No solo la sequía eleva los precios
Hortalizas, frutas, la carne o la leche, la electricidad… ¿Es la sequía la culpable del encarecimiento de todos estos productos? La falta de agua desempeña un papel importante, pero «no solo es la sequía», asegura Chema Gil, profesor de Economía Agraria y director del Centro de Investigación en Economía y Desarrollo Agroalimentario (CREDA). El investigador afirma que, además de la escasez de lluvia, «la guerra en Ucrania y el encarecimiento de los costes de producción serán responsables del posible aumento de los precios».
No hay que olvidar que Ucrania es «el granero de Europa», con una producción de cereal del 70 %, «básico para el ganado porcino, por ejemplo». Las consecuencias de unir sequía, guerra y elevados costes de producción son aún «impredecibles», pero no auguran que los precios dejen de subir.
Sube el precio de los alimentos
Una de las consecuencias asociadas tradicionalmente a la sequía, y magnificada por los carísimos costes de producción actuales, es la subida del precio de los alimentos.
🥑 🍅 Hortalizas y frutas
Las comunidades autónomas más afectadas son Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura, Murcia y la Comunidad Valenciana. Debido a la falta de lluvia, la ausencia de pastos es notable; por ello, los animales salvajes se acercan hasta zonas de sembrado para comer las semillas que siembran los agricultores, destrozando la cosecha.
A la falta de agua y cosechas, se une el encarecimiento de los costes de producción, que a la postre redundará en el coste final.
Además, cabe incidir en que si no se producen aquí, es preciso importarlas, lo que tiene un impacto en el medio ambiente y encarece también su precio. Más aún teniendo en cuenta la situación bélica y la sequía global, que afectan también a zonas que tradicionalmente nos surten de productos.
🌾 🌻 Cereales y aceite
La falta de agua ha provocado también notables daños a los cultivos de secano, en especial a los cereales. Se trata de un cultivo deficitario en nuestro país desde hace años, por lo que dependemos en gran medida de las importaciones. Y esto supone un problema añadido, pues nuestro principal surtidor es Ucrania. La invasión del país hace que haya menos cereal y, por tanto, que suba su precio.
El caso del aceite de girasol es similar. Sus precios, como los de los productos procesados que lo utilizan como ingrediente, también se han incrementado en los últimos días, y hasta ya se ve que se está racionalizando este tipo de aceite para evitar su desabastecimiento.
🐄 Lácteos y carne
La sequía incrementa los costes de producción, señala el ganadero Antonio Collado. Sin embargo, esto no se ve reflejado en el precio del animal: el ganadero no tiene capacidad para repercutir el coste de producción cuando hay sequía. ¿Por qué razón? No hay que olvidar que los precios dependen de la «oferta y la demanda, y si no hay demanda de terneros o cordero, su precio bajará», explica.
Eso sí, un filete puede costar al final más caro al consumidor. Una vez que estos animales entran en la cadena de transformación, «el actual aumento de los costes a la industria, como son la luz y los combustibles principalmente, sí se repercutirá en el precio final de un filete vendido en el súper», añade María Ambrona, veterinaria y ganadera.
Energía más cara
En la actualidad, el agua embalsada se encuentra al 44,02 %. Esto representa un 0,28 % menos que la semana pasada y está muy por debajo de lo que teníamos el año pasado (64,11 %) y de la media de los últimos diez años (63,41 %), según explica Mar Gómez, doctora en Físicas y meteoróloga de eltiempo.es.
La situación más grave se da en la región de Murcia, que se encuentra al 20,95 % de la capacidad de agua embalsada. En mejor situación se hallan las del Cantábrico oriental, como el País vasco (80,18 %) y Navarra (82,34 %), añade la experta.
Son malas noticias para el consumidor, pues cuando los embalses están por debajo de sus valores medios y, además, apenas llueve, hay que recurrir a otras formas de generación de electricidad, que son más contaminantes y más caras.
Hay que tener en cuenta que con la sequía no solo se resiente la generación de energía hidroeléctrica, sino también la de energía eólica, por la falta de viento. De continuar las lluvias escasas, la factura eléctrica continuará escalando.
🔸 Dermatitis y acné. La descamación por dermatitis atópica es más frecuente y más severa cuando hay alta contaminación. Pero también empeoran los casos de acné. Para el tratamiento de ambas dolencias es preciso adquirir productos específicos, que no siempre son baratos.
🔸 Problemas bronquiales. Las alergias y las bronquiolitis, entre otros, empeoran con la contaminación y la falta de lluvias. Sin embargo, también es cierto que el uso de las mascarillas para evitar el contagio por covid-19 ha frenado muchos problemas respiratorios durante este año, a pesar de la sequía.