Embarazadas y cinturón de seguridad

El cinturón de seguridad es la mejor protección para el feto y para la madre
Por Ignacio Fossati 16 de diciembre de 2003

La mayoría de las madres se preocupa de que sus hijos vayan protegidos cuando viajan en coche. Pero pocas lo hacen cuando el niño aún no ha nacido. Los accidentes de tráfico constituyen la primera causa de interrupciones de embarazos de origen traumático. Y la mayoría de las lesiones en las embarazadas se produce en ocupantes que no hacen uso del cinturón de seguridad. Muchas embarazadas piensan que el cinturón es peligroso y que puede ser perjudicial para su bebé. Pero numerosos estudios indican que es la mejor protección en la mayoría de las ocasiones. El principal problema radica en la falta de información en cuanto a la manera en que debe usarse.

La importancia del cinturón

Un estudio de la Universidad de Michigan estima que en los Estados Unidos entre 1.500 y 5.000 embarazos se malogran cada año como resultado de accidentes de tráfico. En el Reino Unido se calcula que aproximadamente un 3% de las mujeres se ven implicadas en un incidente de circulación a lo largo de su embarazo, en EEUU este porcentaje es del 2%. También en este país se sabe que los accidentes de tráfico son responsables de una de cada tres muertes fortuitas en mujeres embarazadas y que, además, constituyen la principal causa de abortos de origen traumático.

Extrapolando estas cifras, el Real Automóvil Club de España (RACE) afirma que en España los incidentes relacionados con el tráfico podrían ocasionar que cada año entre 200 y 700 niños no llegaran a nacer, sin mencionar el número de lesiones que no son mortales ni los partos prematuros.

Lo cierto es que durante el embarazo, la inmensa mayoría de las futuras madres se preocupan de evitar a toda costa aquello que pudiera dañar o perjudicar al futuro bebé, como los hábitos alimentarios, el cigarrillo, el alcohol o la práctica de ejercicio físico intenso. Pero cuando se trata del automóvil, muchas mujeres embarazadas desconocen cuál es el comportamiento más seguro como conductoras, en especial en lo relativo al cinturón de seguridad, y cuáles son los riesgos reales de no utilizar este sistema básico de protección.

En España, el actual Reglamento de Circulación, aprobado en 1994, permite que las mujeres encintas dejen de utilizar este sistema de retención cuando dispongan de un certificado médico en el que se haga constar que están embarazadas y la fecha aproximada en la que darán a luz. Sin embargo, el RACE asegura que “no hay justificación científica” para que las embarazadas estén exentas de ponerse el cinturón. Para el RACE, cuando se redactó el Reglamento de Circulación no se tuvieron en cuenta todos los estudios al respecto.

Así, una investigación realizada por la Universidad de Michigan afirma que “aunque no puede descartarse totalmente la posibilidad de que determinadas lesiones en la placenta, el útero o el feto aparezcan en las embarazadas que utilizan el cinturón de seguridad, se puede afirmar con rotundidad que la mayoría de las lesiones se producen en ocupantes que no hacen uso de este dispositivo”.

Para José Manuel Bajo Arenas, catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Autónoma de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología, el uso del cinturón en las embarazadas conlleva muchos más beneficios que riesgos. “Su uso es aconsejable y el único problema podría ser el efecto retención que puede causar la banda en el abdomen. Pero aún así, la capa del útero es lo suficientemente grande para proteger al feto y, de todas formas, los posibles traumatismos podrían ser mucho peores si la mujer no llevara el cinturón”, explica.

“Muchas embarazadas piensan que el cinturón es peligroso y que puede ser perjudicial tanto para ella como para el bebé”, señalan desde el Departamento de Seguridad Vial del RACE. “Sin embargo, es la mejor protección para cualquiera de los dos en la inmensa mayoría de las ocasiones, tal y como demuestran numerosos estudios”, añaden. Por eso, el RACE reclama la reforma del Reglamento de Circulación para que sólo estén exentas del uso del cinturón de seguridad, “por motivos concretos”, las embarazadas cuyos médicos así lo estimen.

Un uso correcto

El uso correcto del cinturón de seguridad es fundamental en las mujeres embarazadas. A pesar de ello, el principal problema radica en la falta de información en cuanto a la manera en que debe usarse. En una investigación realizada en 1998 en Estados Unidos, y publicada por el Journal of Trauma, enfocada a comprobar si las mujeres embarazadas estaban convenientemente informadas a este respecto, las cifras demostraron una realidad inquietante: aunque un 86% utilizaba el cinturón de seguridad cuando se subía a un coche, sólo el 21% de ellas lo usaba correctamente. Por esa razón, el RACE aconseja:

  • La banda inferior del cinturón (la que está sobre la pelvis) debe quedar lo más baja posible y bien ceñida a la pelvis, y nunca sobre el estómago ni el vientre.
  • La banda superior del cinturón (que está sobre el tórax) debe quedar entre los dos senos y sobre el esternón, evitando que quede situada encima de sólo uno de ellos.
  • La porción inferior de esta banda superior debe pasar alrededor del vientre y no por encima de éste.
  • Eliminar en la mayor medida posible cualquier holgura en la cinta del cinturón de seguridad. No situar cojines o almohadones sobre el asiento, detrás de la espalda.
  • No llevar nunca la banda superior del cinturón detrás de la espalda, ni tampoco situarla bajo el brazo o la axila.
  • No sentarse encima de la banda inferior para utilizar únicamente la banca superior.

En determinadas ocasiones, la banda inferior del cinturón puede tender a desplazarse hacia arriba y alejarse de su posición óptima. Para solucionar este problema, la compañía noruega HTS AS diseñó hace algunos años el sistema ajusta-cinturón BeSafe Pregnant, que puede adquirirse en España. Según el RACE, BeSafe ayuda a situar el cinturón de seguridad por debajo del vientre, es decir, en su posición idónea, y no disminuye la eficacia del cinturón convencional.

Los expertos también aseguran que el cinturón de seguridad de dos puntos (aquel que únicamente consta de una banda inferior que va sobre la pelvis) es cinco veces menos seguro que el de tres puntos, aquel que consta de dos bandas: una inferior y otra superior. De todos modos, los estudios indican que el cinturón de dos puntos es más seguro que no utilizar ningún cinturón.

En cuanto al airbag, no hay mucha literatura médica sobre cómo afecta su funcionamiento a las mujeres en el período de gestación. Sin embargo, los expertos aconsejan no desactivar el mecanismo tampoco en estos casos. “Aunque todavía se está investigando, se puede decir, en principio, que siempre será menor el daño que pudiera ocasionar el airbag que la contusión directa en el abdomen por el hundimiento de la chapa del coche”, explica la doctora Victoria Delgado, coordinadora de la Comisión para la Prevención de los Accidentes de Tráfico del Colegio de Médicos de Madrid.

En el RACE también aseguran que el airbag puede proteger a la madre y a su futuro bebé siempre que la distancia entre éstos y el airbag sea de un mínimo de 20-25 centímetros y siempre que el airbag situado en el volante no se dirija directamente hacia el vientre sino que se dirija hacia la cabeza y el tórax.

La distancia sobre el volante y consejos

En otro estudio realizado por la Universidad de Michigan en la década de los 90 sobre 32 mujeres embarazadas, se comprobó que las mujeres no suelen cambiar su posición al volante ni la posición de los mandos del vehículo a medida que avanza el embarazo, y ello a pesar de que los importantes cambios en la anatomía de la embarazada normalmente requieren dichos cambios. Como consecuencia, la distancia existente entre el volante y el vientre de la madre suele reducirse notablemente en los últimos meses de gestación, llegándose a casos extremos en los que el vientre de la madre está prácticamente en contacto con el aro del volante, con el peligro que ello conlleva.

Aunque todos los expertos coinciden en que en la mayor parte de las ocasiones sería deseable mantener una distancia mínima de 20 ó 25 centímetros entre el volante y el tórax o el abdomen, las mujeres embarazadas pueden tener muchos problemas para cumplir con esa recomendación si los vehículos carecen de regulación del volante y de los pedales. Por eso, los expertos recomiendan que a la hora comprar un vehículo se considere aquellos que disponen de sistemas de regulación de la altura del cinturón de seguridad, de inclinación y distancia del volante y de los pedales. “Todos ellos ayudan a conseguir una correcta postura de conducción en el caso de las mujeres embarazadas y también en el caso de los automovilistas de menor estatura”, aseguran en el RACE.

Aun así, los especialistas aconsejan evitar en lo posible conducir durante los últimos meses del embarazo. “Es un problema mecánico, ya que una mujer con nueve meses de embarazo es una persona poco ágil debido a la gran dimensión de su abdomen, por lo que todos los movimientos, sobre todo delante de un volante, van a ser más lentos, con lo cual va a tener menores posibilidades de maniobra”, señala el presidente de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología, José Manuel Bajo Arenas.

Consejos

El RACE ofrece los siguientes consejos para las embarazadas que conducen automóviles:

  • Utilizar el cinturón de dos puntos únicamente cuando no sea posible usar el cinturón de tres puntos. Utilizar también el cinturón en las plazas traseras y en autobuses y autocares, cuando estos vehículos dispongan de ellos.
  • Los últimos estadios del embarazo, cuando la barriga sea más prominente y resulte realmente difícil mantener una distancia mínima entre aquella y la parte inferior del aro del volante, habría incluso que valorar la posibilidad de contar con la ayuda de un chofer voluntario, abandonando el asiento del conductor y pasando a ocupar una de las plazas de pasajeros.
  • Resulta difícil indicar cuándo resulta “seguro” volver a conducir después de dar a luz (normalmente se indica que no antes de entre una y tres semanas después de un parto sin complicaciones y no antes de seis semanas tras un parto por cesárea) y el mejor consejo es siempre dejarse asesorar por el ginecólogo o el obstetra.
  • Todas las embarazadas que sufran un accidente de tráfico, incluso uno poco importante, deben buscar inmediatamente asistencia médica. La Universidad de Michigan indicó, como conclusión de uno de sus estudios, que en la mayoría de los casos en los que se produjo un aborto, la madre o bien sufrió únicamente lesiones menores o bien no presentó otras lesiones aparte de las sufridas en la placenta, el útero o el feto.
  • El presidente de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología añade que “si la conducción va a ser muy larga, se recomienda a la embarazada que pare cada cierto tiempo y camine para activar la circulación y evitar trombo embolismos”.

Literatura médica

Más de 40 estudios sobre seguridad en el automóvil y embarazo publicados en los últimos 35 años insisten en la importancia de la utilización del cinturón de seguridad en las embarazadas.

  • Ya hace más de 30 años, un estudio publicado en el New England Journal of Medicine demostró que “la tasa de mortalidad en las mujeres embarazadas que no llevan el cinturón de seguridad es el doble de la tasa correspondiente a las que sí lo llevan”.
  • Renault también analizó en 1984 la efectividad del cinturón de seguridad en 49 ocupantes embarazadas incluidas en su base de datos de siniestros: ninguna de las ocupantes embarazadas que usaban el cinturón de seguridad sufrieron lesiones graves, mientras que tres de las ocupantes que no utilizaban el cinturón y sus fetos fallecieron, y otras cuatro mujeres que tampoco usaban el cinturón resultaron seriamente heridas.
  • En 1986, una investigación estadounidense estudió en detalle las nueve víctimas mortales embarazadas fallecidas por accidentes de tráfico en el condado californiano de Orange durante un periodo de tres años. La conclusión fue que todas ellas resultaron ser ocupantes que no utilizaban el cinturón de seguridad, la mayoría conductoras que se cree impactaron contra el volante durante la colisión.
  • Un estudio de 1993 publicado en Journal of Trauma analizó aproximadamente 2.600 casos de mujeres embarazadas implicadas en siniestros de circulación en el estado norteamericano de Washington. La tasa de niños prematuros en las mujeres que no utilizaban cinturón de seguridad prácticamente doblaba la tasa correspondiente a las que sí lo utilizaban. Además, las mujeres que no se abrochaban el cinturón eran 2 ó 3 veces más propensas a dar a luz en las 48 horas siguientes al siniestro de circulación.
  • Una investigación de la Universidad de Utah publicada este año en los Estados Unidos sobre un total de 322.704 mujeres embarazadas concluye que: a) la probabilidad de que las mujeres embarazadas que no usan el cinturón de seguridad y tengan un accidente sufran de hemorragias es el doble que las que lo usan, b) la probabilidad de que las mujeres embarazadas que no usan el cinturón de seguridad y sufran un accidente pierdan el feto es 2,8 veces superior a las que sí lo utilizan.
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