Lebrel afgano: todo lo que debes saber sobre esta raza

El afgano es un perro de apariencia bella e impactante, una raza única en su especie.

De tamaño grande y figura esbelta, atlética y bien proporcionada el afgano es fuerte y ágil. Posee una singular y alargada cabeza, hocico largo y potentes mandíbulas. Sus extremidades son largas y poderosas.

El estándar de la raza establece que los machos deben tener una altura de 68 a 74 cm y un peso de 23 a 27 kg, y las hembras, de 63 a 69 cm,pesando de 20 a 25 kg.

Los ojos del afgano suelen ser oscuros, de expresión noble y digna. El estándar recoge lo siguiente: “La expresión oriental es típica de la raza. El Afgano lo mira a uno y mira a través de uno. Es majestuoso y distante, con una cierta sutil fiereza.”

Las orejas son de inserción baja, largas, y caen naturalmente a los lados de la cabeza. Están cubiertas por mechones de pelo largo y suave.

La cola también está cubierta de pelo y presenta una ligera curva hacia arriba en la punta. De inserción baja, la lleva alta en movimiento. Su esperanza de vida suele ser de 12 a 14 años.

La característica más destacada del afgano es su bonito manto, muy largo, espeso, fino y sedoso. Dejando a un lado la apariencia y la estética, su función era brindarle protección contra el duro clima de las montañas donde se usaba como perro de trabajo.

Puede ser de una gran variedad de colores. Hay ejemplares negros, blancos, crema, dorados, rojos, azules, leonados, grises y atigrados.

La historia del afgano es muy antigua, tanto, que no se conoce exactamente cuándo empieza. Sólo se sabe que es anterior, en miles de años, a la historia escrita. Se cree que procede del saluki o galgo persa, que llegó a Afganistán a través de Persia.

Originario de las áridas regiones montañosas de Afganistán y las áreas circundantes de Asia Central, este noble perro ha sido durante siglos el compañero inseparable de cazadores y de pastores. Era muy valorado por su agilidad, su velocidad, su resistencia y sus habilidades para el pastoreo, guardando y guiando rebaños, y para la caza de presas tanto pequeñas (liebres y zorros), como grandes (ciervos, lobos e incluso leopardos), en terrenos montañosos difíciles.

El primer registro de la raza data del siglo XIX, cuando los ingleses la llevaron a Europa y, a principios del siglo XX, ya se habían convertido en los perros favoritos de la aristocracia y alta burguesía británica. El Kennel Club británico reconoció la raza en 1926, el American Kennel Club (AKC) registró el primer ejemplar en 1927 y la Federación Cinológica Internacional (FCI) la distinguió oficialmente en 1961.

El año de reconocimiento oficial por parte de la Federación Internacional (FCI) fue 1961.

Aunque posee excelentes cualidades como animal de compañía, la raza tiene una forma de ser un tanto especial.

El afgano es un perro muy leal y afectuoso con su familia, aunque también puede mostrarse reservado y no demostrar su cariño en exceso. La raza parece un tanto tímida y altiva en comparación con otras más extrovertidas.

Es un perro tranquilo, amable, al que le gusta la calma. Tolera bien la soledad y las ausencias de sus dueños y no es ladrador. Con los extraños su actitud será distante, pero nunca agresiva u hostil.

Los afganos son inteligentes, curiosos y conservan un fuerte instinto de caza. No son una raza dócil, su carácter es independiente y terco y necesitan ser educados y socializados de manera firme, amable y coherente desde una edad temprana. Al trabajar con ellos para establecer límites claros y fomentar un comportamiento adecuado, hay que tener cuidado porque son perros sensibles al adiestramiento estricto y rudo.

Es un corredor ágil y veloz, capaz de perseguir presas pequeñas y grandes con determinación. Su excelente vista y su olfato, junto con su resistencia sobresaliente, lo convierten en un cazador formidable.

Hoy en día es mucho más que un simple perro de trabajo. Su asombrosa apariencia y su encanto lo han convertido en un símbolo de distinción en todo el mundo. Es una de las razas más elegantes, con un amplio palmarés en exposiciones caninas y concursos de belleza.

Además de por sus habilidades para la caza y como perro de exposición, el afgano también destaca en actividades como el agility y el coursing, donde puede demostrar su agilidad, su velocidad y su capacidad para seguir pistas.

Por lo general, el afgano puede llevarse bien con niños y otros animales siempre que haya sido bien socializado desde cachorro. Sin embargo, debido a su naturaleza reservada y su sensibilidad, puede no ser la mejor opción para hogares con niños pequeños y otras mascotas muy activas.

Los niños deben respetarle y aprender a tratarle con cuidado. Es importante supervisar los momentos juntos, porque puede mostrar una tolerancia limitada hacia el juego brusco o las interacciones demasiado enérgicas de los más pequeños.

Es una raza con un mantenimiento complejo y su rutina de higiene general va a requerir un esfuerzo grande y bastantes cuidados.

El afgano tiene un pelaje muy largo y sedoso que tiene que ser cepillado prácticamente a diario para prevenir enredos, eliminar restos de suciedad y el pelo muerto.

Su manto largo es más propenso a ensuciarse; por este motivo, y para mantener su brillo, el baño debe realizarse a menudo, al menos una vez al mes, utilizando un champú y un acondicionador adecuados para perros.

Es importante aclarar bien para eliminar cualquier residuo de champú, ya que los restos pueden irritar la piel sensible del afgano. Después del baño, se debe secar el pelaje completamente con una toalla y, opcionalmente, con un secador a baja potencia para evitar que se formen nudos.

Puede ser necesario acudir a una peluquería canina de vez en cuando para arreglarle y cortarle bien el pelo.

Sus largas orejas pueden acumular suciedad y restos de cera con más facilidad. Por eso, y para prevenir infecciones, la limpieza de oídos con un limpiador auricular tiene que ser regular.  

Sin una higiene de ojos adecuada y frecuente la existencia de legañas y secreciones puede irritarlos. Para que esto no suceda se recomienda limpiarlos suavemente con un paño húmedo o una gasa estéril y una solución oftálmica que puede prescribir el veterinario.

El cepillado de los dientes varias veces a la semana es la única manera de combatir la aparición de problemas dentales y de encías. Se debe realizar con un cepillo y una pasta dental específicamente diseñados para perros. Las uñas deben cortarse siempre que sea necesario para evitar que crezcan demasiado y causen incomodidad al caminar.

Su largo pelo es un lugar ideal para que proliferen las pulgas y las garrapatas. Las revisiones cada vez que vuelva de pasar tiempo al aire libre, en áreas naturales o socializando con otros perros, así como el uso de productos antiparasitarios debe ser constante.

No es una raza especialmente juguetona, pero sí que va a necesitar realizar ejercicio a diario para mantener su estado de forma y un temperamento equilibrado.

• Caminatas largas: que le permitan explorar el entorno acompañados de su dueño serán una actividad que fortalecerá el vínculo entre ambos.
• Correr y trotar: por su naturaleza de lebrel, correr y trotar serán opciones que no pueden faltar en su rutina. Los afganos pueden mantener un ritmo constante durante largas distancias y disfrutarán de la oportunidad de estirar las patas y liberar toda su energía en un entorno al aire libre.
• Juegos de persecución: los juegos como el frisbee o lanzar una pelota que deba atrapar, son una excelente manera de poner a prueba su agilidad y su velocidad.
• Agility: actividad divertida y estimulante en la que también debe demostrar su agilidad y su destreza en un circuito con variedad de obstáculos.
• Coursing: actividad que simula la caza de presas, en la que el perro debe perseguir una presa artificial en un campo abierto. Es una excelente manera de satisfacer el instinto natural de caza del afgano en un entorno controlado y seguro.

El afgano no es excesivamente comilón pero puede haber ejemplares que pueden ser un poco sibaritas con la alimentación.

Por lo general, puede alimentárseles con pienso comercial de alta calidad, pero puede ser que prefieran la comida natural, las recetas caseras o la dieta BARF, basada en alimentos crudos como las verduras, las frutas, los huesos con carne, etc.

Lo que debe garantizarse es que el alimento elegido cumpla con los necesidades nutricionales específicas de cada perro, y se adapte a su edad, su estado de salud y su nivel de actividad. Algo que es más difícil de saber cuando hablamos de alimentación casera, a diferencia de la de fabricante que en los envases dispensa información sobre cantidades y frecuencia de las comidas en función de esos parámetros. En este sentido, es recomendable seguir las indicaciones del veterinario o el nutricionista canino, y que sea un profesional el que aconseje sobre recetas y supervise la dieta.

Los afganos son perros activos, y para evitar problemas de estómago o una posible torsión gástrica, no deben hacer ejercicio después de comer. Además, será suficiente con alimentarles dos veces al día. Hacerlo así ayudará a mantener un nivel constante de energía y evitará que el perro se sienta hambriento entre comidas.

El afgano es un perro fuerte y muy sano. No existen enfermedades asociadas a la raza, aunque pueden desarrollar algunos problemas.

• Displasia de cadera: se produce cuando la articulación de la cadera no se desarrolla adecuadamente, lo que puede provocar dolor, cojera y problemas en la movilidad.
• Sensibilidad a los medicamentos: por su constitución delgada, algunos afganos pueden ser sensibles a ciertos medicamentos, especialmente a los anestésicos.

El gran Pablo Picasso adoraba los animales y fueron una parte importante de su vida y de su obra. En la década de los 60 compartió su vida con un lebrel afgano de nombre Kabul. El artista realizó una enorme escultura abstracta, sin título, que está ubicada en la plaza Daley de Chicago desde 1967, año en el que se inauguró, que se dice representa a su afgano. Aunque él nunca lo confirmó.

Hay un mito que dice que una pareja de lebreles afganos fueron los perros elegidos por Noé, como representantes de la especie, para embarcar en su arca antes del diluvio universal.

Es una raza activa y por tanto ideal para personas y familias que no sean sedentarias.

Satisfecha su necesidad de ejercicio, el afgano es un perro que se comportará de manera tranquila en casa. No obstante, para sentirse cómodo y bien, tendrá que disponer de espacio suficiente para moverse a sus anchas y, en este sentido, un piso se le puede quedar pequeño. Lo ideal para la raza, por sus características, es vivir en una casa que disponga de un jardín o un patio al que pueda acceder para trotar o correr siempre que quiera.

Su temperamento fuerte, independiente y su nivel de sensibilidad necesitan un dueño con experiencia que sepa bien como educarle firme, dulce y pacientemente.