Construir una piscina en casa puede proporcionar a los ocupantes de un inmueble una mejor calidad de vida, así como un espacio de ocio y deporte idóneo para grandes y pequeños. Y, por qué no, un aumento considerable en el valor económico de la propiedad, eso sí, siempre y cuando esté diseñada y construida de un modo correcto y adecuado a la normativa.
Antes de decidirse por un modelo concreto es importante recibir asesoramiento de una empresa especialista para saber, por ejemplo, qué piscina puedes poner en la terraza. Pedir varios presupuestos y consultar sobre las entregas de garantías escritas y plazos de las mismas puede evitar algunos malentendidos. Pedir varios presupuestos y consultar sobre las entregas de garantías escritas y plazos de las mismas puede evitar algunos malentendidos. Asimismo, es recomendable pedirle al constructor referencias de otras piscinas que él mismo haya construido en otras ocasiones para comprobar la calidad del trabajo.
Espacio disponible y tamaños de piscinas
Cuando el espacio disponible para colocar la piscina es de reducidas dimensiones, habrá que tener muy en cuenta el tamaño de la misma: se deberán respetar rigurosamente las disposiciones reglamentarias que determinan una distancia mínima de 1,20 metros entre las piscinas y los ejes o paredes medianeras.
Otro elemento que se debe tomar en consideración será el número de bañistas y el volumen de la piscina. Así, por ejemplo, se calcula que seis personas necesitan al menos 18 metros cuadrados de agua para moverse holgadamente al mismo tiempo en una misma piscina. Por tanto, si la piscina fuese rectangular, sus medidas serían de seis metros de largo por tres metros de ancho.
Puede ocurrir también que existan construcciones antiguas ocultas bajo el suelo, por ejemplo, bloques de cimientos, pozos negros, etc. No influirán en las dimensiones de la piscina, pero sí es probable que lo hagan en el precio final de ésta, generando un alto coste extra si no se presupuestó en un principio.
Otros aspectos importantes para escoger el emplazamiento son: la orientación de la misma en relación al recorrido del sol en los meses de verano, las alturas de las paredes medianeras y la presencia de árboles frondosos, que influirán en su futuro mantenimiento.
Los bordes atérmicos y antideslizantes, así como las losetas para solarium, se utilizan para cubrir el entorno de la piscina y mejorar su estética y comodidad. Estos últimos son más recomendables porque no resbalan y no se calientan con el sol. A la hora de instalarlos hay que tener en cuenta que las piezas se deben colocar con anterioridad al secado de la mezcla de adherencia.
El agua, el pH y el cloro
La piscina debe contar necesariamente con un sistema de depuración que preserve las condiciones de economía, seguridad e higiene. Cuando se llenan con agua corriente o de perforación, generalmente se observa que el agua es limpia, pero al estar expuesta al sol y al aire puede contaminarse de los microorganismos que hay en la atmósfera, además de los que llevan los bañistas. Por otro lado, el aire y la lluvia introducen en el agua cantidades de polvo, tierra y hojas que la enturbian. Estos factores pueden producir que en pocos días la piscina se convierta en un espacio poco agradable para el baño.
Para combatir este problema se debe mantener en el agua una cantidad de cloro residual suficiente para que las bacterias y microorganismos que se hallen en ella puedan ser destruidos al momento. Por eso es muy recomendable la instalación de un filtro que por medio de una bomba retenga en su interior toda la materia en suspensión del agua. Por otro lado, los valores de pH estarán comprendidos entre 7,2 y 7,8, de tal modo que el nivel de acidez y alcalinidad del agua sea el apropiado y no resulte corrosivo para ojos y mucosas nasales. El nivel de cloro libre en el agua, según las disposiciones sanitarias vigentes, estará comprendido entre 0,5 y 1,5 ppm.El nivel de cloro libre en el agua, según las disposiciones sanitarias vigentes, estará comprendido entre 0,5 y 1,5 ppm
Bombas y filtros para piscinas
Un buen sistema de filtrado y su correspondiente bomba, así como el correcto mantenimiento químico del agua de la misma, son claves para el buen funcionamiento de la piscina. El filtro y la bomba deben situarse a una distancia no superior a los 15 metros de la piscina y a un nivel de 0,50 metros por debajo de la superficie de agua de las piscinas.
El filtro está compuesto por una masa de arena silícica, a través de la cual se hace circular el agua en sentido descendente; de esta forma se retiene entre ella la materia en suspensión del agua filtrada. Una vez iniciado el ciclo de filtración y al cabo de cierto tiempo, será preciso lavar el filtro, ya que la arena se habrá obstruido con la suciedad, lo que impedirá el paso del agua. Con el lavado a contracorriente se consigue invertir el sentido de circulación del agua de las piscinas en el filtro, expulsando así en el desagüe la materia filtrada.
Para escoger el tamaño del filtro hay que tener en cuenta el caudal que se determine para la bomba. Es recomendable que además de instalar un filtro, se preste atención al tratamiento químico del mismo para obtener así el máximo rendimiento del aparato.
El mercado ofrece un sinfín de complementos para las piscinas. Entre ellos se pueden adquirir:
- Escaleras marineras o desmontables: Es recomendable que sean de acero inoxidable para que duren más tiempo.
- Hidrojet: Funciona con la mezcla de agua y aire, los que posibilita recibir agua en las piscinas de forma burbujeante y con mayor presión que la que le brindaría un típico retorno. Se usa como una alternativa de hidromasaje.
- Utensilios para la limpieza manual (paleta saca hojas): Especialmente aconsejadas para piscinas que están colocadas en zonas con varios árboles o plantas.
- Skimmers: Son bocas de succión que están instaladas en una de las paredes de las piscinas a un nivel próximo a la superficie de las mismas, y que permite el correcto proceso de filtrado del agua.