, ropa de mangas largas y guantes, con el fin de evitar heridas en la piel y los ojos si se produjera un accidente.

  • Si se usa para decapar pintura, la espátula o raspador debe formar un ángulo de unos 30 grados con la superficie. También se debe tener cuidado para no dejar rayaduras o arañazos en la madera.

  • Si se desea retirar la pintura de solo una parte de la superficie, no de toda, conviene aplicar calor hasta unos 5 centímetros antes del límite y quitar el resto con algún otro método (disolvente químico, gel, etc.). De otro modo, existe el riesgo de que se levante también la pintura que se desea que permanezca.

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