Las nuevas tecnologías han multiplicado el número de electrodomésticos y sus funciones, a la vez que han abaratado costes y reducido el precio de venta al público durante los últimos años. Las reclamaciones de los usuarios por problemas derivados del trabajo de los Servicios de Asistencia Técnica (SAT) casi se han triplicado en la última década (desde las 7.910 del año 1991 a las 20.529 de 2002) aunque, según los datos del Instituto Nacional de Consumo, se han reducido en los dos últimos años, ya que en 2000 ascendieron a 25.679 consultas y reclamaciones.
No obstante, al acudir a los SAT es importante tener en cuenta los siguientes extremos:
Respecto a las piezas de repuesto:
–Todas las que se utilicen en la reparación deberán ser nuevas excepto expreso consentimiento del cliente.
–Si se utilizan piezas usadas o recuperadas, su precio ha de ser inferior a las nuevas.
–El taller debe tener a disposición del público los documentos que justifiquen el origen y precio de las piezas usadas.
–El taller está obligado a entregar al cliente las piezas de repuesto que hayan sido sustituidas.
–Los SAT están obligados a dar servicio de piezas de repuesto funcionales durante siete años a partir de la fecha en que se deja de fabricar ese modelo. El plazo se reduce a cinco años para piezas de menos de 60 euros y dos años para las piezas estéticas.
Respecto a la factura:
–Su entrega al cliente es obligatoria.
–Detallará todas las operaciones realizadas, piezas de repuesto empleadas y tiempo de la mano de obra.
–En este documento ha de figurar el domicilio y NIF de la empresa, domicilio del usuario, marca y modelo de aparato y fecha y firma del empleado que ha prestado el servicio.
Respecto a la garantía:
–Es de tres meses y comienza a contar desde la entrega del aparato.
–La garantía sólo tiene validez si el aparato no ha sido manipulado por terceras personas.
–La garantía incluye gastos de desplazamiento de operarios, transporte del electrodoméstico y las nuevas piezas de repuesto necesarias.
