Científicos de EE.UU. confirman que la restricción calórica rebaja los factores de riesgo de cardiopatías y diabetes

Una reducción del consumo de bebidas carbonatadas y azucaradas evitaría problemas de peso en niños
Por EROSKI Consumer 25 de abril de 2004

La asociación entre reducción calórica y disminución de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes ha sido pauta constante, pero siempre se había vinculado a estudios con cobayas. Un equipo de la Washington University School of Medicine en San Luis (EE.UU.) acaba de publicar el primer estudio que ha seguido a 18 voluntarios por un periodo de tiempo de entre 3 y 15 años, el espacio temporal más largo de todos los estudiados.

La investigación, que acaba de publicar «Proceedings», ajusta la disminución de los marcadores de factores de riesgo como el colesterol, triglicéridos o glucosa a la reducción de la ingesta de calorías. El grupo estudiado consumió un promedio de entre un 10% y un 25% menos de calorías diarias que el americano medio, es decir, ingirió entre 1.100 y 1.950 calorías frente a las 1.975 a 3.550 calorías que se consumen normalmente, ajustándose cada cantidad a las necesidades reales por razón de peso o actividad física.

Todos los voluntarios, pese a rebajar el número de calorías, siguieron una dieta equilibrada consistente en un 26% de proteínas, un 28% de grasas y un 46% de carbohidratos. El grupo con el que se compararon los resultados y que no disminuyó en ningún momento la toma de calorías, consumió una dieta formada por un 18% de proteínas, 32% de grasas y 50% de carbohidratos.

Niveles como el denominado colesterol «malo» -vinculados con la arterosclerosis- fueron un 10% más bajos en el grupo que rebajó la ingesta de calorías, mientras que los de colesterol «bueno» permanecían entre el 85% y el 90%. Los triglicéridos, tan dañinos como el colesterol para las arterias, tenían sus niveles en una situación muy baja, similar a la de personas con 20 años, aunque los participantes en el estudio tenían entre 35 y 82 años. En igual situación mantenían sus niveles de glucosa y el índice de masa corporal, todos ellos factores clave en las enfermedades coronarias y diabetes.

Por otra parte, desanimar a los niños sobre el consumo de bebidas carbonatadas y azucaradas evitaría los problemas derivados del exceso de peso, según un estudio publicado en «British Medical Journal» por el Royal Bournemouth Hospital de Gran Bretaña. La reducción de la ingesta de estas bebidas y el aumento del consumo de agua dentro de un programa educativo, donde los alumnos comparaban en sus diarios los resultados, facilitó una reducción de los niveles de obesidad.

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