Un equipo de arqueólogos excava en el monumento megalítico de Stonehenge para intentar desentrañar sus misterios

Con esta excavación, la primera desde 1964, culminará una investigación que ya dura más de seis años
Por EROSKI Consumer 6 de abril de 2008

Por primer vez desde 1964, un equipo de arqueólogos excava en Stonehenge, el círculo de piedra más famoso del Neolítico, para averiguar cuándo y por qué fue construido y determinar si, como creen los investigadores, fue un santuario al que acudían los peregrinos en busca de curación. Esta excavación, recién comenzada, tratará de resolver el misterio que ha rodeado a este milenario monumento y que ha cautivado a todo tipo de científicos.

Stonehenge, un conjunto de estructuras circulares concéntricas, fue erigido entre 3.000 y 1.600 años antes de Cristo y sus piedras están orientadas en función de los movimientos solares. Pese a las numerosas investigaciones, el complejo sigue siendo objeto de elucubraciones e hipótesis. Algunos aventuran que se trata de un templo; otros dicen que es un observatorio astronómico prehistórico, e incluso hay quienes piensan que era un cementerio. Lo que sí se ha podido esclarecer es que las piedras están orientadas en función de la salida y la puesta del Sol, pero los expertos continúan preguntándose cuál era su propósito.

Lugar de peregrinación

Durante dos semanas, dos de los mayores expertos en la materia, el profesor de la Universidad de Bournemouth (Reino Unido) Tim Darvill y el profesor de la Sociedad de Anticuarios británica Geoff Wainwright culminarán una investigación que ya dura más de seis años. Ambos están convencidos de que la estructura de la llanura de Salisbury, en Wiltshire (Inglaterra), era un lugar de peregrinación al que acudían enfermos desde zonas remotos. Para seguir adelante con esta hipótesis, los arqueólogos esperan encontrar respuestas en algunos de los restos humanos hallados en la zona que presentan roturas de huesos y otras dolencias.

Además, nuevas técnicas de análisis han confirmado que muchas de esas personas recorrieron grandes distancias para llegar al suroeste de Inglaterra, lo que puede significar que viajaban en busca de una ayuda sobrenatural. Algunas inscripciones neolíticas del entorno de Stonehenge relatan que existía la creencia de que las piedras eran mágicas y que las aguas locales tenían propiedades curativas.

En una zanja de 3,5 por 2,5 metros en el cuadrado sureste, los investigadores tratarán de recuperar fragmentos de los pilares originales del círculo de piedra, del que no hay restos visibles. Con las muestras que se obtengan en la excavación se realizarán pruebas con la última tecnología de datación, la del radiocarbono, algo que puede explicar durante cuánto tiempo se utilizó el círculo, así como cuándo fue desmantelado y vuelto a construir.

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