Especialistas proponen una vigilancia activa sobre las aves vivas o de caza para evitar la gripe aviar

Recomiendan también controlar si se detecta un índice anormal de mortalidad en alguna especie
Por EROSKI Consumer 7 de septiembre de 2005

La Comisión Europea se reunió ayer con expertos en veterinaria, virología y ornitología para reforzar y mejorar los programas de vigilancia de la gripe aviar, a la luz de los riesgos potenciales de extensión del virus altamente patógeno H5N1 procedente de áreas infectadas de Asia.

En la reunión, los expertos propusieron mantener una vigilancia activa sobre las aves vivas o de caza. Así, plantearon identificar las especies que presentan alto riesgo, basándose para ello en el origen y las rutas migratorias; el número de aves que hay en la UE, y si han estado en contacto con aves de corral. Los expertos incluyen entre las especies de alto riesgo algunos tipos de patos, gansos y gaviotas, si bien la lista es provisional.

Destacaron también la conveniencia de identificar los lugares de riesgo, como aquellos en los que hay un alto número de aves migratorias de diferentes especies, los que están cerca de granjas familiares y las localidades situadas a lo largo de las rutas migratorias. Además, propusieron hacer un muestreo teniendo en cuenta las pautas migratorias, que puede ser variable en función de los Estados miembros.

Los expertos recomendaron también llevar a cabo una vigilancia pasiva en lo que se refiere a las aves muertas, para detectar si se está produciendo un anormal índice de mortalidad en las especies que forman parte de la mencionada lista u otras que han estado en contacto con ellas. En ese sentido, se considerará un factor adicional a tener en cuenta, el hecho de que se registre un alto índice de mortalidad en varias especies y en el mismo sitio.

En cuanto a los procedimientos de análisis, creen que se debe hacer un muestreo para aislar el virus y realizar un análisis molecular en laboratorios con garantías de calidad contrastadas y que usen métodos reconocidos por el Laboratorio de Referencia para la Gripe Aviar.

Por último, se debe reforzar la colaboración y la coordinación entre las autoridades veterinarias, los epidemiólogos, laboratorios especializados e instituciones ornitológicas de la UE. «La Comisión y los Estados miembros deben explorar todos los medios para alcanzar este objetivo, con especial énfasis en poner en contacto a los expertos para crear una red de vigilancia europea», concluyeron los especialistas.

Opinión de SEO/BirdLife

La organización ecologista SEO/BirdLife informa de que, aunque las rutas migratorias de las aves que llegan a España para invernar o de paso hacia tierras más meridionales no pasan generalmente por las zonas afectadas por la gripe aviar, algunas especies, en muy escaso número, sí arriban al territorio peninsular.

Por ello, SEO/BirdLife considera conveniente estudiar algunas medidas de precaución a pesar de que considera que los riesgos (en la situación actual) son muy bajos.

En cualquier caso, desde una perspectiva española, y en lo que a aves silvestres se refiere, se debe hacer hincapié en la necesidad de realizar controles sanitarios muy estrictos en cualquier importación de aves silvestres de las regiones afectadas. Posiblemente la mejor medida sea suspender este tipo de comercio que pueda proceder de las regiones afectadas de Asia.

Principio de precaución

De la experiencia que se deriva de este brote de gripe aviar se debe extraer la conclusión preliminar de que una medida de cautela importante es evitar en lo posible que las aves acuáticas de corral se mezclen con aves acuáticas migradoras. Para ello, debe siempre aplicarse el principio de precaución para evitar que posibles afecciones de diverso tipo que puedan afectar a las aves de granja, pueda llegar a transmitirse a las aves silvestres con el riesgo añadido de que éstas, en sus migraciones, puedan llevar un problema local y puntual a otras regiones del mundo.

Algunas especies de aves acuáticas migradoras que invernan en España pueden llegar de regiones remotas de la tundra de Siberia, tales como la barnacla carinegra o el ánsar campestre, las dos en muy escaso número. En el caso del Ánsar Campestre, sus lugares de invernada en España se han reducido hasta prácticamente desaparecer como invernante, posiblemente por causas más relacionadas con el cambio climático, ya que sus poblaciones reproductoras se mantienen en buen estado de conservación.

Dependiendo de la severidad del invierno, hay años en que la llegada de estas aves puede ser mucho más numerosa. Algunas otras especies realizan migraciones de larga distancia (desde el norte de Siberia) y llegan en pequeños números en los pasos migratorios hacia África o de regreso a los lugares de cría, como el correlimos zarapitín, un limícola bastante escaso en nuestro territorio durante las migraciones. Todas estas aves habitan áreas remotas y generalmente despobladas, por lo que la posibilidad de que puedan llegar a ser portadoras de enfermedades contagiadas por las aves de granja es muy baja. A ello se suma la gran escasez con la que llegan a nuestro territorio. Hay que tener en cuenta además que las migración es una actividad muy costosa para las aves y solamente las que presentan un buen estado de salud pueden abordar desplazamientos de miles de kilómetros.

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