Condiciones técnico-sanitarias de los envases alimentarios

El Parlamento Europeo ha aprobado una serie de medidas de seguridad aplicables a las sustancias y materiales que entran en contacto directo con los alimentos en su comercialización.
Por EROSKI Consumer 15 de abril de 2004

La calidad de la comida que adquirimos en las tiendas no depende sólo de su composición y tratamiento, sino también de otros factores que no atañen al producto alimenticio directamente. Entre estos condicionantes son sustanciales por sus posibles consecuencias los referidos al envoltorio o envase de los alimentos comercializados.

Para salvaguardar al consumidor de riesgos innecesarios la legislación europea aplica la Directiva del Consejo 89/10/CEE del 21 de diciembre de 1988, que establece los principios generales por los que los materiales en contacto con los alimentos han de regirse.

Recientemente la Comisión Europea propuso una enmienda a esa directiva que fue aprobada por el Parlamento Europeo. La actualización era necesaria, puesto que desde la entrada en vigor de la norma se han producido cambios en el sector alimenticio que pueden afectar a la aplicación práctica de dicha legislación.

Las variaciones más significativas se refieren a los envases de los alimentos; las novedades han permitido la existencia de envases que pueden interaccionar con la comida que envuelven. El nuevo reglamento diferencia entre envases «activos», que son los que actúan sobre los alimentos preservando sus cualidades o conservándolos más adecuadamente (algunos son capaces de añadir aromas o conservantes a la comida con la que están en contacto), y envases «inteligentes», capaces de transmitir información sobre el estado y la calidad de los alimentos.

En este sentido el órgano legislativo europeo ha aprobado disposiciones específicas para evitar que los envases originen modificaciones en la composición de los productos alimenticios que disimulen su deterioro o alimenten dudas sobre su estado (los envases «activos» pueden hasta transmitir colorantes a los alimentos).

Otros de los cambios se refieren al etiquetado de los envases. En este caso se establece un sistema de trazabilidad, esto es, una manera de identificar y localizar las etapas de la producción y comercialización de los productos alimenticios. Así se facilita la identificación de los alimentos o envases sobre los que se tenga sospechas acerca de su calidad o deterioro y deban ser retirados del mercado. También se ha decidido que todos los materiales que entren en contacto directo con los alimentos han de llevar la mención «para el contacto con alimentos» o un símbolo característico en su superficie.

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