La Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) ha asegurado que el Gran Colisionador de Hadrones o LHC ha logrado un nuevo récord mundial y se ha convertido en el acelerador de partículas más potente del mundo, por delante del Tevatron estadounidense. Este avance se ha producido 10 días después de que el acelerador volviera a ponerse en funcionamiento.
A lo largo de los 27 kilómetros de circunferencia, el pasado 29 de noviembre se produjo la colisión de protones más rápida de la historia, a una energía que roza los 1,18 teraelectronvoltios (TeV). Esta cifra supera el récord de 0,98 TeV del Tevatrón del Fermi National Accelerator Laboratory de Chicago en 2001. El CERN espera además que los choques entre partículas alcancen a lo largo de 2010 una energía de hasta 7 Tev, por lo que este avance ha supuesto un «importante primer paso» para la actividad del LHC el próximo año.
El LHC está instalado en un túnel de 27 kilómetros de circunferencia, a una profundidad que oscila entre los 50 y los 150 metros entre la cordillera del Jura, en Francia, y el Lago Ginebra, en Suiza. El aparato provoca colisiones frontales entre dos haces de partículas del mismo tipo, o bien protones, o bien iones de plomo. Los haces se crean en una cadena de aceleradores que ya existen en el CERN y después se inyectan en el LHC, donde se mueven en un vacío comparable al del espacio sideral. En ese momento, los imanes superconductores, que funcionan a temperaturas bajísimas, guían los haces alrededor del anillo.
Cuando los haces se cruzan se producen alrededor de 20 colisiones, aunque como los haces se cruzan unas 30 millones de veces por segundo, el LHC genera hasta 600 millones de colisiones por segundo. Las colisiones se registran en cuatro inmensos detectores, con los que los físicos quieren investigar nuevos fenómenos relacionados con la materia, la energía, el espacio y el tiempo.