El pasado curso 2009-2010, los estudiantes de nuestro país estrenaron las nuevas pruebas de selectividad adaptadas a la normativa que marca la Ley Orgánica de Educación (LOE 2006). El principal cambio que incorpora esta prueba, que se aplica este curso 2010-2011 por segunda vez, es que la fase específica de la misma ya no es obligatoria para todos los estudiantes. Tan solo tienen que realizarla los alumnos que deseen incrementar la nota de admisión en la universidad para aquellas titulaciones en las que el número de solicitudes es superior al de las plazas ofertadas.
Imagen: Kit
El nuevo modelo de selectividad se adecua, al igual que el anterior, al currículo de Bachillerato y versa sobre las materias del segundo curso de esta etapa educativa. Mantiene la misma estructura vigente en dos fases, una general y una específica, pero con una importante diferencia: mientras que en la anterior selectividad el alumno debía realizar los ejercicios de ambas fases, en la nueva prueba los ejercicios de la fase específica son voluntarios. Esto es así porque la nota obtenida en las materias de esta fase no puntúa en la calificación final de la prueba de acceso, sino que solo se utiliza para elevar la nota de admisión en la universidad en aquellas titulaciones que, debido al exceso de demanda, deben poner un límite de admisión en sus estudios.
Fase general
Esta fase es obligatoria para todos los alumnos y está destinada a valorar la madurez y destrezas básicas que deben alcanzar los estudiantes para seguir las enseñanzas universitarias de Grado. Consta de cuatro o cinco ejercicios:
La nota final de la fase general es el resultado de la media aritmética de todos los ejercicios
Los cuatro o cinco ejercicios de esta fase se califican de 0 a 10 puntos y la nota final es el resultado de la media aritmética de todos ellos. El estudiante debe obtener un mínimo de cuatro puntos en esta calificación final y la prueba de acceso se considera superada cuando consigue una nota igual o mayor a cinco puntos como resultado de la media ponderada del 60% de la nota media de Bachillerato y el 40% de la calificación de la fase general. La superación de esta fase tiene validez indefinida, no obstante, los estudiantes pueden presentarse en sucesivas convocatorias para mejorar sus resultados. La calificación obtenida se tendrá en cuenta siempre que sea superior a la anterior.
Fase específica
Su objeto es evaluar los conocimientos y capacidad de razonamiento en ámbitos disciplinares concretos relacionados con los futuros estudios que deseen cursar los estudiantes. Consiste en la realización de un máximo de cuatro ejercicios de cualquiera de las materias de modalidad de 2º de Bachillerato (distintas a la de la fase general), pertenezcan o no a la cursada por el alumno. La fase es voluntaria, ya que su calificación se utiliza solo para subir nota en aquellos casos en que un alumno quiera competir por una plaza en una titulación en la que la demanda supera a la oferta.
Las materias que las universidades consideren más idóneas para cursar con éxito una determinada titulación pueden puntuar más que otras
Cada una de las materias de las que se examina el estudiante se califica de 0 a 10 puntos y necesita obtener un mínimo de 5 puntos para que el ejercicio se considere superado. Dos de estas calificaciones se incorporan a la nota de admisión en una determinada titulación, siempre que las materias estén vinculadas a la rama de conocimiento a la que pertenezca dicho título.
Las materias que las universidades consideren más idóneas para cursar con éxito una determinada carrera pueden puntuar más que otras. Para ello, los centros universitarios, en el momento de hacer pública su oferta de plazas, estipulan el valor que tiene cada una de ellas en las distintas titulaciones y le adjudican un parámetro de ponderación entre 0,1 y 0,2 por el que se multiplica la calificación de los ejercicios que se incorporan a la nota de acceso. De este modo, los estudiantes pueden obtener una nota final de hasta 14 puntos.
Las calificaciones obtenidas en las materias de esta fase tienen validez para acceder a la universidad tan solo durante los dos cursos siguientes a la superación de la prueba. Los estudiantes se pueden presentar en sucesivas convocatorias para mejorar la calificación, o para examinarse de una nueva materia.
Con anterioridad la nota de admisión en la universidad era el resultado del 60% de la nota media obtenida en el Bachillerato y el 40% de la calificación de selectividad. Este mismo criterio se mantiene en las nuevas pruebas, pero con unas variaciones significativas:
Nota de selectividad: la nota de selectividad anterior se calculaba a través de la media ponderada de las dos fases que componen la prueba: la general (3 ó 4 ejercicios de materias comunes) y la específica (3 ejercicios de materias de modalidad). En la nueva prueba la nota final es el resultado de la media de las calificaciones obtenidas en los ejercicios incluidos en la fase general.
Subir nota: los resultados de los ejercicios de la fase específica de la prueba sirven para elevar la nota en aquellos casos en que la titulación elegida por el estudiante tenga establecido un límite de admisión en sus aulas. En estos casos, la nota de admisión en la universidad se calcula de la siguiente forma: 60% nota media de Bachillerato + 40% calificación de la fase general + (parámetro de ponderación) x calificación de materia de modalidad (1) de la fase específica + (parámetro de ponderación) x calificación de materia de modalidad (2) de la fase específica.