Entrevista

Javier Gómez-Limón, responsable de proyectos de Europarc-España

Mientras el turismo de 'sol y playa' se ha estancado, el de naturaleza crece
Por Alex Fernández Muerza 11 de agosto de 2012
Img javiergomez
Imagen: Red Europarc

Los espacios naturales protegidos son cada vez más una alternativa al saturado turismo de “sol y playa”, en especial si se gestionan de forma sostenible. En este sentido, España tiene 36 de los 89 espacios protegidos europeos con la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS), según Javier Gómez-Limón, responsable de proyectos de uso público y turismo de Europarc-España, la organización responsable de la CETS, además de la Q de Calidad en España, y en la que participan las instituciones implicadas en la planificación y gestión de los espacios protegidos españoles. Este experto señala que la calidad de los parques naturales y nacionales es mejorable: la mitad de ellos carece de un plan de gestión, y recuerda que cuando un espacio natural aumenta su calidad ambiental, la economía de la zona también.

¿Qué diferencia a los espacios naturales protegidos con la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS)?

Estos espacios han trabajado con todas las entidades de su territorio para poner en marcha un plan de actuación de cinco años de turismo sostenible. Antes han tenido que elaborar un diagnóstico de cómo está el turismo en su área protegida, una estrategia en materia de turismo sostenible, etc.

¿Son lugares prioritarios para quienes buscan destinos turísticos naturales de calidad?

“La mitad de los parques naturales y nacionales carecen de un plan de gestión”
Ofrecen calidad en el aspecto turístico y en la planificación de todas las actividades de uso público, información a los visitantes, educación ambiental, centros de interpretación, etc.

¿Cuántos espacios tiene España con la CETS?

De los 89 espacios protegidos europeos que cuentan con la CETS, España tiene 36.

¿Significa que España tiene los mejores espacios naturales protegidos de Europa?

Significa que ha habido un esfuerzo de las distintas administraciones que los gestionan por crear una oferta de turismo de naturaleza, por apostar por su desarrollo sostenible.

España es un país turístico de masas, pero algunos expertos señalan que este modelo tiene sus días contados. ¿Es el turismo sostenible como el que ustedes proponen la alternativa?

Sí, en los últimos años el turismo de “sol y playa” se está estancando y, sin embargo, el turismo de interior ligado a espacios naturales, al mundo rural, crece. El proyecto de la CETS está en esa línea para apoyarlo.

¿Tienen datos sobre turistas que llegan a España a estos destinos turísticos “verdes”?

“Si la calidad ambiental de un espacio natural mejora, la economía de la zona también”
No tenemos todavía esos datos, pero sabemos que, en los últimos diez-quince años, el número de visitantes a los espacios protegidos españoles ha crecido, aunque en los dos últimos años, debido sobre todo a la crisis económica, se ha estabilizado. También se ha incrementado el turismo de naturaleza más especializado, como el ornitológico.

La guía de parques de EROSKI CONSUMER ha detectado una caída de visitantes en los últimos años, aunque en 2011 se ha apreciado una ligera recuperación. ¿A qué cree que es debido?

La bajada general se ha producido en todo el sector turístico, pero también es cierto que durante 2011 las cifras apuntan a que se puede recuperar algo, ligado sobre todo al turismo internacional.

¿El sector se recupera gracias a los turistas extranjeros?

En algunos espacios naturales, como los de Canarias, se ve de forma clara. La mayor parte de los visitantes de un parque como Garajonay, en La Gomera, son extranjeros.

Ustedes también han publicado un informe sobre los espacios naturales protegidos. ¿En qué estado se encuentran?

El informe aporta datos sobre su gestión. Por ejemplo, de los 178 parques nacionales y naturales en España, la mitad no tiene un plan de gestión.

¿Qué significa?

“España tiene 36 de los 89 espacios protegidos europeos con la Carta Europea de Turismo Sostenible”
Cualquier espacio natural protegido debería tener un plan de uso y gestión con todas la actividades que se realizarán en los próximos cinco años desde que se aprueba. Ahí se detallan qué actuaciones se quieren hacer, qué objetivos de conservación, con qué criterios, etc.

¿Se podría deducir que los parques sin plan de gestión no hacen lo necesario para ofrecer las mejores garantías de conservación y de información a los visitantes?

Claro. En esos parques es complicado saber si las actuaciones se han hecho de manera correcta, no hay una evaluación de esas actuaciones, ni un seguimiento, ni en qué se han invertido los recursos, etc.

¿Cuáles son las carencias más significativas de los espacios naturales protegidos españoles?

En los últimos años ha disminuido el personal de estos espacios y las inversiones. También vemos unas carencias no resueltas todavía. No está suficientemente integrada la coordinación entre las políticas territoriales. Tendría que haber mayor colaboración entre las instituciones con responsabilidad en estos parques.

¿Qué consejos daría a los ciudadanos si van a un espacio natural protegido?

Antes de ir, que se informen de sus características, de sus actividades, de la normativa que regula su uso público. Y cuando lleguen, que vayan lo primero al centro de visitantes para informarse de los mejores lugares para ir, qué tipo de recursos le ofrece, si hay visitas guiadas, etc. En los parques dentro de la CETS les informarán del turismo sostenible vinculado a este parque.

¿Una vez que un parque consigue la CETS, la oferta turística eleva sus precios?

Hasta ahora no lo hemos percibido, como tampoco sabemos si estos establecimientos han aumentado sus visitantes. La CETS lleva poco tiempo. Cuando le explicamos el proyecto a los empresarios de un parque, les decimos que si su único interés es por conseguir más clientes y beneficios, entonces no es para ellos. El objetivo es vincular a establecimientos turísticos al espacio protegido, mejorar su oferta, su calidad, su comportamiento ambiental, contribuir al desarrollo socioeconómico de la zona, apostar más por la sostenibilidad, por las políticas ambientales, etc.

Pero al mejorar el medio ambiente de la zona, también mejora su economía.

Claro, porque al final la calidad ambiental es esencial y, si es buena, repercutirá en lo demás.

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