Los planes de pensiones de empleo comienzan a ganar interés en España. En 2006, más de 1.500 empresas pusieron en marcha un fondo de pensiones para sus empleados, con el fin de ayudarles a complementar su pensión de jubilación pública. La cifra supone un crecimiento del 22% respecto al año anterior. A cierre del ejercicio, más de 6.700 empresas contaban con un plan de pensiones de este tipo. Aunque el dato resulta todavía insignificante si se compara con el gran tejido empresarial español (que cuenta con más de tres millones de sociedades), vislumbra una tendencia alcista. De hecho, son muchas las instituciones que promueven una mayor creación de planes de empleo como instrumento eficaz para planificar el ahorro de cara a la jubilación. Para los partícipes, se trata de un producto con interesantes ventajas, entre las que destaca su fiscalidad, ya que permiten rebajar la base imponible del contribuyente. Además, frente a los planes de pensiones individuales son interesantes porque, por lo general, tienen menores comisiones, pero iguales perspectivas de rentabilidad.
Inversiones a largo plazo
Los planes de pensiones de empleo son un producto de inversión a largo plazo. Su peculiaridad, frente a los planes de pensiones del sistema individual (que se pueden contratar libremente en el mercado, en la entidad que uno decida), es que el promotor de los planes de empleo es una empresa o empresario. Es decir, que sólo los empleados de esa determinada empresa podrán beneficiarse de los planes de empleo creados en su favor. Por tanto, si la empresa en la que uno trabaja no tiene constituido un plan de pensiones de estas características, el trabajador no podrá contratarlo en otra ni disfrutar de sus ventajas.
En algunos casos, la constitución de este tipo de planes puede ser una obligación para la empresa derivada de la exteriorización de sus compromisos por pensiones recogidos en el convenio colectivo, en el sectorial o en acuerdos individuales. En los últimos años, sin embargo, las empresas están creando este tipo de planes por voluntad propia, como forma de incentivar y fidelizar a sus empleados. De hecho, desde algunas entidades bancarias afirman que el plan de pensiones de empleo es un incentivo de menor coste que una mejora salarial, ya que las aportaciones al plan no están sujetas a la cotización de la Seguridad Social.
Ventajas de los planes de empleo
Una de las principales ventajas de los planes de empleo para los ahorradores es su fiscalidad. Los contribuyentes de hasta 50 años pueden deducirse de su base imponible hasta 10.000 euros de las aportaciones realizadas a estos productos o el 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidas individualmente en cada ejercicio. A partir de los 52 años, el límite deducible es de 12.500 euros o el 50% de sus rendimientos de trabajo. Esta cifra, sin embargo, es conjunta para planes de empleo individuales y de empresa. Es decir, entre ambos instrumentos, como mucho se podrán desgravar por las cantidades mencionadas. Si el límite se agota con el plan de empleo, las aportaciones realizadas a planes individuales no disfrutarán de beneficio fiscal.
Además, los partícipes de más de 65 años, incluidos los jubilados, podrán realizar aportaciones (hasta 12.500 euros anuales) para su propia jubilación o dependencia, siempre que no hayan iniciado el cobro de la prestación. Ésta es una de las novedades de la reforma fiscal que entró en vigor en enero de este año, ya que, hasta 2006 los jubilados sólo podían realizar sus aportaciones a favor de sus herederos.
Una de las ventajas de estos productos es que las comisiones suelen ser menores que las que aplican los planes de pensiones individuales
En el sistema de empleo, las aportaciones las pueden realizar tanto la empresa como los empleados. De este modo, para poder calcular las ventajas fiscales, los trabajadores deben informarse sobre cuánto ascienden las aportaciones que realiza anualmente la empresa a su favor. Los planes de pensiones de empleo son, por tanto, un buen instrumento con el que optimizar la planificación fiscal. El partícipe puede realizar aportaciones a estos productos en cualquier momento para complementar su pensión pública de jubilación. En todos los casos, los planes de empleo son un elemento diferenciador entre empresas y de fidelización de los empleados.
Otra de las ventajas de los planes de empleo es que sus comisiones suelen ser menores que las que aplican los planes de pensiones individuales porque a la hora de constituirse, el promotor ya sabe de antemano que va a contar con un número determinado de partícipes.
Inconvenientes
Una de las desventajas de los planes de empleo es que el partícipe no puede decidir en qué tipo de plan le gustaría entrar. Cuando un ahorrador contrata un plan de pensiones individual, debe decidir entre una amplia oferta de productos (que en la actualidad supera los 1.800 planes). Entre esta numerosa gama se encuentran planes que invierten en bolsa, en renta fija, mixtos, garantizados… de modo que el partícipe puede optar por el que mejor se adecúe a su perfil de inversión, su aversión al riesgo y su edad. En el caso de los planes de empleo, es la empresa la que impone el producto, con lo que el partícipe no puede decidir.
Tampoco podrá, por tanto, traspasar su dinero (lo que se denominan derechos consolidados) a otro plan de pensiones que le guste más, como sí se puede hacer, sin coste fiscal, entre planes de pensiones individuales.
En el caso de cambiar de trabajo, el plan de empleo dejará de aumentar su volumen de ahorro ya que ni la empresa ni el antiguo empleado realizarán nuevas aportaciones. En cualquier caso, las aportaciones a los planes de pensiones sistema de empleo son un salario diferido al momento de la jubilación que, al igual que el resto del sueldo, pertenece en todo caso al trabajador. Los derechos adquiridos se mantendrán intactos, de modo que el trabajador podrá rescatar su ahorro del plan de pensiones de empleo en el momento de su jubilación.
Rentabilidades
En cuanto a la rentabilidad de los planes de empleo, de entrada, los gestores aplican las mismas técnicas para administrar el patrimonio que en los planes individuales, con lo que las ganancias pueden ser muy similares. Curiosamente, según los datos de Inverco (Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones) a cierre de septiembre de 2007, los planes de empleo ofrecían mejores resultados que los individuales. En los últimos doce meses, mientras los planes individuales registraban una ganancia del 4,41%, los de empleo ganaban, de media, un 5,15%. En los últimos tres años, estos planes ganan, de media, un 6,46%, frente al 6,27% de los individuales.
En cualquier caso, la diferencia entre los resultados es mínima y esto se explica porque todas las entidades que gestionan un plan de empleo son también gestoras de varios planes de pensiones del sistema individual, con lo que los criterios que utilizan para marcar sus políticas de inversión en unos y otros productos suelen ser muy parecidos. Una de las más destacadas es Fonditel, la gestora de los planes de empleo del grupo Telefónica y, precisamente, la mayor institución de ahorro colectivo de España. En la actualidad, gestiona 35 planes de empleo con un patrimonio de aproximadamente 4.100 millones de euros, lo que la coloca en el grupo de cabeza de gestoras españolas por volumen de patrimonio gestionado. Las rentabilidades de sus productos vienen figurando en los primeros puestos del ránking de forma sistemática.
En los últimos doce meses, por ejemplo, el plan Empleados de Telefónica Móviles acumula una rentabilidad del 12,29%, muy por encima de la media de su categoría. No obstante, en el último año, el plan de empleo más rentable es el denominado Traballadors de ACESA, gestionado por BBVA. Sus ganancias alcanzan el 76,78%. Le sigue el plan Ayuntamiento Cartagena (que gestiona La Caixa), con una revalorización del 59,64%.
Los planes de empleo, en cifras
En la actualidad, en España los planes de pensiones de empleo gestionan un patrimonio de 31.024 millones de euros, según datos de Inverco. Una cifra que supone un incremento del 6,04% respecto al año anterior. El número de partícipes que se benefician de un plan de estas características alcanza los 1,7 millones, un 5,72% más que en septiembre de 2006. Esta cifra, sin embargo, no es muy significativa si se compara con los ahorradores de planes de pensiones individuales, que ya superan los 8,3 millones, según Inverco.
Los planes de empleo son un instrumento más que aconsejable para complementar las pensiones públicas de jubilación
Otro dato significativo es que a finales de septiembre en España existían 1.850 planes distintos. La diferencia con el número de empresas que los promueven se explica en que varias sociedades pueden integrarse en un mismo plan, que es lo que ocurre en muchos casos. De hecho, la integración de varias empresas en un mismo fondo de pensiones de empleo reduce los costes de entrada al producto.
De los datos se deduce que la implantación de los planes de empleo es todavía baja, aunque las tasas de crecimiento han comenzado a registrar un notable ascenso. De hecho, el instrumento cuenta con el apoyo de numerosas instituciones económicas, como Unespa, la patronal del sector asegurador, o Inverco, que consideran que los planes de empleo son un instrumento más que aconsejable para complementar las pensiones públicas de jubilación, que podrían sufrir recortes en un futuro no muy lejano.