Elegir el banco más apropiado

Conviene analizar la seguridad y solvencia de la entidad, la rentabilidad de los productos de ahorro y las comisiones
Por Gracia Terrón 3 de noviembre de 2009
Img banco
Imagen: Kamil Dratwa

Hace justo un año, una gran preocupación asaltaba la mente de muchos ahorradores: “¿está mi dinero seguro en el banco?”, “¿quebrará mi entidad?”. El pánico que se desató en el sector financiero a raíz de la bancarrota de la entidad estadounidense Lehman Brothers ha disminuido ante las medidas mundiales y los ingentes planes de ayuda públicos adoptados con el ánimo de conseguir una mayor supervisión para bancos y cajas de ahorros. Sin embargo, el cliente no debe bajar la guardia al elegir la entidad en la que confiar sus ingresos. Conviene analizar las comisiones, la rentabilidad, la disponibilidad o la atención, entre otros factores. Es recomendable considerar una serie de criterios para elegir el banco en el que se obtenga un mayor provecho del dinero.

Seguridad y confianza

Subir de 20.000 a 100.000 euros la garantía de los Fondos de Depósitos (que decretó el Gobierno a finales de 2008) ha servido para dar mayor seguridad a los ahorradores. A su vez, la creación del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) se realizó con el ánimo de ser un apoyo para las entidades con problemas. No obstante, todavía planean numerosos riesgos sobre el sector financiero. La elevada morosidad y la fuerte exposición al mercado inmobiliario, al que muchos bancos han concedido créditos ingentes, favorece que algunas entidades afronten el futuro con incertidumbre.

Muchas cajas de ahorros se encuentran inmersas en procesos de fusión para conseguir sinergias y evitar problemas de solvencia. Las agencias de calificación de riesgos, como Standard and Poor´s o Fitch han rebajado el rating de varias entidades en el último año, al observar que sus ratios de capital se deterioran. Ante las dudas que se ciernen sobre el sector, y sin pensar que ninguna entidad quebrará, el ahorrador se preocupa cada vez más de depositar su dinero en un banco o caja de ahorros que le dé confianza. Desde este punto de vista, la gran banca española es segura y solvente. Las cajas de ahorros modestas pueden generar más dudas, debido a su fuerte dependencia del negocio en España, a la caída del consumo y a la concesión de grandes créditos a promotoras y constructoras que se encuentran en dificultades. En cualquier caso, las entidades registradas en el Banco de España son fiables, mientras que conviene huir de otras en apariencia financieras pero que escapan del control de la institución central. El listado de entidades registradas y supervisadas por el Banco de España puede consultarse en su página web (www.bde.es).

Rentabilidad

Después de valorar la seguridad y confianza, otro de los aspectos fundamentales es la rentabilidad de los productos. Según datos del Banco de España, el tipo de interés medio de las cuentas corrientes se sitúa en el 0,45% y los tipos de interés de los depósitos a plazo fijo rondan el 1,5% o 2% a un año. Estos son dos de los productos más contratados por los españoles. Un 51% del ahorro está invertido en cuentas y depósitos, un 26% en fondos de inversión, un 22% en acciones y el resto en planes de pensiones y depósitos. Preguntar cuál es la rentabilidad que darán las cuentas y los depósitos y compararlas con la media es útil para determinar si es apropiado o no elegir un determinado banco. Lo lógico es apostar por entidades que remuneren en la línea media del mercado o por encima. En cuentas de ahorro operativas, es habitual encontrar productos que remuneran el ahorro con un insignificante 0,1%. Sin embargo, esto debe compensarse con la exención de comisiones.

Los bancos cobran una media de 178 euros anuales por los servicios bancarios básicos

Comisiones

Es fundamental preguntar por las comisiones asociadas a los productos de ahorro. Una alta retribución puede perderse si la comisión es muy elevada. Con la crisis, además, la tendencia que siguen numerosas entidades es incrementar las comisiones por los servicios básicos bancarios. En lo que va de año, la mayoría se han encarecido. El Banco de España ha constatado cómo, en los primeros nueve meses del año, la comisión de mantenimiento de una cuenta corriente se ha encarecido un 3%, hasta 20,8 euros de media al año. La cuota de una tarjeta de débito ha subido un 9,3%, hasta superar los 16 euros, y la de las tarjetas de crédito alcanza 33 euros anuales, un 5,9% más que a cierre de 2008. Realizar una transferencia cuesta de media 3,5 euros.

En total, según un estudio de la Comisión Europea en España, los bancos cobran una media de 178 euros anuales por los servicios bancarios básicos: mantener una cuenta corriente, una tarjeta de débito y otra de crédito, hacer transferencias e ingresar cheques y extraer efectivo de cajeros automáticos. En cualquier caso, muchas entidades están dispuestas a negociar con los clientes y eximirles de pagar comisiones, sobre todo si tienen domiciliada la nómina o han contratado otros productos, como hipoteca, planes de pensiones o fondos de inversión. En cuanto a las comisiones de mantenimiento, conviene preguntar cuáles se aplican por cancelación anticipada. Poder disponer del dinero sin coste es una ventaja en estos tiempos de incertidumbre.

Disponibilidad

Algunas entidades ponen trabas a la extracción de determinadas cantidades de dinero y, en ocasiones, no ofrecen disponibilidad diaria. Es recomendable consultar cómo se puede obtener el dinero, en especial, cuando se necesita. La banca tradicional exige solicitar el reembolso de cantidades superiores a 3.000 euros con un día de antelación. En banca por Internet, sin embargo, la disponibilidad no es total. Cuando la entidad obliga a mantener una cuenta asociada en otro banco, en los mejores casos, el usuario dispondrá de su dinero en un plazo medio de dos o tres días, pero nunca en el mismo día en el que necesita el capital. Al hacer transferencias, las diferencias entre entidades son sustanciales. En la banca tradicional, tardan dos días en ser efectivas. En banca on line, hasta cuatro días (algunas entidades que realizan operaciones en jueves, no permiten disponer del dinero hasta el martes siguiente). También algunas entidades que operan en la red exigen varios trámites para transferir cantidades superiores a 12.000 euros. La disponibilidad del capital no es inmediata y puede ser contraria a los intereses de un ahorrador muy activo, que mueva a menudo su dinero. Es apropiado consultar la operativa de cada entidad en este aspecto.

Red de cajeros y sucursales

España cuenta con una de las redes de sucursales y cajeros automáticos más amplias de toda Europa. Sin embargo, como forma de recortar gastos, numerosas entidades han empezado a cerrar oficinas en estos últimos dos años. Desde el Banco de España se destaca la excesiva red de oficinas bancarias de nuestro país. Incluso ha recomendado reducirlas. Para un cliente, sin embargo, puede ser negativo que cierren la sucursal más cercana a su domicilio. Por ello, conviene consultar la estrategia que sigue cada entidad, con el ánimo de intuir si tendrá que cambiar o no de oficina bancaria.

El cierre no afecta, por el momento, a la red de cajeros. Sin embargo, es un aspecto interesante en la elección del banco. Si el usuario viaja, sobre todo por España, puede ser recomendable escoger una entidad con gran número de cajeros extendidos por todo el territorio y no sólo localizados en una región concreta. Por lo general, las entidades cobran comisiones elevadas cuando no se extrae dinero de un cajero de su propia red.

Multicanalidad

La moda del sector financiero es ofrecer varios canales operativos al cliente: sucursales físicas, teléfono, Internet e, incluso, el teléfono móvil. A un ahorrador muy activo le puede interesar una entidad que proponga diversos canales para operar. En cualquier caso, debe preguntar cómo funciona cada uno de ellos y qué seguridad tienen. La operativa por teléfono, Internet y móvil se asocia a unas claves personales que el usuario debe recordar y preservar.

Transparencia y buena información

Las entidades deben comunicar a los clientes las modificaciones de las condiciones de sus productos 15 días antes de comenzar a aplicarlas

El Banco de España exige a las entidades que comuniquen a los clientes cualquier modificación de las condiciones de sus productos 15 días antes de comenzar a aplicarlas. Si no lo hacen, incurrirán en una mala práctica bancaria. Antes de elegir banco es fundamental exigir que cumplan este compromiso. En caso contrario, una buena opción es tramitar una reclamación. También se puede anular el contrato de su producto si no se está de acuerdo con las nuevas condiciones. Además, al contratar un activo, es fundamental que el comercial o director de la sucursal del banco explique al cliente de modo sencillo cómo funciona.

Tras la quiebra de Lehman Brothers se demostró que muchas personas habían suscrito productos que no comprendían. No les habían explicado de manera correcta su funcionamiento. Antes de contratar un activo, hay que solicitar esta información detallada. Es habitual que las entidades introduzcan «letra pequeña» relativa al plazo en el que se ofrece una determinada rentabilidad. Se promete un tipo de interés que sólo se aplica durante un breve periodo de tiempo. Pasado ese plazo, las condiciones pueden ser mucho menos favorables.

Productos claros y comprensibles

La MIFID (la nueva directiva sobre mercados financieros) que entró en vigor en 2007 exige a las entidades hacer un test a sus clientes para comprobar si se ajustan al perfil de riesgo y de conocimientos financieros que exige el producto. Es importante optar por entidades financieras que brinden productos claros y comprensibles. Conviene apostar por bancos y cajas que redacten los folletos de comercialización y los contratos de sus productos de forma sencilla y sin excesivos tecnicismos.

Cuidado con las ofertas y los regalos

No es acertado elegir un banco en función de los regalos, concursos o promociones en marcha. El obsequio no debe primar en la elección. En ocasiones, las entidades exigen firmar contratos de permanencia que superan los tres años, sólo por dar al cliente un regalo. La vinculación sale cara.

De forma periódica, los bancos lanzan nuevos productos aparejados a unos determinados objetivos de captación de clientes. A algunos comerciales se les motiva con la promesa de obtener un bono de retribución variable si se alcanzan las expectativas, por lo que antes de dejarse llevar por un producto muy publicitado, conviene preguntar su rentabilidad, funcionamiento y comisiones. Hay que elegir el producto más adecuado y acorde con las necesidades del cliente.

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