Un panel de especialistas de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) se reunirá el lunes para decidir el levantamiento o no de la prohibición impuesta hace 13 años contra las prótesis mamarias de silicona. En octubre de 2003, ese grupo de sabios ya votó, nueve contra seis, a favor de legalizar estos implantes, pero tras las protestas de algunos de sus miembros se optó por una nueva revisión.
De cara a esta nueva evaluación sobre la seguridad de las prótesis mamarias de silicona, la FDA ha publicado una serie de estimaciones sobre la longevidad de estos implantes. Estos estudios, que atribuyen a las prótesis un mayor riesgo de problemas según pasa el tiempo, han arrojado un gran número de fallos difíciles de detectar. La agencia estima que un 74% de las mujeres implantadas con silicona sufrirán roturas en el plazo de diez años. Porcentaje que aumenta hasta el 93% en pacientes sometidas a operaciones de reconstrucción de senos.
La actual prohibición en EE.UU. se remonta a las complicaciones registradas a finales de los años 80. Miles de mujeres denunciaron entonces que filtraciones de silicona procedentes de sus implantes eran responsables de múltiples problemas musculares e inmunológicos. Como consecuencia de esa avalancha de quejas y denuncias, el fabricante Dow Corning terminó en bancarrota. Organizaciones de cirujanos plásticos y compañías interesadas en ese mercado insisten en la seguridad de las prótesis de silicona, sólo permitidas en la actualidad para operaciones de reconstrucción de senos tras enfermedades como el cáncer.
Para cirugía estética, la alternativa se centra en implantes fabricados a partir de soluciones salinas, ya que cuando una de estas prótesis se rompe, las filtraciones no son nocivas y la paciente nota rápidamente si el implante está defectuoso. En contraste, para detectar una filtración de silicona se necesitan técnicas de diagnóstico por imagen, como la resonancia magnética.
Pese a la mayor seguridad, en los países donde están autorizados tanto los implantes de silicona como los salinos, un 90% de las pacientes opta por los primeros. En España está permitida la utilización de prótesis mamarias de silicona. Las autoridades sanitarias exigieron durante algún tiempo un permiso especial al Ministerio de Sanidad, pero desde 1992 se pueden colocar libremente. Sólo están prohibidas las inyecciones de silicona líquida y los implantes mamarios de soja.
Desde el 1 de septiembre, una directiva europea exige a los fabricantes más garantías y medidas de seguridad de estos productos, convirtiéndolos en artículos que representan el «máximo riesgo potencial en caso de fallo».