Señalización correcta de un accidente

Proteger, avisar y socorrer. Estas son las tres premisas básicas a seguir en un accidente de tráfico
Por EROSKI Consumer 21 de abril de 2007

Img cocheacciImagen: Tracey R.

«Los usuarios de las vías que se vean implicados en un accidente de tráfico, lo presencien o tengan conocimiento de él, estarán obligados a auxiliar o solicitar auxilio para atender a las víctimas, si las hubiere, prestar su colaboración para evitar mayores peligros o daños, restablecer, en la medida de lo posible, la seguridad de la circulación y esclarecer los hechos». Así lo recoge el artículo 51 de la Ley sobre Tráfico , Circulación de Vehículos y Seguridad Vial, que establece la obligación de todos los conductores de detenerse y ayudar ante un accidente. Su incumplimiento, especialmente si hay daños personales, se considera un delito.

No obstante, hay que evitar el extremo contrario, la prestación de una ayuda precipitada y ciega, que podría agravar los daños del propio accidente. Las premisas para una adecuada atención en un accidente se resumen en los términos «proteger, avisar y socorrer». Con este fin la DGT ha desarrollado la página web «e-nterate» (http://www.dgt.es/enterate/home.htm) en la que ofrece consejos sobre Seguridad Vial. Respecto a la señalización y atención de un accidente.

Esta son las normas más importantes que todos los conductores deben seguir a rajatabla:

Proteger

  • Situar nuestro vehículo en un lugar seguro y con las luces de emergencia.
  • Colocar a 50 metros en ambos sentidos los triángulos reflectantes.
  • Desconectar el contacto de los vehículos accidentados.
  • Inmovilizar y asegurar el vehículo siniestrado.
  • Comprobar posibles derrames de gasolina o aceite, señalizando su existencia.

    Avisar

    • Solicitar ayuda al 112, Guardia Civil, Cruz Roja o al centro médico más cercano.
    • Se debe facilitar el número de teléfono desde el que se llama, lugar exacto del accidente, número y estado de los herido, tipo de accidente y riesgos circulatorios en la zona.

    Socorrer

    • No mover a los accidentados.
    • En caso de personas atrapadas acceder a ellos y tranquilizarlas.
    • Informar a los equipos asistenciales de las labores realizadas.
    • No movilizar ni trasladar a los afectados sin orden de la Autoridad.

    El chaleco reflectante

    Si un accidente nos obliga a salir del vehículo para socorrer a otra persona, no hay que olvidar colocarse el chaleco reflectante, no sólo por su obligatoriedad, sino por la mayor visibilidad que nos procura ante los conductores que circulan por la vía. Su uso entró en vigor en julio de 2004 con la previsión de las autoridades de Tráfico de evitar cien muertes anuales por atropellos. Según un informe de la asociación Automovilistas Europeos Asociados, la medida no ha contribuido a reducir la siniestralidad en el asfalto: sólo ha servido para evitar una muerte.

    En las vías donde es obligatorio, travesías y carreteras, el número de peatones muertos en horario nocturno en 2005 respecto a 2004 aumentó de 219 a 248. En vías iluminadas también se registró un incremento: de 89 en 2004 a 106 en 2005. Las estadísticas de la DGT revelan que en 2004 resultaron atropellados 56 conductores mientras bajaban, subían o reparaban su coche, de los cuales 11 murieron. En 2005 la cifra ascendió a 60 atropellados con el resultado de 10 fallecidos.

    Estas situaciones eran, precisamente, las que se trataba de evitar con la obligatoriedad del chaleco, por lo que los Automovilistas Europeos en Acción (AEA) hablan del «fracaso de una norma que supuso un esfuerzo económico de 400 millones de euros que podrían haberse dedicado a la mejora de las carreteras, medida que hubiera sido más efectiva que obliga a incorporar el chaleco». La asociación de automovilistas afirma que se debería haber insistido en lo peligroso que resulta bajar de un coche en una calzada y en la recomendación de sacar el coche de la vía cuando ocurre una avería.

    Accidentes con chapa

    Cuando se produce un accidente leve la prioridad es retirar cuanto antes los vehículos de la vía para garantizar la seguridad y fluidez del tráfico. Esto es especialmente importante en autovías, autopistas y vías interurbanas, donde se circula a gran velocidad. El problema es que al retirar los vehículos, y en caso de que no haya acuerdo entre las partes, los agentes de circulación no pueden comprobar la posición de estos coches en el momento del accidente.

    Julio Pérez, agente de la empresa Seguros Bilbao afirma que con este tipo de accidentes no suele haber muchos problemas. El más habitual en este tipo de vías es el de alcance, por lo que la responsabilidad es del coche que circulaba detrás sin respetar la distancia de seguridad.

    Más problemático es el alcance por cambio de carril, donde puede haber discrepancias en cuanto a la responsabilidad. Por esta razón es muy importante apuntar la matrícula de algún vehículo que haya sido testigo o pedir el teléfono de algún peatón que haya visto el incidente. Pérez explica que con testigos se puede ir, en último extremo, a la vía judicial. Si no hay testigos, nos encontramos en un caso de ?tu palabra contra la mía? que habrá de resolverse por pruebas periciales.

    Tras retirar los vehículos al arcén, los conductores implicados han de ponerse el chaleco y realizar el parte amistoso. Desde el momento en que ambos lo entregan a sus compañías, la otra parte tiene un plazo de 15 días para contestar si lo acepta o no. Actualmente, afirma el experto, la informatización permite resolver esta cuestión en una semana o diez días, habitualmente.

    La presencia cada vez mayor de cámaras de vigilancia de tráfico puede convertirse en un aliado del conductor. Las autoridades graban y conservan las imágenes durante unos días. En caso de accidente, se puede comprobar la presencia de cámaras y acudir a la entidad que corresponda (Ayuntamiento, concesionaria de la autopista, Diputación o DGT) para solicitar una copia del momento del accidente.

    Accidentes con víctimas

    La mayoría de los conductores no dispone de conocimientos médicos para socorrer en un accidente. En este caso, la labor se reduce a señalizar el accidente y comunicar a los servicios de emergencia, con la mayor exactitud posible, el número de heridos, edad, situación y las características de sus lesiones. Otra función muy importante es la de acompañar y tranquilizar a las víctimas.

    La primera norma es no moverlos, ya que se pueden agravar lesiones internas. A los motoristas, en ningún caso hay que retirarles el casco, por la misma razón. La única situación en la que se puede mover a un herido es si se produce un incendio en el coche que no se puede sofocar y que amenace con quemar o intoxicar al herido.

    Un cursillo de primeros auxilios puede resultar sumamente útil e incluso salvar vidas. En este sentido, se está produciendo un debate en el sector educativo sobre la conveniencia de incluirlos en las programaciones escolares. No obstante, asociaciones como la Cruz Roja y la DYA ofrecen cursillos gratuitos para aprender a reaccionar adecuadamente en caso de hallarnos ante un accidente con heridos.

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