Las grietas del «Prestige» vierten al día 125 toneladas de fuel y podría tardar tres años en vaciarse

La comisión científica estudia vías para neutralizar el combustible o lograr que "no se quede allí"
Por EROSKI Consumer 11 de diciembre de 2002

A medida que se va conociendo mejor el estado del «Prestige», el optimismo de las autoridades empieza a extinguirse. Hace dos semanas, el Gobierno sostenía que en el lugar del hundimiento sólo había una «pequeña irisación», seguramente provocada por el depósito de combustible del petrolero y no por un vertido de sus tanques. Una semana más tarde, el batiscafo francés «Nautile» descubrió que las grietas en el casco dejaban escapar «regueros solidificados de fuel con aspecto de plastilina».

Ayer, el Gobierno confirmó que el buque suelta al mar cada día unas 125 toneladas de fuel, que han formado una enorme mancha de mil kilómetros cuadrados contaminada en un 40% de su superficie. Según hizo público el vicepresidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, las sucesivas inmersiones del submarino han permitido localizar catorce grietas: nueve en el fragmento de proa y cinco en el de popa. Además, Rajoy explicó que el fuel que brota de forma constante por estas fisuras tarda un día en aflorar a la superficie, y puntualizó que la extensa área donde ya flotan las manchas de combustible no supera, según cálculos de la fuerza aérea portuguesa, las 31 toneladas de hidrocarburo.

La comisión científica que estudia la información recopilada por el «Nautile» tuvo ayer su primera comparecencia pública, en la que difundió datos que invitan a la tranquilidad y otros que suscitan aún más preocupación. Por un lado, según el presidente del grupo, Emilio Lora-Tamayo, la estructura del barco permanece «estable» y «no parece que vayan a pasar más cosas», ni que las grietas puedan aumentar de tamaño a menos que sobrevengan imprevistos como un movimiento sísmico. Por otro, las primeras apreciaciones de los expertos apuntan a que los tanques del petrolero conservan 56.000 toneladas de fuel, de manera que podrían tardar en vaciarse entre 5 y 39 meses, en función del tamaño de cada depósito. El ritmo del flujo depende de la temperatura: al enfriarse, el combustible se vuelve más denso, lo que dificulta su paso a través de los agujeros del casco.

«Estimamos que, en el momento del hundimiento, el fuel estaba a 20 grados», expuso Lora-Tamayo. Los científicos consideran que la carga del «Prestige» todavía no se ha enfriado hasta los 2,6 grados, temperatura del agua a los 4.000 metros de profundidad, pero necesitan datos más precisos para avanzar hacia su propósito principal, que consiste en estudiar cómo «neutralizar» el fuel o conseguir que «no se quede allí». Por ello, el Gobierno ha contratado al batiscafo francés para una nueva tanda de inmersiones.

Segunda misión

Esta segunda misión, que se inicia hoy mismo y durará entre cuatro y seis días, tendrá como principales objetivos medir la temperatura del vertido submarino, completar la inspección detallada del casco y «analizar técnicamente si es posible obturar las fisuras», en palabras de un responsable de Ifremer, el instituto propietario del batiscafo. El portavoz apuntó que, si su vehículo no es capaz de soldar las grietas, cabría la posibilidad de que otra maquinaria «más pesada» se encargase de esta tarea.

Ese procedimiento es uno de los que baraja la comisión científica, junto a la posibilidad de succionar el fuel «de alguna manera», aunque Emilio Lora-Tamayo precisó que se trata de operaciones muy complicadas a esas profundidades.

Improbable o imposible

El director de la Escuela Naval de la Universidad Politécnica de Madrid, Luis Ramón Núñez Rivas, ve «pocas posibilidades de actuación», ya que sólo cinco batiscafos en el mundo pueden descender hasta esa profundidad. A su juicio, es «altamente improbable» que exista tecnología capaz de taponar las grietas y resulta «técnicamente imposible y peligroso» utilizar cargas explosivas, de modo que lo ideal es dejar que el fuel salga «de modo natural», ya que el mar puede asumirlo a ese ritmo. Enrique García Melón, catedrático en Ciencias del Mar por la Universidad de La Laguna (Tenerife), se inclinó también por dejar que se vacíen los tanques y aplicar dispersantes a las manchas en superficie.

El Centro de Estudios del Medio Ambiente estimó ayer que la catástrofe del «Prestige» es dos o tres veces superior que la provocada por el «Exxon Valdez» en Alaska, ya que se ha vertido una cantidad mayor de fuel -contando el que permanece en el casco hundido- y la zona afectada se caracteriza por su fuerte dependencia económica del mar.

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