España es, tras Letonia y Rumania, el país europeo donde más antibióticos se consumen sin receta, según un reciente informe de la Comisión Europea, que alerta de que este abuso está aumentando la aparición de bacterias resistentes o insensibles a los medicamentos que las pueden combatir.
El Ejecutivo comunitario reconoce el esfuerzo de algunos Estados miembros en los últimos dos años para controlar el consumo abusivo de antibióticos. Pero concluye que, a pesar de algunos avances, aún se deben multiplicar los esfuerzos para luchar contra este grave problema de salud pública.
Concretamente, en España 150 de cada 1.000 personas consumen antibióticos sin receta de manera habitual y cuatro de cada diez hogares almacenan medicamentos que deberían tomarse con control médico. En el extremo opuesto de la lista se sitúan Holanda, Suecia y Dinamarca, donde menos de diez de cada 1.000 personas se automedican.
La Comisión está preocupada porque enfermedades como la tuberculosis, la malaria, la gonorrea, la sinusitis y las infecciones de oído plantean ya problemas de tratamiento por el aumento de las resistencias. Europa quiere que sus países aumenten el control de las infecciones, vigilen estrechamente la automedicación, e informen mejor a los ciudadanos sobre los riesgos de interrumpir los tratamientos antes de tiempo o de consumir indiscriminadamente medicamentos almacenados en los botiquines.
En este sentido, el comisario de Salud, Markos Kyprianou, ha pedido a los países que eduquen a sus ciudadanos y hagan todo lo posible para invertir esta tendencia al alza. Una de las fórmulas que propone la Comisión es elaborar estrategias nacionales para combatir las resistencias y la prohibición estricta de venta sin receta de antibióticos.