La Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto) lleva tiempo reclamando un cambio en el sistema actual de Inspección Técnica de Vehículos (ITV). La patronal considera que el modelo actual es «ineficaz» y «perjudica al consumidor», por lo que es necesario implantar un modelo de autorización «efectiva» que garantice la comodidad y seguridad del usuario, así como la calidad de la inspección a precios homogéneos y competitivos.
Faconauto considera que el «frenazo» que ha experimentado la liberalización de la ITV está favoreciendo la consolidación de un oligopolio en este sector, en el que, según la Federación, tan sólo seis grupos principales proveedores de este servicio controlan alrededor del 60% del mercado.
Asimismo, estima que el régimen de concesión administrativa ha favorecido la saturación del servicio por la falta de oferta de centros de ITV en algunas comunidades, como Madrid, Cataluña y Andalucía, produciéndose diferencias de precio de hasta un 43% entre unas regiones y otras. Esta situación, para Faconauto, contrasta con la dispersión de centros en algunas regiones, con un porcentaje de elusión de inspecciones en torno al 20%.
Los concesionarios consideran que el sistema actual de ITV no cumple su finalidad de garantizar la seguridad vial de los usuarios, ya que el plazo medio desde la realización de la inspección hasta que se repara el vehículo es de quince días, en los que se produce la circulación por carretera sin las condiciones de seguridad preceptivas.
Régimen de autorización
Faconauto insiste en la necesidad de que las administraciones autonómicas apliquen el régimen de autorización de la ITV de acuerdo a la legislación vigente, según la cual, los talleres autorizados que cumplan los requisitos técnicos establecidos pueden realizar las inspecciones de vehículos de manera exclusiva o en el marco de otras actividades relacionadas.
Sin embargo, asociaciones de consumidores como FACUA Andalucía y Al-Andalus rechazan la desaparición del modelo mixto de gestión del servicio de ITV. Para las dos organizaciones el único modo de garantizar la titularidad pública es el modelo de gestión mixto.
Tanto para FACUA Andalucía como para Al-Andalus, el modelo actual de servicio es satisfactorio y así queda reflejado, por ejemplo, en los bajos índices de reclamaciones de los usuarios. Su perduración en el tiempo desde que fue implantado en 1985 también lo avala, por lo que no se entiende la propuesta de modificación cuando apenas existen incidencias.
Ante el proceso de cambio en el modelo de gestión se abre un período de transición y confrontación entre titulares y gestores del servicio que, para FACUA Andalucía y Al-Andalus va a redundar en perjuicio del usuario y que, de igual modo, tendrán un reflejo en la falta de inversiones en las estaciones de ITV para modernizarlas y prestar nuevos servicios.
