Interpretar una factura

Es esencial saber desentrañar el significado de una factura para poder detectar errores y, además, conocer el gasto de los servicios, los intereses de las cuentas o el total cobrado por trabajar
Por José Ignacio Recio 6 de agosto de 2014
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Imagen: David Morris

A pesar de que el 59% de los estudiantes españoles tiene una cuenta bancaria y el 41% obtiene dinero haciendo pequeños trabajos en vacaciones, uno de cada seis alumnos en nuestro país no sabe interpretar una factura, según el último informe PISA, que analiza las habilidades financieras de jóvenes en torno a 15 años de un total de 18 países. Esta aptitud es en especial alarmante en cuanto a posibles actuaciones como reclamaciones ante un servicio o la elaboración de un presupuesto mensual. Por eso, como se señala a continuación, es esencial desarrollar estas habilidades, pues, en caso contrario, se es proclive a no detectar los posibles errores que aparezcan en las facturas y a desconocer el verdadero gasto de los servicios recibidos o el total que se cobra por trabajos realizados, una vez descontados impuestos y otra serie de deducciones en la nómina.

¿Por qué es beneficioso interpretar las facturas?

Conocer las facturas es muy importante, no solo para favorecer una cultura financiera entre los ciudadanos, sino para que estos conozcan en realidad lo que pagan, lo que cobran de su empresa y para disponer de una información plena sobre todos los movimientos que repercutirán en su cuenta corriente. Los principales beneficios de interpretar de forma correcta las facturas se derivan de las siguientes actuaciones:

  • Es el pasaporte para formalizar cualquier queja o reclamación ante la entidad emisora de los mismos, por cualquier circunstancia.

  • Permite una mayor planificación en el presupuesto mensual, al conocer con más detalle los gastos que se tendrán en cada periodo.

  • Ayuda a conocer mejor qué variables e impuestos se aportan a los recibos y a mejorar la capacidad de análisis para cambiar de oferta o irse a otra compañía en los servicios liberalizados.

  • Al disponer de una mayor cultura financiera, será más fácil detectar cualquier error o anomalía en alguno de los recibos emitidos y reclamarlo al emisor.

  • Será más difícil que cualquier incidencia no contemplada en el contrato se refleje en contra de los intereses de los usuarios.

  • Se podrá descubrir con más ágilidad cualquier cambio en el consumo, con lo que podrá aplicarse una óptima estrategia de ahorro para los próximos meses.

  • Es el instrumento definitivo para presentar alguna reclamación ante terceras instancias (arbitraje, defensa de los consumidores, órganos de consumo…) ante cualquier incidencia que vaya en contra de los intereses de los usuarios.

Qué aspectos tener en cuenta en cada factura

Para mejorar el conocimiento a la hora de escudriñar una factura, es preciso tener algunas nociones básicas, al menos sobre los recibos más habituales con los que se está más familiarizado.

  • Nóminas: no es lo mismo el salario bruto que el neto, así como las deducciones que conformarán este documento.

  • Recibos de compra: deberá reflejar la cantidad aportada y su devolución, con la correspondiente aplicación de los impuestos, así como si se ha efectuado el pago con tarjeta o en metálico.

  • Factura de agua: serán objeto de facturación la cuota fija o de servicio, cuota variable o de consumo, recargos especiales, derechos de acometida, cuota de contratación, cánones, fianzas y servicios específicos.

  • Factura eléctrica: hay varios conceptos importantes que deben conocerse para interpretar el recibo y que se refieren al término fijo de potencia, energía consumida, impuesto sobre electricidad, alquiler de equipos de medida, IVA y origen de la electricidad.

  • Factura del gas: se incluirán los siguientes conceptos en cada recibo que pase la compañía, como el tipo de contrato, consumo, término fijo, IVA y otros productos facturados

  • Factura telefónica: se detallan los servicios contratados, ya sea Internet, telefonía, televisión, etc. Por otro lado, también se especificará el consumo y, al final, el valor total que hay que pagar.

Las finanzas en la escuela

La Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España han presentado un Plan de Educación Financiera. Su objetivo es contribuir a la mejora de la cultura financiera de los ciudadanos, dotándoles de herramientas, habilidades y conocimientos para adoptar decisiones financieras informadas y apropiadas, teniendo siempre en cuenta sus necesidades, su situación individual o familiar y los riesgos que asumen.

Son varias las entidades financieras que ya se han adherido a este programa educativo y que ofrecen a sus clientes información sobre muchas de las operaciones que admiten en sus relaciones con su banco o caja, y que van desde el endeudamiento hasta el préstamo hipotecario, pasando por los productos de ahorro y de inversión. Y tampoco faltan otras temáticas más específicas como la planificación de la jubilación, seguros y previsión, productos bancarios operativos de ahorro y financiación y prestaciones por desempleo, entre los más destacados.

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