Sidecar: el placer de viajar en moto

El sidecar en España cuenta en estos momentos con un mercado testimonial, pero creciente, de nostálgicos y amantes de la moto
Por EROSKI Consumer 21 de febrero de 2007

Sidecar es una palabra inglesa compuesta de ‘side’ (lado) y ‘car’ (coche). Se trata de un invento casi tan antiguo como la propia moto y franceses e ingleses se disputan su paternidad. Lo cierto es que se popularizó tras la I Guerra Mundial, cuando los ejércitos alemán, francés y británico adoptaron masivamente el sidecar al que acoplaban una ametralladora con el objeto de acompañar a los soldados de infantería.

Entre 1950 y 1980 el precio de los automóviles era prohibitivo para una gran parte de los europeos, así que muchos optaron por la moto con sidecar, un medio más económico y muy versátil, al poder transportar a tres personas o trasladar pequeños bultos. Tras la crisis de los 70, con la mejora de la economía y el abaratamiento de los automóviles, el sidecar quedó relegado a las capas de menor poder adquisitivo de la población o a los nostálgicos y coleccionistas. Socialmente conducir un sidecar era una marca de desprestigio.

En la actualidad el sidecar en España cuenta con un mercado testimonial, pero creciente, de nostálgicos y amantes de la moto.

Reunidos en clubes y comunicados a través de foros en Internet, acuden a las distintas concentraciones motoristas que se celebran en España y Europa, como la Pingüinos en Valladolid (en enero), Alhama de Murcia (en mayo) o las concentraciones de Boxer del Este (en octubre)

Tampoco faltan a otra cita anual: la del salón del vehículo clásico Retromóvil que se celebra en Madrid a finales de febrero.

Entre las marcas más conocidas destacan la rusa Ural, la alemana Dneper, la británica Royal Enfield o la china Chang Jiang. La mayoría se limita a fabricar réplicas de motos históricas. En España hay cuatro distribuidoras de Ural que venden, restauran, reparan e instalan sidecares a motos de todas estas marcas, además de Vespa, BMW o MZ, entre otras. Concretamente, la mítica Harley Davidson fabrica sidecares para dos de sus modelos más grandes, los Touring, aunque se pueden adquirir solamente en el catálogo de Estados Unidos.

Los precios de estas joyas, fabricadas de forma artesanal por encargo, oscilan entre 6.000 y 11.000 euros. Los sidecares, entre 600 y 2.000 euros aproximadamente.

Mecánica y legislación

El sidecar se une a la parte inferior del chasis de la moto mediante una barra metálica rígida y otra barra telescópica, a veces dotada de un amortiguador, que le permite bascular independientemente de la moto. También hay algunos modelos de sidecares flexibles, que se inclinan en el mismo ángulo que la moto facilitando mucho su conducción.

El peso oscila entre los 35 y los 60 kilogramos, según modelos, y disponen de un pequeño maletero de unos 50 litros tras el respaldo del asiento. Es habitual que dispongan de parabrisas y de un toldo o capota para proteger al pasajero en caso de lluvia. El tamaño y peso del sidecar debe ser siempre proporcional al de la moto, ya que resulta muy complicado y peligroso conducir una moto pequeña y de escasa potencia con un sidecar grande y sobrecargado.

Respecto a la seguridad, el sidecar debe llevar obligatoriamente un piloto trasero rojo en el extremo derecho que haga visible al resto de conductores la anchura del conjunto

En la parte delantera debe llevar un intermitente amarillo. Por tanto, es necesario realizar las conexiones eléctricas a los mandos del manillar y a la batería de la moto.

Opcionalmente, puede llevar luces antiniebla delantera y trasera, catadióptricos laterales no triangulares y luces indicadoras de dirección con señal de emergencia. No es obligatorio que la rueda del sidecar lleve freno, aunque es habitual incorporarlo por seguridad. Sí es obligatoria la placa posterior de matrícula.

Para circular con él es necesario el permiso A, que autoriza a conducir motocicletas con o sin sidecar, triciclos y cruadriciclos de motor. Se trata de un permiso específico para este tipo de vehículos, por lo que la posesión de carné tipo B, C, D o E no permite llevar motos con sidecar. La edad mínima para obtenerlo son 18 años.

Si la motocicleta puede desarrollar más de 25 kilovatios o su relación peso potencia es superior a 0,16 kilowatios kilogramos, será necesario contar con dos años de experiencia en la conducción de motocicletas. No cuenta la experiencia con ciclomotores o motocicletas de hasta 125 cc autorizadas por el permiso A1.

La Ley de Tráfico prohíbe circular con menores de 12 años tanto en la motocicleta como en el sidecar por cualquier clase de vía. Excepcionalmente, se permite esta circulación a partir de los siete años siempre que los conductores sean los padres, madres, tutores o personas mayores de edad autorizados por ellos, se utilicen cascos homologados y se cumplan las condiciones de seguridad establecidas reglamentariamente.

Homologación del sidecar

Rui Viana, de motos Engomar, en Sevilla, es uno de los cuatro distribuidores en España de Ural, la única marca en todo el mundo dedicada exclusivamente a la fabricación de motos con sidecar.

Estas motocicletas incluyen la homologación UE de fábrica, por lo que su tarjeta técnica y su permiso son idénticos a los de cualquier otro vehículo

No existen cifras oficiales, pero Viana estima que se venden unas 40 motos con sidecar cada año en España, eso sin contar los particulares que acuden a un taller a poner un sidecar a su moto particular. El mercado es pequeño, pero creciente, según su percepción. De hecho, en Estados Unidos las ventas aumentan entre un 20 y un 30% anualmente. En nuestro país se venden a aficionados que disfrutan del viaje en moto. De hecho, el seguro suele ser más barato, ya que las motos con sidecar no se utilizan para correr, sino para viajar.

Los trámites de su homologación se complican si se opta por adquirir las motos sidecar en el extranjero, sin mediación de importadores o distribuidores. Si la adquisición se realiza fuera de la Unión Europea, es necesaria una homologación específica para España. En este caso, según el concesionario madrileño Harley Davidson Capital Motorcycles, sería necesario homologarla en el Reino Unido o Alemania y circular con la homologación de la Unión Europea. En estos países hay una gran cultura en torno al motor y, de hecho, son miles los motoristas que compran modelos de moto con sidecar o lo instalan en su moto tras la compra. También se puede intentar su matriculación como vehículo clásico o histórico, especialmente si se trata de réplicas de motos antiguas.

Una conducción diferente: consejos

Img ural modelos sportsmand

La conducción de una motocicleta con sidecar es completamente diferente a la de una moto convencional. Por eso resulta aconsejable practicar durante unas horas en algún circuito cerrado al tráfico o carreteras vecinales con muy poca circulación.

Al tomar una curva sobre dos ruedas el vehículo se inclina para contrarrestar la fuerza centrífuga; al contar con una tercera rueda, esto no es posible, por lo que habrá que tener en cuenta que el centro de gravedad se desplaza hacia el lado donde se encuentra el sidecar y de forma más acentuada cuanto mayor es el peso de la persona o equipaje que viaja en su interior.

Antes de entrar en la curva hay que frenar para tomarla a la velocidad adecuada. En una moto, el exceso de velocidad hará derrapar las ruedas y la moto caerá al suelo; en un sidecar, el conjunto puede volcar.

En todos los casos, tanto el piloto, el ‘paquete’ y el copiloto que viaja en el sidecar deberán inclinarse hacia el lado de la curva para facilitar el trazado

Así, al tomar la curva hay que frenar o acelerar ligeramente con el objetivo de obligar al conjunto moto-sidecar a ‘sobrevirar’, es decir, que tienda a desplazarse hacia el interior de la curva.

Esto se consigue en las curvas a la derecha acelerando ligeramente durante su trazado. De esta manera se consigue desplazar el peso del sidecar hacia la parte de atrás. En las curvas a la izquierda, hay que hacer lo contrario: frenar ligeramente durante el trazado para desplazar el centro de gravedad hacia delante.

Es necesaria una cierta experiencia para trazar bien las curvas con el sidecar. No es lo mismo viajar con el sidecar vacío que ocupado. En este último caso, las reacciones de la moto variarán ligeramente según el peso de la persona. Si viajan dos personas, el acompañante y el equipaje lo harán siempre en el sidecar; dos personas sobre la moto con el sidecar vacío supone un grave riesgo de vuelco en las curvas, especialmente en las curvas a derecha, donde la fuerza centrífuga hace que el sidecar ’empuje’ la moto hacia el exterior de la curva. Si viajan tres personas, la de mayor peso y el equipaje viajarán en el sidecar. Así se reparte el peso equitativamente y se equilibra el centro de gravedad.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube