La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, presentó ayer en Madrid el «Perfil Ambiental de España 2004», un estudio que hace una radiografía de la situación medioambiental española a partir de la descripción y el análisis de numerosos indicadores.
Este trabajo llama la atención sobre la escasa eficiencia con la que se usa la energía y el agua, así como la fragmentación del territorio por la construcción de infraestructuras, la sobreexplotación de los recursos pesqueros, y la progresiva pérdida de biodiversidad.
El desarrollo de la sociedad española está marcado por desequilibrios «preocupantes» que se han producido en paralelo al fuerte impulso económico de los últimos decenios, indica el informe. En este sentido, destaca que algunos de los principales sectores económicos españoles, como el turismo, la construcción o el transporte, ejercen una «enorme» presión sobre el territorio y la base ecológica de los recursos naturales.
En el mismo plano sitúa sectores como la agricultura o la ganadería, actividades a las que se dedica casi la mitad del territorio español, y advierte sobre la pequeña proporción de superficie agraria que ocupa la agricultura ecológica (el 2,1%), a pesar del rápido crecimiento en otros países europeos.
El «perfil» medioambiental español incide en el ineficiente uso que se hace de la energía y del agua y, tras observar que la «ecoeficiencia» es una de las condiciones imprescindibles para el desarrollo sostenible, Medio Ambiente lamenta que en España no se consiga «hacer más con menos» sino «hacer menos con más». Para evidenciar ese mal uso del agua, el informe observa que entre los años 1996 y 2001 el incremento del consumo urbano de agua superó al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en un 25%.
Respecto a la energía, se ha constatado que mientras en la Unión Europea (UE) se redujo el consumo energético un 1,3% entre 1995 y 2000, en España aumentó un 0,5%. Medio Ambiente cree que no se hacen suficientes esfuerzos para reducir el consumo de energía.
Medidas contra la sequía
Por otra parte, Cristina Narbona adelantó que su departamento ha impartido ya instrucciones a las Confederaciones Hidrográficas para que preparen un paquete de medidas específicas contra eventuales sequías, que no precisó. «El Gobierno marcará la pauta de dichos planes de contingencia para cada una de las Confederaciones» que, según la Ley del Plan Hidrológico Nacional, «tendrían que haber estado hechos ya hace tiempo», dijo la ministra.
Aunque la falta de lluvias no es aún alarmante, determinados sectores en el sureste español acusan ya la escasez de precipitaciones. El último cuatrimestre de 2004 registró menos lluvia que la media de la última década, pero todavía no cabe hablar de sequía, en términos técnicos.
Durante el mes de diciembre, las lluvias sólo se ajustaron al promedio en distintas zonas del País Vasco, Cantabria y Valencia. En las cuencas del Guadiana y el Tajo fueron de en torno al 30%; en el Guadalquivir, un 35%, y un 43% en el Duero.
