El lanzamiento del Discovery vuelve a retrasarse al menos una semana

La agencia espacial, que sigue analizando las causas del fallo, anuncia que no realizará un nuevo intento antes del próximo fin de semana
Por EROSKI Consumer 16 de julio de 2005

La NASA busca determinar la causa del fallo que frustró el lanzamiento del transbordador Discovery en una carrera contra reloj para realizar un nuevo intento antes del 31 de julio, plazo en el que se cierra la «ventana» de lanzamiento idónea para la misión. No obstante, la agencia espacial anunció ayer que no realizará un nuevo intento antes del 23 de julio.

«El próximo lanzamiento no será antes del próximo fin de semana», afirmó ayer un portavoz de la NASA, que aseguró que aún no se conoce cuál será la fecha definitiva. Aún así, la agencia espacial no tiene previsto trasladar el transbordador al hangar para reparar el sensor defectuoso del tanque de combustible, que causó la cancelación de su partida hace tres días.

El pasado jueves, el subdirector del programa de los transbordadores, Wayne Hale, señaló que el lanzamiento podría lograrse este domingo, pero esa fecha ya ha sido desestimada debido a que la investigación para determinar la causa del fallo, y las reparaciones necesarias, podrían llevar varias semanas. Si se cumplen estas previsiones, un nuevo intento sería imposible antes del 31 de julio, fecha en la que acaba la «ventana de oportunidad» establecida por la NASA para el lanzamiento. En ese caso, habría que esperar al 9 de septiembre, primer día del próximo periodo de tres semanas apto para reintentar la misión. Un despegue en agosto sería imposible debido a la posición orbital, durante ese mes, de la Estación Espacial Internacional, a la que el Discovery debe acoplarse.

Los ingenieros de la NASA y del sector privado movilizados para resolver el problema estudian 200 causas posibles del mal funcionamiento de uno de los cuatro sensores de hidrógeno líquido del tanque externo, detectado el miércoles en un control de rutina a menos de tres horas del despegue. Un fallo en el funcionamiento de alguno de esos sensores podría provocar el apagado de los motores antes de tiempo durante el despegue, lo que obligaría a la tripulación a realizar un aterrizaje de emergencia. Por el contrario, si los sensores no detectan que las reservas de hidrógeno se acercan a su fin, los motores podrían resultar seriamente dañados, lo que pondría en riesgo la estabilidad del transbordador.

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