Científicos españoles descubren un proceso celular clave en el desarrollo del cáncer y del envejecimiento

Este hallazgo ayuda a entender el crecimiento de algunos tumores
Por EROSKI Consumer 14 de octubre de 2002

Científicos del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) han descrito por primera vez la relación directa entre el ciclo celular y los telómeros, unas estructuras situadas al final de los cromosomas, y cuyo tamaño es determinante en los procesos tumorales y en el envejecimiento. Se trata de un hallazgo de ciencia básica, pero prometedor, en cuanto supone un nuevo avance en el conocimiento del cáncer y el envejecimiento, dos de las grandes preocupaciones de este siglo.

Desde hace años se sabe que los telómeros y la telomerasa -una enzima que fabrica nuevos telómeros- tienen un papel muy activo en la enfermedad oncológica y en el envejecimiento. Por un lado, las células malignas desarrollan mecanismos para mantener los telómeros y, así, crecer de forma indefinida. En tanto que las células normales van perdiendo esa función, lo que se cree contribuye al proceso de envejecimiento.

El estudio, que ha dirigido María Blasco, del Departamento de Inmunología y Oncología del CNB, aporta un dato innovador: «Que los telómeros «per sé» no controlan la división celular. Son una estructura necesaria, aunque no la única», explicó la doctora.

Crecimiento tumoral

La relevancia de este estudio para el cáncer se centra en unas proteínas de la familia de Retinoblastoma, también denominadas «pocket proteins». En el organismo humano existen proteínas que actúan como supresoras de tumores. Estas proteínas son frenos que tienen las células normales para ralentizar la maquinaria que permite la división celular. Lo que ha demostrado el equipo del CNB es que si en ratones modificados genéticamente se elimina una familia de estos supresores de tumores -Retinoblastoma-, los telómeros dejan de tener una longitud normal y se alargan.

«El alargamiento de los telómeros es un proceso que permite la inmortalidad de las células tumorales. Inhibidores de estas proteínas, por lo tanto, no sólo frenarían el ciclo celular sino que también actuarían sobre la regulación de los telómeros», asegura Blasco. En el experimento, «esta desregulación de la longitud telomérica ocurre sin que se produzcan cambios en la actividad de la telomerasa», se detalla en un comunicado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Esta es la primera vez que se conectan proteínas que son potenciales supresoras de tumores con el mantenimiento de los telómeros, unas estructuras que a su vez ejercen un papel importante en el desarrollo tumoral. En opinión de Blasco, se trata de un «hallazgo básico que avanza en el conocimiento» de una enfermedad tan importante como es el cáncer.

Los telómeros son uno de los campos de investigación más activos en Oncología. La inmortalidad celular es uno de los puntos más importantes en el estudio del cáncer, donde desempeñan una actuación clave los telómeros y la telomerasa. Constituyen una cuestión esencial para entender mejor el cáncer. Por este motivo, existe un gran interés en desarrollar fármacos que actúen en esta estructura del cromosoma o de la telomerasa. Algunas empresas farmacéuticas ya han desarrollado principios activos que han empezado a probarse en diferentes ensayos preclínicos.

Interés farmacéutico

El atractivo para la industria farmacéutica es doble: no importa sólo la investigación oncológica, sino la posibilidad de desarrollar terapias antienvejecimiento.

En la búsqueda de la eterna juventud, hay quien opina que reducir el aporte calórico en la dieta puede ser el camino más directo. Quienes apoyan esta teoría consideran que comer menos causaría una combustión menor de energía y permitiría al ser humano vivir más de 150 años, sólo con reducir drásticamente la comida.

Aunque las mayores esperanzas científicas para frenar el proceso del envejecimiento se encuentran en el campo genético. De hecho, ya se han aislado genes que aparentemente provocan el deterioro gradual de la piel y que debilitan la eficacia del sistema inmunológico.

Reloj biológico

Otra línea de investigación se centra en buscar las claves del envejecimiento en el proceso de división celular. Para este grupo, el «reloj biológico» que controla la vida de todas las células es el telómero. Se ha observado que los enfermos aquejados con un síndrome de envejecimiento prematuro presentan un acortamiento significativo de estas estructuras del cromosoma.

También se ha visto ese comportamiento en personas con síndrome de Down, hecho que refuerza la idea de que en esta malformación congénita se produce el recambio celular de forma acelerada, y , por tanto, la pérdida telomérica.

Estos hallazgos constatan que el tamaño del telómero puede actuar como un «reloj biológico» que regula el tiempo de vida de las células normales. Por esta razón, se le considera una pieza fundamental para entender el envejecimiento prematuro.

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