Entrevista

Satish Kumar, activista ambiental y director de la revista ‘Resurgence & Ecologist’

El dinero debe servir a la naturaleza y las personas, no al revés como ahora. Sin ecología no hay economía
Por Alex Fernández Muerza 27 de noviembre de 2015
Img satish kumar hd

Destruir el planeta, la naturaleza o a los seres humanos no es economía, sino dinero“. Así de contundente se muestra Satish Kumar, uno de los personajes destacados del movimiento ambiental internacional. De joven emprendió la “Marcha por la Paz”, unos 13.000 kilómetros por las principales ciudades de todo el mundo para defender el desarme nuclear. Su apasionada forma de defender la naturaleza y devolverle el papel esencial que se merece ya lo transmite cuando habla y por las iniciativas en las que participa, entre ellas como fundador del Schumacher College, un centro internacional para estudios de ecología o director de una de las revistas internacionales ecologistas pioneras, Resurgence & Ecologist. Kumar estuvo hace poco en Bilbao en el Congreso Internacional “Encuentro con India. Sociedad, Educación y Arte, organizado por el Asiatic Research Institute, la Universidad del País Vasco, el Ayuntamiento de Bilbao y el Gobierno Vasco, con el apoyo de la embajada de India.

Su forma de ver la relación entre la economía y la ecología choca con el modelo actual. ¿En qué consiste?

Las palabras economía y ecología vienen de la misma raíz griega, ekos, que significa hogar, pero no solo la casa donde se vive, sino toda la Tierra, cuyas partes están relacionadas. Es también la visión de los pueblos indígenas. Una buena economía está en relación directa con la ecología y se basa en ella, en el conocimiento (logos) de la tierra para gestionarla (nomos). La economía actual, que destruye el planeta, la naturaleza o a los seres humanos, no es economía, sino dinero. Y es un grave error, porque es el dinero el que tiene que estar al servicio de la naturaleza y de las personas, y no al revés como ahora. Sin ecología no hay economía.

¿Hay algún país que basa su economía en este modelo?

“Vivimos una revolución silenciosa en todo el mundo para cambiar el actual modo insostenible de vida”
Bután. Su rey Jigme Singye Wangchuck aseguró que no le interesaba el Producto Interior Bruto (PIB), sino la Felicidad Nacional Bruta (FNB), y en su Constitución han puesto que el objetivo del desarrollo no es el crecimiento económico, sino la felicidad de las personas. En la Constitución de Costa Rica o Bolivia los derechos de la tierra son iguales a los de los seres humanos.

Usted también habla de la ecología “profunda”. ¿Qué es?

Hasta ahora se ha intentado dominar la naturaleza en beneficio humano, pero ahora empieza a haber un movimiento a nivel mundial para cambiar hacia la ecología profunda. La naturaleza es una parte más de todos nosotros que hay que cuidar, no solo porque es bueno para el desarrollo humano, sino porque es bueno en sí mismo, porque naturaleza y humanos somos uno. Cada vez más gente es consciente de ello.

¿Es esta la “revolución silenciosa” de la que usted habla y en la que no harán falta grandes líderes como Gandhi?

Es una revolución silenciosa que ya está ocurriendo. El libro ‘Blessed Unrest‘ (Bendita inquietud), de Paul Hawken, lo refleja bien: hay un montón de organizaciones y personas en todo el mundo y, cada vez más, trabajando por el medio ambiente. También se habla de ello en el libro ‘The Cultural Creatives. How 50 Million People are Changing the World‘ (Creativos culturales. Cómo 50 millones de personas están cambiando el mundo), de Paul H. Ray y Sherry Ruth Anderson. El cambio climático es el símbolo, que está precipitando este movimiento, que deja en evidencia este modo de vida actual insostenible y la necesidad que tenemos de cambiar.

En su libro ‘Soil, Soul, Society’ (Tierra, Alma, Sociedad) habla de estos tres elementos para un futuro sostenible. ¿Cómo conseguirlo?

“Necesitamos un acuerdo internacional para reducir el consumo de energías fósiles y aumentar el de renovables”
El movimiento ecológico de nuestro tiempo necesita estos tres elementos. La tierra está en lo más alto, el origen de la vida; luego el alma, el aspecto espiritual que une a la naturaleza, los seres humanos y los animales, y nos hace sentirnos satisfechos, felices y en armonía; y la sociedad, que nos hace a todos los seres humanos una unidad, una familia desde la diversidad, independientemente de las nacionalidades, las religiones, etc. Es una visión holística en la que todos somos parte del conjunto, de la naturaleza, de nosotros mismos y de la comunidad humana, y en el que todas las partes están relacionadas, son importantes y dependen unas de otras.

Esta visión que usted propone parece lo opuesto a las sociedades actuales.

Cierto. Nuestra sociedad está fragmentada y es el origen de los conflictos nacionales, religiosos, etc. Por eso tenemos que movernos hacia esa unidad. Debemos cambiar nuestra manera de pensar, nuestra manera de ver las posesiones en nuestra vida.

El próximo lunes 30 de noviembre comienza en París la COP 21, la Cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. ¿Habrá avances?

Crucemos los dedos. Al menos los líderes mundiales estarán juntos, reconociendo que el clima está cambiando, que dependemos en exceso de los combustibles fósiles. Por ello, lo primero que necesitamos es un acuerdo internacional para reducir el consumo de este tipo de energías y aumentar el de renovables. Solo con conseguir esto ya sería una cumbre exitosa. También necesitamos reducir el transporte internacional de mercancías, además de apoyar la producción y el consumo local.

¿Cuáles son los temas ambientales que más le preocupan de la actualidad como director de Resurgence & Ecologist?

“La gente es pobre de tiempo porque está obsesionada por comprar”
El año que viene la revista celebra su 50 aniversario. Nos interesa el tema de la ecología profunda de la que hablaba, las energías renovables o el consumismo. Propugnamos un estilo de vida elegantemente simple. Ser sencillo no es fácil, cualquiera puede hacer las cosas complicadas. Hacer las cosas simples permite tener tiempo para las artes, la cultura, la música, la amistad, la familia, la naturaleza, etc. y ser felices. Ahora la gente no tiene tiempo, son pobres de tiempo, porque están obsesionados por las cuestiones materiales, por tener dinero y comprar.

¿Cree que la sociedad tiene la suficiente información sobre los temas ambientales?

No lo suficiente. La gente, los gobiernos, no son conscientes de que no es posible un crecimiento económico ilimitado en un planeta finito. No es posible una economía lineal como la actual en la que se aprovechan los recursos y se tiran luego al vertedero. La economía es cíclica, como la naturaleza: los recursos se reaprovechan y se vuelven a convertir otra vez en recursos.

La violencia contra activistas ambientales ha crecido en las últimas décadas, según diversas organizaciones no gubernamentales. ¿Cómo se les puede hacer frente?

Con la verdad y la no violencia. Con una verdad diversa, una pluralidad de verdades, no la verdad absoluta. Y no hacer a los demás lo que no queramos que nos hagan a nosotros.

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