Entrevista

«Una clase más eficiente de frigorífico supone el ahorro de más de 400 euros»

Marina Gros, biotecnóloga y experta en eficiencia energética de Ecodes
Por Mónica Timón 6 de noviembre de 2020
Marina Gros eficiencia energetica
Imagen: Ecodes

Marina Gros es biotecnóloga y responsable de Políticas Públicas y Gobernanza Climática en Ecodes, Ecología y Desarrollo, una organización sin ánimo de lucro que trabaja hacia un desarrollo sostenible. Esta entidad es uno de los 20 socios europeos del proyecto Label 2020. Le preguntamos en esta entrevista sobre esta iniciativa, por las ventajas del nuevo etiquetado energético para los electrodomésticos que acaba de entrar en vigor y por nuestros hábitos energéticos.

¿Qué es Label 2020?

Es un proyecto con financiación europea cuyo objetivo es ayudar y armonizar la transición al nuevo etiquetado energético. Estas nuevas etiquetas afectarán a una gran variedad de actores, desde fabricantes, administraciones públicas [implicadas en el cambio de normativa] y distribuidores hasta los propios consumidores. Label 2020 se acompañará de una gran campaña de comunicación que se va a desarrollar en 16 países europeos para dar a conocer y facilitar este cambio.

¿Por qué se cambia precisamente ahora?

El etiquetado energético europeo fue creado hace 25 años y, durante este tiempo, ha tenido un gran impacto. Por una parte, los consumidores han podido elegir de forma informada los productos más eficientes. Pero también ha servido para impulsar el desarrollo y la innovación por parte de los fabricantes. Este sistema no está obsoleto, pero ha llegado a un punto en el que las etiquetas más eficientes pueden generar cierta confusión. Por tanto, se va a hacer un reescalado para crear una nueva generación de etiquetado energético más claro.

Para el consumidor, ¿tiene alguna ventaja respecto al anterior etiquetado?

Este reescalado va a hacer que sea un sistema más transparente. Así, los consumidores podrán informarse y comparar más fácilmente unos productos con otros y elegir los más eficientes. También podrán escoger los que más se adecuen a sus necesidades, porque las nuevas etiquetas incluyen información importante para conocer la usabilidad del producto. Por ejemplo, en el caso de una lavadora, sabremos cuánto ruido emite o cuánto dura el programa ECO antes de comprarla.

¿Realmente ayudan estas etiquetas a ahorrar energía?

Los productos eficientes consumen menos energía al ser utilizados y, por lo tanto, la repercusión en la factura de la luz del consumidor es directa y positiva. Además, tienen un menor impacto ambiental, que se puede apreciar en la disminución de los gases de efecto invernadero que emiten.

¿Cuánto ahorra un consumidor si, por ejemplo, se compra un electrodoméstico A frente a otro con una clasificación menor?

Los frigoríficos menos eficientes que hay ahora mismo en el mercado pertenecen a la clase A+. Si comparamos un frigorífico A+++ que sea combi, con una capacidad de 200 litros en la parte de frigorífico y 100 en la de congelador, con uno de las mismas características, pero A+, el consumidor ahorrará 1.500 kWh. Si se toma como referencia el precio medio europeo del kilovatio, que es 0,27 kWh, supondría un ahorro en la factura de 405 euros en toda la vida útil del electrodoméstico.

¿Existe algún cálculo aproximado del impacto que tendrá el nuevo etiquetado en el ahorro energético global?

Según las estimaciones de la Comisión Europea, se calcula que el ahorro podría ser de 38 tWh [teravatio hora] hasta 2030. Es decir, en 10 años se ahorraría la energía equivalente al consumo anual de toda Hungría.

¿Cuál es la partida de gasto energético más grande en los hogares?

En general, la partida más grande suelen ser los sistemas de calefacción y de refrigeración, aunque depende de la zona climática. Y, precisamente, estos no serán reescalados en esta primera fase. La eficiencia de los aparatos que tenemos en casa es clave. Pero, para ahorrar, también es importante desarrollar hábitos eficientes de utilización. Puedo tener un frigorífico muy eficiente, pero si lo fijo a una temperatura superior a la que necesito, deja de serlo. O puedo comprar un frigorífico con capacidad para una familia de cuatro o cinco personas cuando convivo solo o con mi pareja. Además, es importante que nuestro hogar esté bien aislado, tanto para el verano como para el invierno, porque reduciremos el uso de calefacción y aire acondicionado.

¿Cuál es la asignatura pendiente de los hogares españoles?

El parque de viviendas en España es, en general, bastante antiguo e ineficiente. Y sus calderas, también. Además, tenemos aparatos eléctricos que consumen mucho.

A la hora de contratar el servicio de una compañía de electricidad, ¿en qué aspectos debemos fijarnos?

El primer aspecto que debemos tener en cuenta es la potencia contratada. Se trata una cuota fija que pagamos con independencia del consumo, por lo que es imprescindible que esté ajustado a nuestro consumo y sea adecuada con nuestras necesidades, y no mayor. También podemos acogernos a la tarifa del mercado regulado por el gobierno o PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor) [disponible para los usuarios con una potencia eléctrica inferior a 10 kW]. Y comprobar si tenemos acceso al bono social.

¿La tarifa eléctrica nocturna supone algún tipo de ahorro?

Sí, también es importante la discriminación horaria. Se trata de una tarifa en la que el precio del kilovatio por hora se divide en dos franjas. En las horas punta se paga más que en las horas valle. Si el consumidor puede organizarse para poner lavadoras o lavavajillas en horario valle, se notará en la factura de la luz. Incluso si es imposible, hay que recordar que los grandes electrodomésticos están enchufados día y noche, por lo que una gran parte del día estarán en el horario más barato. Sea como sea, la discriminación horaria suele ser muy beneficiosa para todo tipo de hogares.

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