Alzheimer, un viaje sin retorno

Esta enfermedad mental es una de las de mayor incidencia entre las personas mayores y existen pocos métodos para prevenirla
Por EROSKI Consumer 19 de febrero de 2002

En España hay cerca de medio millón de personas que padecen el mal de Alzheimer, una de las enfermedades mentales que tiene mayor incidencia entre las personas mayores. En la actualidad, esta enfermedad alcanza cotas muy altas y existen pocos métodos preventivos que vayan más allá de intentar mantener la mente activa, lo que se ha comprobado que retrasa el curso de la enfermedad.

Los expertos estiman que una de cada 1.000 personas mayores de 65 años podría padecer la enfermedad, proporción que aumentan progresivamente con la edad. A los 75 años, sería uno de cada 100 y uno de cada 10, a partir de los 80. «En el 2025 se duplicará el número de enfermosa Confederación Española de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA), Paloma Ramos. en nuestro país, lo que supondrá un gran coste para el Estado y para la familia de los enfermos, ya que el gasto medio es de 3 millones de pesetas, por persona y año», apunta la presidenta de lEl diagnóstico precoz es clave para el tratamiento de esta patología, ya que los enfermos pueden beneficiarse de los fármacos actuales que «controlan los síntomas de la enfermedad y que suponen una mayor calidad de vida para la familia y al paciente», afirma el doctor José Manuel Martínez-Lage, presidente de la Conferencia Nacional del Alzheimer.

A pesar de la importancia de detectar rápidamente la enfermedad, en España se tarda tres años en diagnosticar el Alzheimer. «Los últimos estudios realizados, demuestran que en España, el diagnóstico médico se realiza a los tres años del inicio de la enfermedad, ya que la familias, con una idea equivocada, creen que los síntomas son propios de la edad», señala Martinez-Lage.

Trastorno irreversible

La enfermedad de Alzheimer es una trastorno degenerativo que se caracteriza por una declinación progresiva e irreversible de la memoria y de otras funciones cognitivas. Al igual que sucede con otras enfermedades que se incrementan con el envejecimiento, como son el Parkinson o la demencia vascular, el Alzheimer hace su aparición hacia los sesenta años. Este trastorno lleva consigo la destrucción de las células nerviosas y de conexiones neuronales en la corteza cerebral, además de una significativa pérdida de masa cerebral.

Este proceso se traduce en diversas dificultades para desarrollar las tareas diarias, que se incrementan durante el curso de la enfermedad. Así, los enfermos comienzan a olvidar dónde guardaron determinados objetos o qué es lo que iban a hacer en ese instante y poco a poco, esta pérdida de memoria se va agudizando hasta ser incapaces de recordar los nombres de sus seres queridos y, cuando la enfermedad está más avanzada, incluso, el propio lenguaje.

El Alzheimer afecta también a las habilidades motoras al mismo tiempo que cambia el carácter y vuelve a la persona irritable e inestable, con grandes altibajos en su estado de ánimo. En el desarrollo de la enfermedad aparecen también episodios de rabia, angustia y depresión. El estado de estos pacientes se agrava con el tiempo hasta que, hacia el final de la enfermedad, el individuo pierde además el control de sus funciones corporales y su movilidad.

La medicación, hasta el momento, se ha mostrado ineficaz para curar este trastorno que los fármacos sólo logran retrasar su avance y estabilizar al paciente. Sin embargo, la investigación de nuevos medicamentos como la rivastigmia o la galantamina, que contribuyen a la mejoría y prevención respectivamente, abren nuevas esperanzas para estos enfermos.

Formación y asesoramiento

Aunque generalmente, una vez diagnosticado, el enfermo de Alzheimer suele tener una esperanza de vida de entre cuatro y cinco años, no es igual en todos los casos y hay quienes superan con la enfermedad más de una década. Además, las características de este trastorno mental hacen que la convivencia familiar resulte realmente difícil. Con la finalidad de asesorar y apoyar a las familias de estos enfermos se creó la Fundación Alzheimer España (FAE), cuyos objetivos principales son mejorar la calidad de vida de los afectados así como la de las personas que les atienden.

Con esta asociación colabora un grupo multidisciplinar de profesionales, capaces de atender las distintas necesidades que se producen en las familias que tienen a su cargo enfermos de Alzheimer. Así, cuentan con profesionales de la Salud, investigadores, economistas y abogados que ponen a disposición de las asociaciones de familias de enfermos.

Las funciones de FAE van desde la información y formación sobre la propia enfermedad y los recursos disponibles como el asesoramiento en diversos temas relacionados y la representación de las demandas ante las distintas instituciones. Esta asociación española forma parte de Alzheimer Europe, una asociación que integra a 25 países y de la que participan más de tres millones de familias afectadas.

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