Los sótanos del Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York, han guardado durante 60 años los restos fosilizados de un animal hasta ahora desconocido. El fósil del espécimen se encontraba en una bolsa desde que fuera descubierto en la década de 1940 y se pensaba que era el de un ejemplar de ornithomimids, también llamado dinosaurio-avestruz.
Después de un detallado análisis, según informó el museo en un comunicado, dos especialistas de la institución, Sterling Nesbitt y Mark Norell, han establecido que se trata en realidad de un arqueosaurio, un ancestro del actual cocodrilo, de dos metros de largo, bípedo y desdentado. El animal, que vivía hace más de 200 millones de años, ha recibido el nombre de Effigia Okeefeae, en honor de la pintora estadounidense Georgia O’Keeffe (1887-1986), que dedicó la mayor parte de su vida a la búsqueda de fósiles.
Estos restos fueron localizados originariamente entre bloques de rocas del Ghost Ranch Quarry, en Nuevo México, durante unas excavaciones entre 1947 y 1948. En ese lugar, los arqueólogos encontraron decenas de restos de Coelophysis, un dinosaurio pequeño y carnívoro que vivía en esta región hace millones de años.