El Gobierno prepara la creación del almacén de residuos radioactivos de alta actividad

La instalación deberá estar en funcionamiento antes del año 2011
Por EROSKI Consumer 23 de junio de 2006

El Gobierno iniciará hoy los trabajos para la construcción del primer almacén nacional de residuos radioactivos de alta actividad. El Consejo de Ministros aprobará en su reunión semanal la creación de una comisión interministerial que fijará las condiciones técnicas que habrá de cumplir la instalación y los procedimientos formales para la elección de su emplazamiento. El cementerio nuclear deberá funcionar antes de 2011, porque ese año comenzarán a regresar los residuos de las centrales de Vandellós (Tarragona) y Garoña (Burgos) que se enviaron a Francia y Reino Unido en 1989 ante la falta de un almacenamiento adecuado en España.

El comité contará con representares de los departamentos de Industria, Interior, Economía, Medio Ambiente y Sanidad. Sus responsables se encargarán de recoger las propuestas de los municipios interesados en acoger el Almacén Temporal Central (ATC) y comprobarán que cuentan con el visto bueno de su comunidad autónoma. Entre otras condiciones, el terreno elegido habrá de estar alejado del núcleo urbano y no podrá ser montañoso.

Una vez seleccionados los emplazamientos más viables, el Ejecutivo elegirá la ubicación definitiva de la instalación, que incluirá un centro de investigación de gestión de residuos nucleares. Enresa, la compañía que se encarga de gestionar estos residuos, ya ha adelantado que el municipio que resulte elegido recibirá una compensación de 18 millones de euros. Además, la construcción le supondrá una inversión de 1.000 millones de euros y permitirá la creación de unos 150 puestos de trabajo fijos, que llegarán a ser 500 en determinados momentos.

El único almacén nuclear del país está situado en El Cabril (Córdoba), pero sólo tiene capacidad para residuos de baja y media actividad. La mayoría de las siete centrales nucleares españolas almacena sus residuos de alta actividad en piscinas de sus propias instalaciones. El problema es que se trata de una solución temporal, ya que quedarán saturadas antes de que finalice la vida útil de los reactores.

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