Hablar limita un 30% la capacidad de reacción al volante

Psicólogos españoles demuestran que es tan peligroso hablar con un pasajero como hacerlo a través de un dispositivo "manos libres".
Por EROSKI Consumer 8 de julio de 2003

Miguel Ángel Recarte, de la Universidad Complutense de Madrid y Luis Miguel Nunes González, de la Dirección General de Tráfico, han publicado en la revista especializada «The Journal of Experimental Psychology» un estudio en el que afirman que el conductor ocupado en tareas mentales complicadas reduce su capacidad hasta en un 30 por ciento para percibir objetos en la carretera y en el coche. Asimismo, han comprobado que escuchar apenas limita la atención, que sí se ve mermada ante la necesidad de elaborar una respuesta compleja en una charla.

El estudio se llevó a cabo con doce conductores habituales jóvenes en un vehículo de la DGT dotado con una cámara de vídeo oculta que registraba hacia dónde miraba el sujeto. Unas luces situadas en distintos puntos del interior del vehículo se encendían intermitentemente para que el conductor respondiera pulsando unos determinados botones próximos al volante.

Los datos recogidos indican que ante tareas mentales complejas como cálculos, descripciones espaciales o recreación de recuerdos la mirada se concentra y deja de dirigirse a los retrovisores y el velocímetro. El conductor tarda más tiempo en reaccionar. Sobre el impacto de un teléfono móvil con sistema de manos libres, los investigadores determinaron que no afecta especialmente a la conducción.

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