Farmacia hospitalaria

El riesgo de error en la administración de medicación hospitalaria supera el 10% pero en la mayoría de ocasiones no reviste gravedad
Por Blanca Álvarez Barco 2 de octubre de 2006

Los errores en la dispensación de fármacos en el ámbito hospitalario han sido reconocidos como un problema de gran importancia para la salud pública, según recoge un informe del Consejo de Europa. De acuerdo con el informe, deben establecerse prácticas efectivas de seguridad en todos los países de la Unión. En el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, celebrado recientemente en Málaga, los científicos se han mostrado unánimes al afirmar que el modo idóneo para mejorar la seguridad de la asistencia a los pacientes hospitalarios es aumentar la calidad de todos los procesos: dispensación, administración y seguimiento de los tratamientos farmacológicos.

No son la incompetencia o la desidia. La causa de los errores de medicación que se producen en los centros hospitalarios es la existencia de fallos en el sistema sanitario, como aseguran los expertos. En España, según indica Manuel Alós, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, los errores de medicación motivan entre un 4,7% y un 5,3% de los ingresos hospitalarios, con un coste medio por estancia próximo a 3.000 euros, y que pueden causar acontecimientos adversos en el 1,4% de los pacientes. Además, existe una tasa de errores de medicación en pacientes hospitalizados del 12,8% (errores de transcripción, dispensación y administración), y de entre el 3,5% y el 7,9% debido a errores de administración.

En EEUU, un informe del Instituto de Medicina señala que los fallos de medicación es el error asistencial más prevalerte y ocasionan más de 7.000 muertes anuales, superando a las causadas por los accidentes de trabajo. ¿El mejor modo de evitar el riesgo de cometer estos errores? Manuel Alós está convencido de que la clave está en aumentar la calidad de la asistencia prestada y la seguridad en todo el proceso farmacológico, desde que se adquiere o elabora un compuesto hasta que éste llega a un paciente, además del seguimiento del efecto que sobre el enfermo tiene la medicación prescrita.

Calidad asistencial

Porque la Farmacia de hospital ha evolucionado, surge la Atención Farmacéutica, un modelo de actuación profesional que se basa en garantizar la calidad, seguridad y eficiencia de los tratamientos farmacológicos. Y en este proceso es fundamental contar con la actuación de todos los profesionales, «una labor de equipo, codo con codo, con médicos y enfermeras», asegura Alós. También con la ayuda de los avances tecnológicos como historias clínicas informatizadas, prescripción electrónica o dispensadores automatizados.

Para aumentar la calidad en la asistencia al paciente la Farmacia hospitalaria está cada vez más especializada. «Una superespecialización de hecho, aunque aún no de derecho», según señala el presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Porque aunque se contempla en la ley, ésta aún no se ha desarrollado, con lo que la realidad va por delante del reconocimiento legal. Áreas como Oncología, Nutrición o Enfermedades Infecciosas, requieren continuamente de la colaboración y presencia de farmacéuticos, que de hecho participan en tareas tales como la selección de los medicamentos adecuados. ¿Qué otras funciones realiza un farmacéutico de hospital?

Las funciones

Los farmacéuticos son responsables de custodiar y dispensar los productos que se encuentran en fase de investigación clínica

El servicio de Farmacia de hospital, que debe estar siempre bajo la supervisión de un farmacéutico especialista en Farmacia Hospitalaria, es responsable de muchas y diversas actuaciones. Obviamente, es responsabilidad suya la adquisición de medicamentos y productos sanitarios precisos para el hospital, así como de asegurar la calidad, su correcta conservación, su custodia y dispensación. Además, deben prestar especial atención a los fármacos que se utilizan en tratamientos extra hospitalarios, que suelen requerir una particular vigilancia, supervisión y control.

Los galenos que desarrollan su trabajo en el hospital deben, además, elaborar y dispensar fórmulas magistrales y preparados, y establecer un sistema racional de distribución de medicamentos que garantice la seguridad, rapidez y control del proceso, así como tomar las medidas para garantizar su correcta administración. También es su responsabilidad custodiar y dispensar los productos que se encuentran en fase de investigación clínica, velar por el cumplimiento de la legislación sobre sustancias estupefacientes y psicotrópicas y el resto de medicamentos que necesiten un especial control.

La labor investigadora y de formación es también de considerable importancia, y los farmacéuticos deben formar parte de las comisiones hospitalarias en que puedan ser útiles sus conocimientos. Es su obligación crear un servicio de información de medicamentos para todo el personal del hospital y llevar a cabo actividades educativas sobre cuestiones de su competencia dirigidas al personal sanitario del hospital y a los pacientes. El servicio de Farmacia Hospitalaria tiene también que efectuar trabajos de investigación propios o en colaboración con otras unidades o servicios y participar en los ensayos clínicos con medicamentos y productos sanitarios.

Hasta no hace mucho tiempo, los responsables de Farmacia hospitalaria se dedicaban exclusivamente a atender a los pacientes ingresados, pero cada vez existen más casos de pacientes no hospitalizados que acuden a sus servicios. Se trata de casos en los que para lograr que un tratamiento se realice de manera correcta, se requiere una información muy detallada; en otros casos, se trata de fármacos que necesitan una especial vigilancia y un seguimiento muy estrecho para poder controlar su eficacia y evitar toxicidades. En estos casos los pacientes acuden a la farmacia del hospital ya que en el medio hospitalario también se encuentra el equipo de médicos adecuado para llevar el control del tratamiento de la manera más segura y eficaz.

SERVICIO PionerO EN EUROPA

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La Farmacia Hospitalaria es una especialidad que tiene como objetivo el uso racional de los medicamentos dentro de un hospital, así como dar soporte a todas las tareas asistenciales del mismo mediante las funciones de adquisición, preparación, control analítico y dispensación de medicamentos a todos los servicios. En España empezó a funcionar cuando en 1974 se creó una legislación específica que establece que en todos los centros hospitalarios debe existir un servicio de farmacia con un farmacéutico al frente.

Los impulsores fueron Juan M. Reol Tejada y Manuel Ruiz-Jarabo, que vieron la importancia de mejorar el uso racional del medicamento y la situación de los farmacéuticos en el hospital, al mismo nivel que el médico. Hasta entonces esta labor la realizaban monjas, que gestionaban los almacenes de medicamentos que existían en los centros hospitalarios.

España es uno de los países donde esta especialidad está más desarrollada y sirve de referencia y modelo a otros países europeos. Pero las actuales atribuciones de los farmacéuticos hospitalarios proceden de EEUU, ya que fueron ellos quienes desarrollaron la especialidad a nivel mundial, dando a la Farmacia un enfoque clínico dirigido al paciente. Asimismo, son pioneros en disponer de farmacéuticos hospitalarios especializados en campos como la nutrición, enfermedades infecciosas u oncología.

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