Desde un gran parque nacional hasta la zona verde más cercana a casa. Diversos estudios científicos muestran los beneficios físicos y mentales de acudir a cualquier espacio natural. Conocer estas ventajas es una forma más de involucrarse en el cuidado de la naturaleza y del medio ambiente, y exigir más medidas para su conservación y para la ampliación de las áreas verdes en las ciudades. Este artículo señala nueve formas en las que la naturaleza mejora la salud de las personas.
1. Proporciona elementos básicos para un buen estado físico
La naturaleza es la fuente directa e indirecta de los recursos que usamos a diario. Vivir en un entorno natural bien conservado proporciona agua, aire, alimentos, materiales, etc. en buenas condiciones que redundan en nuestra calidad de vida y, en definitiva, en un buen estado físico. Elementos naturales como los árboles reducen la contaminación urbana y los casos de asma y alergias.
2. Reduce el estrés y la fatiga mental
Realizar una actividad física de al menos cinco minutos en un entorno natural mejora el ánimo y la autoestimaEn el libro ‘La experiencia de la Naturaleza: una perspectiva psicológica‘, los investigadores Rachel y Steven Kaplan llaman «experiencia restaurativa» a la capacidad de la naturaleza de reponer el equilibrio mental y reducir el estrés y la fatiga mental. Para ello valen muchas maneras de aproximarse a la naturaleza, desde caminar en un bosque a estar sentado junto a un arroyo.
3. Acelera la recuperación física
El científico Roger Ulrich señalaba en un artículo publicado en la revista Science que el tiempo de recuperación de los postoperatorios se reducía en un hospital a las afueras de Pennsylvania (EE.UU.) en los pacientes cuyas habitaciones tenían vistas a exteriores naturales, y necesitaban menos analgésicos. Por otra parte, una mayor exposición a entornos verdes podría contribuir a reducir la tendencia a padecer ciertas enfermedades, según un trabajo de los investigadores británicos Richard Mitchell, de la Universidad de Glasgow, y Frank Popham, de la Universidad St. Andrews.
4. Disminuye la irritabilidad y la agresividad
Las personas que viven en entornos verdes muestran niveles más bajos de irritabilidad y agresividad que quienes viven en entornos urbanos sin naturaleza cercana, según varios trabajos científicos realizados por William Sullivan, Frances Kuo y Andrea Taylor, de la Universidad estadounidense de Illinois.
5. Aumenta la autoestima y el autocontrol
Realizar una actividad física de al menos cinco minutos en un entorno natural, incluidos parques urbanos, mejora el ánimo y la autoestima, según un estudio promovido por la Sociedad Química Americana. Asimismo, en otro trabajo de Sullivan y sus compañeros se concluye que el contacto directo con la naturaleza contribuye a aumentar el rendimiento y a potenciar el control de la disciplina y los impulsos propios.
6. Mejora la capacidad de concentración
Contemplar paisajes naturales aumenta la capacidad del cerebro para concentrarse, según un trabajo de Steven Kaplan, Marc Berman y John Jonides citado en la web de divulgación Tendencias 21. En otro trabajo similar, se señalaba que hasta un breve paseo por un entorno natural sirve para aumentar la atención. Según la psicóloga y filósofa Heike Freire, «se ha visto que ayuda a niños con problemas de TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad). Muchos de los problemas de atención de los niños se deben a que están hiper estimulados. Tienen juguetes de colores, luces, sonidos estridentes, mientras que la naturaleza es más suave».
7. Refuerza nuestros pensamientos positivos
Caminar en la naturaleza genera unos cambios electroquímicos en el cerebro que pueden provocar estados mentales positivos y de felicidad, según un estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine. Sus autores, un equipo de la Universidad Herriot-Watt, en Edimburgo (Reino Unido), utilizaron electrodos móviles para analizar las respuestas de varios voluntarios en entornos naturales.
8. Ayuda a las personas con problemas de salud mental
Las personas con depresión, ansiedad y otras enfermedades de carácter mental se sienten mejor al estar en contacto con la naturaleza, según un estudio de investigadores de la Universidad británica de Essex, tras preguntar a más de un centenar de enfermos.
9. Mejora la imaginación y la sociabilidad
Pasar el tiempo al aire libre, rodeado de naturaleza, estimula la creatividad y la sociabilidad. En el caso de los niños, fomenta además su autonomía, al experimentar con los cinco sentidos su relación con el mundo exterior. En opinión de Heike Freire, los niños necesitan un poco de «salvajismo» diario, como mancharse las manos con barro, subirse a un árbol, etc., para desarrollar sus capacidades y sentidos. Para ello hay una gran diversidad de juegos que pueden desarrollarse al aire libre.