Cuándo vender en Bolsa

Después de subidas prolongadas, sobre todo si son virulentas, conviene vender las acciones porque es probable que haya corrección de precios
Por José Ignacio Recio 10 de octubre de 2013
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Imagen: Lyfetime

Es preferible ganar algo en Bolsa, por pequeño que sea el beneficio, antes que ser víctima de una mala racha en los mercados bursátiles que pueda menguar las ganancias e incluso hacer que entren en terreno negativo. Por ello, son tan importantes las operaciones de venta en la renta variable. Con la ayuda de este artículo se puede seguir una serie de pautas para detectar en qué momento hay que retirarse o en qué parte de la cotización hay que tomar posiciones cortas.

Cómo vender bien en Bolsa

Comprar en Bolsa es una acción decisiva para los intereses de los inversores, pero no menos importante es el momento de vender, que al fin y al cabo será el parámetro que determine en realidad la efectividad o no de la operación, con las correspondientes plusvalías o minusvalías que genere la aplicación de esta orden. Así, una buena operación de venta implicará que los ahorradores vean aumentar los números de su cuenta corriente.

En la renta variable no es conveniente apurar las ganancias, ya que un cambio de tendencia puede trastocar las expectativas puestas en la inversión

Como dice el refrán, «más vale pájaro en mano que ciento volando», algo que en la renta variable equivale a que no es conveniente apurar las ganancias, ya que un cambio de tendencia puede trastocar las expectativas puestas en la inversión. Por tanto, es preferible ganar algo, por pequeño que sea el beneficio, antes que tener una mala racha en los mercados bursátiles y que esta haga menguar las plusvalías o incluso perder dinero. Por todo ello, para deshacer posiciones en la renta variable, es de especial importancia conocer qué momento es el más adecuado para retirarse o en qué parte de la cotización hay que tomar posiciones cortas.

Pero para canalizar las ventas, hay que plantearse unos objetivos mínimos: hasta dónde se quiere llegar, qué grado de pérdidas se podrá asumir o si se podrá mantener inmovilizado el dinero invertido durante mucho tiempo. Esta última condición es uno de los grandes errores de los pequeños y medianos inversores, que malvenden sus acciones ante la falta de liquidez de sus cuentas.

Preparados para vender

Para que el pequeño y mediano inversor pueda realizar una óptima operación de venta sería aconsejable que siguiese, aunque no de manera rígida, una serie de pautas para canalizar de manera conveniente sus inversiones. A continuación se describen algunas de las situaciones en las que sería preferible vender las acciones en el mercado bursátil, antes que mantenerlas en la cartera:

  • Después de una revalorización que cumpla con sus expectativas como ahorrador. Para ello tendrá que predeterminar cuál es el objetivo al que desea dirigir sus inversiones.

  • En el momento en que se detecte que el canal alcista en el que estaba cotizando sus acciones está agotado, y estas puedan ser presa de los vendedores en las siguientes sesiones bursátiles.

  • Después de unas subidas prolongadas (en especial las virulentas), ya que es probable que se corrijan sus precios, incluso de forma muy acusada, y pueda llevarse todas las ganancias acumuladas.

  • Ante cualquier noticia o hecho reseñable que perjudique la cotización de las acciones. Puede ser desde unos malos resultados empresariales, hasta una revisión a la baja de su importe objetivo por parte de los intermediarios financieros.

  • Desde que el «miedo a las alturas» sea algo más perceptible. Habrá un momento en el que se detendrá la escalada de los beneficios, ya que nada sube para siempre, y mucho menos en la renta variable.

  • Cuando el inversor crea que otro valor lo puede hacer mejor o, al menos, que su potencial de revalorización es aún mayor.

  • Siempre que estemos conformes con que el precio de venta es lo bastante atractivo como para dejarnos de interesar por ese valor en un determinado momento.

  • Al detectar puntos de inflexión. Los inversores más experimentados pueden conocer la zona de venta de manera más fácil, a través de un análisis técnico de sus gráficos, que darán las pautas para hacer caja en un tiempo concreto.

  • Si el patrimonio personal está necesitado de liquidez. Será buen momento para deshacer posiciones, sobre todo si se tienen plusvalías en la cartera de valores.

  • Ante un cambio de tendencia, ya que normalmente indica que el valor puede bajar de forma sensible. De no venderlo, puede ocasionar que los minoristas se queden enganchados en los mercados para un par de meses o incluso años.

  • Cuando un valor no muestra una tendencia definida, es preferible venderlo lo antes posible, sobre todo, si genera plusvalías en su cotización, y optar por otros que tengan más dinamismo y recorrido al alza.

Acumulaciones

Una estrategia muy eficaz para potenciar las ganancias en las operaciones de Bolsa consiste en desarrollar ventas parciales, a medida que los precios de las acciones se van incrementando con el paso de las sesiones. Es también una forma para protegerse ante eventuales caídas y que responde a una modalidad de inversión más bien conservadora en la que se trata sobre todo de salvaguardar los ahorros.

Por el contrario, en los planteamientos más agresivos se opta por el modelo inverso. Es decir, se parte de una inversión no muy fuerte para, una vez que se vayan rompiendo niveles de resistencia, ir acumulando las posiciones con mayores aportaciones a medida que los precios suben.

Pero conviene tener mucho cuidado con la aplicación de esta estrategia bursátil, pues si bien su desarrollo puede ser muy útil en los procesos alcistas, no sucede lo mismo en los bajistas. En estos últimos, nunca se debe llevar a cabo estas operaciones, que tendrían efectos demoledores.

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