Entrevista

Alberto Giménez, presidente de la Fundación Casaverde

Más del 50% de las personas afectadas de daño cerebral sobrevenido sufren secuelas irreversibles
Por Clara Bassi 24 de agosto de 2010
Img alberto gimenez
Imagen: CONSUMER EROSKI

Los accidentes cerebrovasculares y los de tráfico tienen un gran impacto en la población. Como resultado, cada año se diagnostican en España en torno a 100.000 casos de daño cerebral sobrevenido. Entre el 50% y el 70% de los afectados sufren secuelas irreversibles, lo que podría evitarse con un programa adecuado de neurorrehabilitación aplicado en una fase lo más temprana posible tras esos episodios. Sin embargo, nuestro país adolece de recursos suficientes para prestar este tipo de atención, lamenta Alberto Giménez, presidente de la Fundación Casaverde. Esta entidad se dedica a la atención, investigación y formación en el campo de la neurorrehabilitación y el daño cerebral sobrevenido.

¿Son muy frecuentes las enfermedades neurológicas que atiende la Fundación Casaverde?

No son estrictamente enfermedades neurológicas, sino daño cerebral sobrevenido por un accidente. El impacto en España es de unos 100.000 casos al año.

¿Aumenta la cifra de personas afectadas?

“El daño cerebral sobrevenido se debe a un accidente cerebrovascular o a un traumatismo craneoencefálico”

Se incrementa cada año por dos razones. En parte, el daño cerebral sobrevenido se relaciona con la edad, en general, con los accidentes cerebrovasculares como el ictus. Otra causa se deriva de un traumatismo craneoencefálico. Aumenta porque las personas que han sufrido un accidente grave registran secuelas y hay que tratarlas.

¿Cuándo se considera que una persona es neurodependiente?

Cuando debido a una lesión neurológica tiene un determinado déficit. Éste puede ser motor, que entraña dificultades para andar, moverse o ir en silla de ruedas, o puede estar relacionado con dificultades de lenguaje, de memoria o deglución. El cerebro tiene una zona lesionada que no puede ejercitar su función, de modo que este paciente necesita ayuda de terceras personas, ya sea de forma provisional o crónica.

¿Cuántas personas de los 100.000 casos que se registran cada año en España acaban neurodependientes?

“Entre el 50% y el 70% de los pacientes con daño cerebral sobrevenido terminan con secuelas no recuperables”

No hay datos exactos. A menudo, si se realiza una actividad de neurorrehabilitación temprana, lo más seguido posible del accidente que ha ocasionado el daño, se pueden superar las secuelas o el déficit que han causado. No obstante, estimamos que entre el 50% y el 70% de los casos de daño cerebral sobrevenido terminan con secuelas que no son recuperables.

¿En qué consiste la neurorrehabilitación para estos pacientes?

Es un tratamiento en el que intervienen distintos profesionales y técnicos, como el neurólogo, el neuropsicólogo, el fisioterapeuta, el logopeda, el terapeuta ocupacional y, en ocasiones, el médico rehabilitador. De forma multidisciplinar y en equipo, todos estos especialistas establecen el diagnóstico, pronóstico y programa que se debe seguir.

¿A qué atribuye ese porcentaje de casos que no se pueden recuperar de sus lesiones? ¿Influye la falta de recursos?

“Los pacientes, una vez superada la fase crítica, no disponen de atención especializada”

Así es. El sistema sanitario es excelente. Cuando se diagnostica una lesión, trabaja de manera muy eficaz para salvar la vida de los afectados por daño cerebral, pero a partir de ahí, no tiene recursos ni especialistas para continuar el tratamiento, ni forma a profesionales para que aborden las secuelas de estos accidentes, con el objetivo de minimizarlas o limitarlas. Los centros con especialistas de neurorrehabilitación son muy escasos en España y se puede decir que, cuando la persona ha superado la fase crítica, no tiene atención ni de la sanidad ni de los servicios sociosanitarios.

¿Quizá porque estos servicios se engloban en el ámbito privado?

Ni siquiera se dan en el sector privado. Son muy escasos.

¿De qué forma se intenta paliar esta situación?

Las comunidades autónomas proponen a los gobiernos programas de atención y buscan la manera de prestar servicios a estas personas.

¿Se ha tomado alguna decisión al respecto?

Algunas iniciativas como la nuestra, la Fundación Casaverde, pero son insuficientes.

¿Cuáles cree que son los retos para favorecer la neurorrehabilitación en España: mejorar los recursos disponibles o los resultados clínicos?

“La neurorrehabilitación intenta que los pacientes se recuperen al máximo del déficit funcional provocado por el daño cerebral sobrevenido”

El reto es que la Administración y el Gobierno comprendan que éste es un problema que se debe priorizar y que haya una coordinación entre la atención sanitaria y la sociosanitaria para que trabajen de forma conjunta, no sólo para salvar la vida de las personas, sino también para prestarles cuidados y devolverles la calidad de vida. Hay que pensar que con los recursos adecuados muchas personas pueden volver a trabajar y dejar de ser dependientes crónicos, lo que es perjudicial para su salud y muy costoso en términos económicos para el sistema sanitario. Hay que trabajar para crear recursos no sólo para los afectados, sino también para sus familias.

Desde el punto de vista de la investigación, ¿cuáles son las líneas prioritarias en las que se trabaja para mejorar la neurorrehabilitación?

La investigación puede ser básica o aplicada. Trata de conocer los métodos tecnológicos más adecuados para poder mejorar los resultados en la recuperación del déficit, basados en análisis y en estudios europeos que tenemos que validar, así como en aportar tecnología para garantizar y mejorar la rehabilitación, mediante robots y productos que permitan asegurar con rigor el tratamiento.

ROBOTS EN NEURORREHABILITACIÓN
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Imagen: CONSUMER EROSKI

La investigación y la bioingeniería son claves para atender a las personas dependientes e intentar que se recuperen al máximo del déficit funcional que les haya causado el daño cerebral sobrevenido. La Fundación Casaverde, que también realiza investigación sobre neurorrehabilitación, ha desarrollado un robot (AUPA) que actúa sobre las extremidades superiores del paciente: “Es un sistema de realidad virtual que trabaja de manera conjunta estímulos físicos y psíquicos, muy adecuado para el daño cerebral”, explica Alberto Giménez, que este año ha dirigido el curso de verano “Neurorrehabilitación y dependencia”, organizado por la Universidad Complutense, de Madrid.

Este robot permite al paciente ver en la pantalla cómo bebe agua o juega al baloncesto. “Ha sido producto del trabajo en equipo de ingenieros y profesionales fisioterapeutas”, afirma Giménez. Este método es apropiado porque todas las personas trabajan con estímulos físicos y psíquicos y, por lo tanto, quienes sufren daño cerebral sobrevenido también padecen las consecuencias de las lesiones físicas y psíquicas. Por esta razón, si el tratamiento es global, se mejora la rehabilitación. “Todos los movimientos o ejercicios tienen un proceso previo lógico en las neuronas cerebrales. Por eso, unir los estímulos psíquicos que propician los movimientos a los ejercicios físicos puede ser muy adecuado para recuperar el déficit”, aclara Giménez.

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