
La “International Federation of Medical Students Associations” (IFMSA), constituida por asociaciones de estudiantes de medicina de cerca de 100 países, es una de las mayores organizaciones estudiantiles del mundo, ya que representa aproximadamente a un millón de alumnos de 850 facultades de esta disciplina. IFMSA-SPAIN es la responsable de que cada año más de 500 estudiantes españoles realicen un mes de prácticas clínicas en el extranjero y que más de 100 lo hagan dentro de nuestro país. Su presidenta desde hace un año, Nathalie Rodríguez, nos acerca con sus palabras a la voz del estudiante de medicina español, exponiéndonos los principales retos y dificultades con los que se encuentra en la actualidad. Estudiante de la Facultad de Medicina de Valladolid, Rodríguez lleva siete años trabajando para la Federación, como presidenta y coordinadora de intercambios en España y como Coordinadora Regional de Europa y Asia Central en el ámbito internacional.
Cada país firma un determinado número de contratos con los países que sean de su interés y esos contratos son repartidos por la Federación nacional entre los comités locales, en función de los estudiantes que hayan acogido en el periodo anterior; es decir, si por ejemplo el comité local de Bilbao ha acogido 20 estudiantes, al año siguiente, tendrá la oportunidad de enviar a 20 estudiantes de la Universidad del País Vasco a los países que hayan elegido. El comité local, por su parte, además de organizar el alojamiento y las comidas, gestiona fundamentalmente las prácticas en el departamento de elección del estudiante que se acoge.
Para la elección se utiliza un baremo de puntos, que varía en función de la facultad en la que estudie el alumno, dada la independencia de cada comité local. Las puntuaciones se basan generalmente en un examen de inglés y en los puntos obtenidos por la participación en las diferentes actividades que organiza el comité local, que pueden ser desde ir a recoger a un estudiante que viene de otro país para llevarle a su alojamiento y presentarle al médico, hasta repartir información el día mundial contra el sida o cualquiera de las otras actividades que se organizan a lo largo del curso.
El intercambio proporciona al estudiante la oportunidad de ver un sistema sanitario diferente al nuestro y una cultura y enfermedades distintas
Lo fundamental, aparte de obtener un mes de prácticas de calidad, que es algo deficiente en el sistema de educación médica español, es que el intercambio proporciona al estudiante la oportunidad de ver un sistema sanitario diferente al nuestro, una cultura diferente y enfermedades distintas. Esto se muestra incluso más útil si tenemos en cuenta el proceso migratorio que vivimos hoy en día, con la introducción de nuevas enfermedades y el tener que entender y respetar las diferentes culturas.
La principal inquietud son los propios estudios de medicina, por su exigencia y por el posterior proceso de selección para la especialidad.
Este es un tema tremendamente extenso y ha sido objeto de análisis de IFMSA a nivel internacional desde el principio. Con el EEES se pretende hacer un cambio basado en la experiencia y los resultados de otras universidades de Europa que están muy por delante de nosotros en educación médica e investigación sobre la misma; el problema estriba en que, si ese cambio se hace bien, puede ser un salto cualitativo muy grande en cuanto a la docencia, pero si por el contrario no se trabaja lo suficiente, como está ocurriendo en España, puede llegar a ser una chapuza. Hay otros países donde se están aplicando los puntos de Bolonia muy bien y eran facultades que estaban más avanzadas que España y que “a priori” tendrían más que perder en comparación con nosotros, que tenemos mucho más que ganar porque vamos bastante por detrás en ese sentido.
Una ventaja incuestionable del EEES será poder cursar los estudios en cualquier universidad de Europa
Entre las oportunidades principales destacaría la creación de un mayor nivel de autoexigencia, que en los últimos años se ha perdido por parte del estudiante, al igual que la ventaja incuestionable de poder cursar los estudios en cualquier universidad de Europa, que ahora mismo, con el plan ERASMUS, es dependiente de los acuerdos interuniversitarios y no permite un amplio movimiento.
La principal es que la imposición de plazos implica que las cosas se hagan deprisa y torpemente. De este modo, en aquellas facultades en las que no sean conscientes del cambio y de lo que supone, puede dar lugar a que no haya una buena participación del alumnado y a que los profesores se limiten tan sólo a un cambio de créditos a ECTS, lo que significa, por supuesto, una reducción sin sentido de las materias. La mayor amenaza es la desinformación de muchos de los que deben aplicar este plan.
Hoy en día no hay homogeneidad entre las facultades españolas y eso puede ser problemático
No hay homogeneidad y eso puede ser problemático si no se aseguran en todas las facultades las competencias en cuanto a resultados de aprendizaje y las esenciales, así como si no se adecuan a unas competencias europeas. Luego cada facultad puede tener sus particularidades en lo que quiera y cada una con su método de docencia y evaluación, que para eso son independientes, pero siempre cumpliendo con una garantía de calidad.
Medicina tiene unas particularidades que la hacen muy especial y completa, y además tiene unas salidas profesionales amplias, por lo tanto, es normal que haya una gran demanda; sin embargo, la clave está en la necesidad real de médicos de la sociedad española. No nos podemos olvidar de que es una de las carreras más caras en cuanto al coste de la formación de cada médico y no sería lógico educar a “toda la demanda” para que luego esa gente se quede en paro o que otros países aprovechen la “fuga de cerebros”.
La mayor parte de las universidades no tienen ni recursos ni infraestructura para albergar más estudiantes
Claramente no; de hecho, hay facultades establecidas desde hace cientos de años donde hay problemas para encontrar personal docente ahora mismo. Hay que tener en cuenta que una facultad de medicina requiere unas instalaciones adecuadas y sanitarias asociadas para la formación de sus estudiantes, que representan recursos sanitarios y económicos, por lo que es lógico que las administraciones quieran crear más facultades.
En relación al aumento de facultades/númerus clausus, es fundamental saber que la mayor parte de las universidades no tienen ni recursos ni infraestructura para albergar más estudiantes ni para ofrecerles una formación de calidad y, por tanto, el crear nuevas facultades es un error, ya que la enseñanza de medicina depende en el segundo ciclo de las prácticas hospitalarias. La calidad de las mismas ahora mismo es muy mejorable y al duplicar o triplicar el número de estudiantes empeoraría sustancialmente, por no hablar de la problemática ya existente con los acuerdos hospitalarios con universidades.
No, no hay ningún estudio que verifique dicha demanda. Lo que sí hay es una mala distribución de los recursos disponibles. Lo que está claro es que hay que cuidar lo que tenemos para no perderlo; no es normal que se vaya un 20% de los titulados de medicina españoles a otros países en busca de mejores condiciones laborales. No es cuestión de educar a más estudiantes, porque simplemente se irán más al extranjero.
Pues obviamente en Europa el tema candente por excelencia es el Plan de Bolonia, no por el proceso en sí, sino porque aglutina muchos cambios específicos. Cada una de las otras regiones tiene su propia idiosincrasia; en África, por ejemplo, el problema es la fuga constante de cerebros a países de la Unión Europea y EE.UU. desde hace muchos años. Las regiones son muy distintas, pero en general las discusiones son sobre metodología de evaluación de los estudiantes, metodología docente y su influencia en la adquisición de competencias.
En España, a diferencia de otros países, no se tiene en cuenta el currículum en la carrera de medicina
Es importante tener en cuenta que en España, a diferencia de otros países, no se tiene en cuenta el currículum; que el estudiante llegue al MIR con un proyecto de investigación no sirve prácticamente para nada, porque ese tiempo que ha dedicado a investigar, en lugar de estudiar el temario MIR, puede suponerle 1.000 plazas detrás para la elección de la especialidad. Entonces la cuestión es: ¿Sirve para algo la investigación si no tiene un efecto tangible?