Frutas y verduras por prescripción facultativa

El consumo regular de frutas y verduras en la niñez se asocia con un menor riesgo de obesidad mórbida en la edad adulta, además de una menor incidencia de enfermedades metabólicas y oncológicas
Por Jordi Montaner 17 de mayo de 2006

La epidemia de obesidad declarada en Estados Unidos ha llevado a las autoridades sanitarias norteamericanas a buscar soluciones que permitan atajar el problema. El objetivo de las distintas iniciativas, a las que también se están sumando las grandes empresas, es revisar las causas de la obesidad desde el principio. Esto es, desde la niñez. A ello va a dedicarse el novedoso Children’s Nutrition Research Center, probablemente el centro más avanzado en este campo.

No es casualidad que sea en Houston, ciudad bandera del Estado más obeso de la Unión, donde la Administración estadounidense haya ubicado el flamante Children’s Nutrition Research Center (CNRC). Su primer encargo ha sido investigar la eficacia de incorporar frutas y verduras a la dieta de niñas afroamericanas preadolescentes, en la franja de los ocho a diez años de edad. El grupo está identificado como el de mayor riesgo en la aparición de obesidad mórbida en la etapa adulta.

El proyecto, bautizado con las siglas GEMS (Girls’ Health-Enrichment Multisite Studies), coincide con el anuncio por parte de una conocida multinacional de refrescos y snacks de retirar sus productos de las máquinas expendedoras de las escuelas. Snacks y bebidas refrescantes tienen un alto impacto sobre la obesidad infantil. Se da la circunstancia, además, de que los niños que más snacks consumen son también los que beben más refrescos azucarados y consumen menos frutas y verduras.

Aunque basado en el Estado de Tejas, el GEMS implica a otras universidades y departamentos federales del país. Junto al Baylor College of Medicine y el Texas Children’s Hospital, el proyecto cuenta con la participación de la Universidad de Tennessee (Memphis), la Universidad de Minnesota (Minneapolis), Stanford University (Palo Alto, California), el Heart, Lung and Blood Institute y el Agricultural Research Service (ARS).

Por el momento se ha puesto en marcha un estudio piloto con 114 niñas de origen afroamericano que certifican todo el contenido de su dieta en cada periodo de 24 horas. Resultados preliminares ya han permitido a Karen W. Cullen, investigadora del CNRC, identificar una relación inversa entre el consumo de frutas y verduras y los índices de masa corporal (IMC) de mayor riesgo en la etapa preadolescente.

Justificación médica

Existe una relación inversa entre el consumo de frutas y verduras y los índices de masa corporal de mayor riesgo en la etapa preadolescente

Someter a las preadolescentes a este marcaje estricto tiene una justificación médica. La obesidad en la infancia se asocia en gran medida al desarrollo de diabetes tipo II ya en la etapa adolescente. La Administración americana también se esfuerza por identificar a la población pediátrica mediante pruebas de intolerancia a la glucosa, mediciones de insulina y del péptido C. Se conoce que el 25% de los niños obesos estadounidenses y el 21% de los adolescentes obesos presentan intolerancia a la glucosa. La diabetes tipo II, todavía asintomática, se identifica ya en el 4% de los adolescentes norteamericanos y sugiere que la resistencia a la insulina puede convertirse en factor de riesgo asociado al desarrollo de intolerancia a la glucosa en niños con obesidad importante.

Los datos no son nuevos, ya en la pasada década se analizaron las cifras correspondientes a niños de entre 4 y 12 años que habían participado en el National Longitudinal Survey of Youth (1986-1998). Se vio entonces que la prevalencia de sobrepeso había aumentado un 120% entre los niños afroamericanos e hispanos, y alrededor de un 50% entre los de raza blanca.

No obstante, los pediatras subrayan el hecho de que no se encontró una correlación entre el sobrepeso de la infancia y un mayor riesgo para la salud en la edad adulta. El IMC infantil se correlaciona con el IMC de la edad adulta, pero no con el porcentaje de grasa corporal. Sólo los niños que seguían siendo obesos a la entrada de la pubertad (13 años) presentaron un incremento significativo del riesgo de obesidad en la edad adulta. Por otro lado, los individuos delgados de niños y obesos en la edad adulta son los que se exponen a un mayor riesgo.

También en el Reino Unido

En Gran Bretaña, el gabinete de Tony Blair se ha propuesto lanzar una cruzada semejante contra la obesidad infantil en aquel país. Un programa estatal de promoción de la salud dirigido a disminuir los factores de riesgo para la obesidad ha evaluado en primera instancia su implementación y su efecto sobre la población escolarizada.

De acuerdo con los resultados, el 76 % de los objetivos aplicados a cada escuela se consiguieron, afirman los responsables del programa, con una mejora sensible en la disposición de frutas y verduras dentro de las comidas escolares. El 64 % de los padres respondieron además a un cuestionario sobre los cambios que les gustaría promover en cuanto a alimentación escolar, y el profesorado siguió un programa de formación nutricional.

Los niños del grupo de intervención mostraron una mejor puntuación en relación a los conocimientos, actitudes y sobre la propia conducta en referencia a la alimentación saludable y el ejercicio físico. Niños y niñas del grupo control, sin embargo, introdujeron pocos cambios en su conducta nutricional, excepto en la adopción de un mayor consumo de frutas y verduras.

CINCO AL DÍA

Img verdura1La iniciativa universal, promovida desde la FAO y la OMS, para que los niños ingieran por lo menos cinco variedades distintas de fruta o verdura cada día en sus comidas va dejando poco a poco su cariz anecdótico para convertirse en norma civilizada.

Los expertos avisan que la obesidad y el sobrepeso no afectan ya tan sólo a las sociedades opulentas, y que las enfermedades no transmisibles (cáncer, infarto, diabetes o hipertensión) rozan el 60 % de las muertes anuales tanto en el mundo desarrollado como en los países en desarrollo. Se considera que el sobrepeso o la obesidad afectan ya a dos terceras partes de la población terrestre, y que en poco tiempo van a ser tres cuartas partes. Robert Salazar, jefe del Departamento de Alimentación y Nutrición de la Secretaría de Agricultura de EEUU reveló hace escasas semanas que la Administración estadounidense planea invertir 9.000 millones de dólares estrictamente a promover el consumo de frutas y hortalizas entre sus ciudadanos.

En España, «5 al Día» se ha establecido ya como iniciativa de salud pública dirigida a la población escolar, emulando el «5 a Day» en países de habla inglesa o el «5 am Tag» en Alemania. Los franceses, muy suyos, se desmarcan con un «10 par Tour», y es que no importa tanto la cantidad suministrada como la regularidad de semejante medida.

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