La contaminación del aire puede provocar alteraciones en el ADN, según investigadores canadienses

Apuntan como agente mutagénico a las microscópicas partículas de carbonilla y polvo
Por EROSKI Consumer 14 de mayo de 2004

Un equipo de investigadores de la Universidad McMaster, en Canadá, ha descubierto que las gaviotas de Hamilton, en la industrializada región de Ontario, experimentan en sus células una tasa de mutaciones genéticas anormalmente alta. Esto ha llevado a los profesores Christopher Somers y James Quinn a la hipótesis de que la contaminación del aire en esa región industrial provoca alteraciones en el ADN de las aves y, quizá, de otros seres vivos.

Para corroborar sus sospechas, Somers y Quinn experimentaron con dos grupos de ratones expuestos a distintos niveles de contaminación atmosférica. En una caseta instalada en la zona más industrializada de Hamilton, junto a dos siderurgias y una autopista, habitó un grupo de roedores. El otro fue recluido en cámaras similares colocadas en un entorno rural, a 30 kilómetros del puerto. Al analizar la descendencia de los ratones, los científicos observaron que los que habitaron en la zona industrial tenían una tasa de mutación genética en las células sexuales hasta dos veces superior.

Ahora estos indicios son apuntalados en un experimento mucho más preciso. Aunque esta investigación, publicada ayer en «Science», no despeja todas las incógnitas, apunta directamente como agente mutagénico a las microscópicas partículas de carbonilla y polvo, que contienen una clase de compuestos tóxicos llamados hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP’s).

Los expertos canadienses utilizaron esta vez cuatro grupos de ratones de laboratorio, dos en el área industrial y dos en la zona rural, así como dos clases de cámaras para cobijar a los animales: una con sistema de filtración de partículas del aire y otra sin ese elemento de protección. A las diez semanas, todos los roedores fueron cruzados para analizar alteraciones en el ADN de un gen seleccionado como marcador. Los exámenes moleculares revelaron que la descendencia de los ratones que respiraron aire contaminado heredó el doble de mutaciones genéticas que los ratones de los otros grupos.

Riesgo de cáncer

Numerosos estudios asocian la exposición a los hidrocarburos aromáticos policíclicos, bien por el humo del tabaco o la quema de carbón, a mutaciones genéticas en células pulmonares que pueden acabar en un cáncer. La pregunta que aún deben responder los investigadores es cómo esos compuestos dañan las células sexuales.

Especialistas de EE.UU. aventuran que las alteraciones genéticas en la línea germinal serían el resultado de una secuencia de hechos. Empezaría con la inhalación de esas partículas, su entrada desde los pulmones a la sangre y el posterior transporte al hígado. Allí, los metabolitos resultantes terminarían por llegar a los testículos, dañando ADN de células madre precursoras de espermatozoides. Asimismo, recuerdan que hay pruebas de que los HAP’s inhalados en micropartículas pueden originar alteraciones en el desarrollo. Por ejemplo, se ha comprobado que las embarazadas expuestas a este tipo de ambientes dan a luz bebés con bajo peso, sobre todo si la exposición se produce durante el primer mes de gestación.

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