La célula de combustible

La época del motor de combustión tiene sus días contados. La industria automovilística y los países desarrollados investigan nuevos propulsores que inicien una nueva era en la automoción
Por EROSKI Consumer 27 de febrero de 2006

La célula de combustible movida por hidrógeno es uno de los proyectos más ambiciosos. Se trata de un mecanismo que transforma la energía química directamente en energía eléctrica, sin existir combustión. En consecuencia puede:

– Solucionar la dependencia del petróleo.

– Reducir la contaminación en las ciudades ya que genera agua limpia como único residuo.

– Acabar con la escasez de combustible, al ser uno de los elementos más abundantes en la naturaleza (dos terceras partes del agua son hidrógeno).

– Reducir sustancialmente el ruido en las ciudades, ya que el motor apenas tiene conexiones mecánicas y no funciona por explosiones, como los actuales.

– Economizar en su uso: En los submarinos, las células de combustible han llegado a funcionar 10.000 horas sin necesidad de mantenimiento.

Las previsiones más optimistas hablan de vehículos movidos por esta tecnología en nuestras calles para el año 2020 aunque algunas empresas aspiran a comercializar algún modelo a partir de 2010. No obstante, un cambio de tecnología de tal magnitud necesita salvar muchos obstáculos:

–El hidrógeno debe almacenarse en el depósito a muy alta presión (700 bares) y muy baja temperatura (253 grados bajo cero). Por tanto los depósitos de los vehículos son muy pesados y complejos. Actualmente se investigan otras soluciones, demasiado caras, como fijarlo en materiales porosos o encapsularlo en nanotubos de carbono.

–Habrá que implantar una nueva red de «gasolineras de hidrógeno». Los surtidores de estas nuevas estaciones de servicio requieren una tecnología muy compleja.

–La propia tecnología de la célula de combustible tiene que mejorar aún su rendimiento.

–Hay que reducir el peso del vehículo. Los depósitos de combustible presurizados y la cantidad de células necesarias para mover un vehículo añaden un exceso de peso que perjudica las prestaciones.

–Obtener hidrógeno para alimentar millones de vehículos puede generar una contaminación superior a la que emiten hoy en día los propios vehículos, ya que las centrales funcionan con carbón. Sería necesario, por tanto, desarrollar las energías limpias, como la eólica.

Actualmente hay muchos prototipos funcionando, tanto de empresas automovilísticas como de universidades y centros de investigación. En el circuito de Nogar (Francia) se celebra una competición de consumo eficiente. El record está actualmente en 1.800 kilómetros con un solo litro de hidrógeno.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube