Atropello de animales

La precaución puede evitar en gran medida la muerte del animal
Por EROSKI Consumer 28 de julio de 2005

El atropello de animales es un accidente más frecuente de lo que podría pensarse en un principio. Según la organización Ecologistas en Acción, en España mueren atropellados al año unos 10 millones de vertebrados, siendo ésta su primera causa de muerte. En este sentido, en el cruce entre seres humanos y animales en un accidente de carretera, son éstos últimos los más claramente perjudicados, puesto que según fuentes de Tráfico en más del 90% de este tipo de accidentes no se producen daños personales. A la hora de establecer el periodo en el que más accidentes con animales se producen, la Dirección General de Tráfico (DGT) apunta a las noches estivales de los fines de semana. Por su parte, según la Dirección de Programas de Investigación de Accidentes, en más de un 90% las colisiones se produce en vías convencionales.

En cuanto a los animales que más resultan afectados, la DGT destaca que en un 64% de los casos son los animales domésticos los implicados en los accidentes. En este sentido, la Fundación Purina llama la atención sobre el problema del abandono de animales de compañía, ya que, según sus datos, en España se abandonan al año unos cien mil perros y el doble de gatos. Asimismo, no todas las especies resultan afectadas en igual medida, puesto que sus características influyen decisivamente. Así, por ejemplo, los erizos acostumbran a hacerse una bola cuando les asusta un coche, por lo que suelen perecer en un atropello. Otras especies buscan comida en la calzada o en los márgenes de las carreteras, como las lechuzas, lo que las expone en mayor medida.

Por ley, los animales sólo pueden circular por las carreteras y no por autopistas ni autovías, en manada o rebaño, cuando no exista otro itinerario posible y si van custodiados, al menos, por una persona mayor de 18 años, que les conduzca por el arcén derecho de manera que no invadan la zona peatonal ni interrumpan la circulación. De noche, y en una vía mal iluminada o con lluvia o niebla, los responsables de los animales deben llevar luces de color blanco o amarillo delante y rojo detrás. Según el Reglamento General de Circulación, los dueños de los animales domésticos son responsables de los daños que éstos puedan causar. Si el animal está suelto en la vía y no ha provocado accidente alguno, se considera una falta leve, mientras que si provoca un accidente, la autoridad judicial decidirá la responsabilidad penal o civil del dueño. En una autopista, la ley obliga a sus propietarios a tenerlas valladas, y les apunta como responsables en caso de producirse un accidente. La autoridad competente analizará las posibles negligencias, si las hubiera, por defectos en el vallado o cualquier otra circunstancia. En un accidente de tráfico, sólo se puede perseguir la responsabilidad penal si se producen lesiones personales. En el caso de existir una intencionalidad, ya no se estaría hablando de un accidente de circulación, sino de un delito específico de daños intencionados.

Qué hacer al cruzarse con un animal

La precaución es fundamental en estos casos, puesto que puede actuar de manera inesperada en cualquier momento. Si se advierte con antelación su presencia, una buena acción consiste en tocar el claxon y reducir la velocidad y, si es de noche, hacer el cruce de luces, puesto que algunos animales se asustan al ser deslumbrados y se quedan inmóviles, de manera que pueden ser esquivados más fácilmente.

A la hora de actuar, es importante tener en cuenta el tamaño del animal:

  • Si es pequeño, como un gato, una ardilla o un erizo, hay que intentar esquivarle y no frenar bruscamente ni dar volantazos, manejando con suavidad el volante. Si esto no fuera posible, sujetar firmemente el volante y continuar en línea recta.
  • Si es grande, como una vaca, un caballo o un ciervo, conviene evitar los frenazos bruscos e intentar esquivarlo por la izquierda o saliéndose de la calzada por la derecha, si las condiciones de la vía lo permiten. En caso de que el coche vaya equipado con ABS, frenar firmemente y manejar el volante con precaución. Si no se puede esquivar, hay que tratar de no golpear al animal frontalmente para evitar que penetre a través del parabrisas, lo que podría producir a los ocupantes del vehículo graves daños personales, incluso la muerte. Tras el accidente, se aconseja llevar el coche al taller, aunque parezca que no haya sido dañado.
Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube